El tudelano Iker Vallejo se convierte en el tercer campeón navarro de podenco andaluz

El pasado 3 de agosto, con varios meses de antelación a las fechas en las que se llevó a cabo la copa en años anteriores, se reunieron en Castejón diez perros de seis propietarios. Son cifras algo más bajas que las de las ediciones pasadas, y Marchite, juez de la prueba (junto con el cascantino Iñaki Ayensa y los dos aspirantes a jueces Juanjo González y Jesús Rodríguez), opina que se debe a que el nivel de los participantes cada vez es más alto. “La gente está viendo que aquí acuden perros con bastante nivel. Lo hemos visto muy claro este año, con animales muy fuertes y con mucho potencial”, indica, al tiempo que apunta que la gran mayoría llegó con perros preparados para el terreno donde iba a tener lugar el campeonato.

Se trataba de un espacio más complejo que en otros años, con cañas duras y muchas zarzas. “Escogimos una zona donde no solo había carrizo y caña, sino también junco y hierba muy alta. Se necesitaba un perro con mucha fuerza y muy orientado a cazar en un terreno así”, aclara Marchite, que afirma que desde la FNC se trabajó para dejar claro a todos los participantes las recomendaciones principales con las que cuidar en todo momento a sus perros. “Teníamos la suerte de que el río Ebro estaba a cien metros, pero también nos preocupamos por disponer de zonas de agua próximas a la salida, para que los perros se refrescaran siempre que lo necesitaran”, subraya.

La elección de ese lugar para la copa dejó estampas muy vistosas, de las que pudieron disfrutar las cerca de 50 personas que se acercaron hasta el lugar para seguir una competición que gana en aficionados año a año. El propio ganador de este 2024, Iker Vallejo Felipe, tudelano de 22 años, se embarcó en esta disciplina junto con su padre, Alejandro Vallejo, después de asistir como público al primer torneo navarro, celebrado en Fustiñana en el 2022. Los inicios de ambos han sido muy destacados, puesto que el padre se subió al tercer escalón del podio el pasado año con su perra Flecha, en tanto que su hijo siguió sus pasos y consiguió superarlo, al proclamarse campeón este año con Rubia. No solo eso, sino que también logró el tercer puesto con otra perra, Triana. Entre ambas posiciones se situó el cadreitano Asier Guerra Martínez, ganador en el 2023 con Covid, aunque, en este caso, se colgó la medalla de plata gracias al trabajo de su perra Jara. Todos ellos recibieron productos de los patrocinadores del evento, las marcas Mascolandas, de Tudela, y Chiruca, de Arnedo.

Iker Vallejo también participó en la edición del año pasado. Concretamente, en una exhibición con cachorros de podenco que se realizó junto a la copa navarra en Cabanillas. En ella, demostró las buenas maneras que apuntaba Triana. Tanto él como su padre compitieron ese año, según relata, por probar la experiencia y vivir la emoción de la prueba en primera persona. “La experiencia fue única e irrepetible. Por eso, nos animamos a apuntarnos también este año. Al final, nos metió en esto nuestro amigo Javier y estamos encantados de habernos introducido en este mundo y de seguir progresando. Yo tengo que dar las gracias tanto a mi padre, como a Javier y Antonio, porque ellos me han enseñado todo lo que sé”, destaca.

En su caso, afirma que poseen perros preparados tanto para terrenos más de monte, como de ribera, por lo que confiaban en poder estar en la parte noble de la clasificación. “Nosotros tenemos la suerte de que solemos cazar en ambos terrenos y, por lo tanto, nuestros perros se pueden adaptar. Pero sí que es verdad que como traigas a uno acostumbrado a cazar en el monte y lo saques a una zona más sucia y cargada de zarzas, no podrá competir a gran nivel”, explica. Su Rubia, de cinco años, sale al campo prácticamente todos los fines de semana. “Sacamos a nuestros perros muy a menudo y están bien entrenados. Además, como ahora tenemos también cachorros, las mayores enseñan a los pequeños”, sostiene. A su juicio, la constancia es la base para lograr un perro competitivo. “Al final, se trata de no dejar de trabajar con ellos en ningún momento. Aunque la temporada de caza se termine, has de seguir sacándolos, enseñándoles y mejorándolos”, defiende.

En una prueba de una dureza como la de Castejón, que exigió el 100% de los animales, se vio claro que los canes participantes debían estar en una forma física óptima para completar las baterías. “Este año –asegura Vallejo–, algunos de los participantes dijeron que no habían podido salir tanto con sus perros, y es algo que se ha notado, porque sus perros se vinieron abajo al final de las pruebas. En esta época del año, con las temperaturas tan altas que estamos soportando, llevar al día los perros y que estén en una buena forma física es algo esencial”. Lo tiene tan claro que no le cuesta manifestar que una gran parte del resultado procede de la calidad del animal. “Creo que el perro supone el 70% en una disciplina como esta. Y dentro de ese porcentaje está tanto la propia genética del animal, como lo preparado que esté. Y en el adiestramiento, obviamente, sí que tiene mucho que ver cómo haya trabajado con él su propietario”, declara.

Con Triana, por ejemplo, ve buenas posibilidades de crecimiento en la competición. “Es una perra que en los últimos meses ha dado un salto de madurez espectacular. Hasta ahora, tenía esos rasgos típicos de una corta edad, como dejarse llevar por los ladridos de los otros perros, pero los ha ido corrigiendo y está adquiriendo una madurez importante. Me ha impactado, porque con la gente es muy sensible y tímida, y pensaba que quizá se bloqueaba en el torneo, pero me ha sorprendido para bien”, expone.

Además del triunfo navarro, Vallejo se ha ganado el pase directo al Campeonato de España, que previsiblemente se celebrará en Castellón el próximo mes de septiembre. “Acudiré con el objetivo principal de disfrutar y aprender. Podré conocer gente y observar a otros perros, porque soy consciente de que habrá un nivel muy alto. Pero me está gustando mucho la competición y quiero seguir progresando”, proclama.