José Mari Ollo, alma pelotazale de Lumbier
Cerca de 50 años de entrega a la pelota hacen de José Mari Ollo un referente de la actividad pelotazale y de su continuidad en Lumbier
Hablar de la pelota en Lumbier es hablar de José Mari Ollo. Más de 50 años de entrega incondicional a este deporte le avalan desde que se dejó caer por el frontón Ilun-Berri con 14 años e inició una implicación que llega hasta hoy. “Me cayó muy pronto. Es mi afición de toda la vida”, expresa quien tiene los primeros recuerdos de ver a su padre, Félix Ollo, ayudar a organizar los partidos, entonces al amparo de la parroquia.
Hoy, cumplidos los 65, José Mari Ollo Aristu, jubilado como ganadero, representa la continuidad de la actividad pelotazale en la localidad. Ollo ha sido jugador, miembro de junta, entrenador, coordinador de la escuela de pelota y juez en los partidos. Es parte de la historia de la afición local disfrutada en un frontón que fue primero una pared, dos a partir de 1942 (frontal y lateral) cerrado después y finalmente, cubierto.
“En Lumbier desde 1882 hay constancia del juego de pelotaris originarios de la villa, de campeonatos provinciales en los que participaron e incluso, ganaron Ignacio Astiz y Juanito San Julián (primer y segundo Campeonato a Pala Euskal Jai, 1925). Son crónicas de la primera etapa que abarca hasta 1940. A partir de 1942, con nuevo frontón y pared lateral, se anuncian y juegan campeonatos en el pueblo donde la afición pelotazale continúa disfrutando en nuestros días”, relata Ollo Aristu.
Hasta aquí ha llegado empujada por jugadores de todos los tiempos, aficionados y responsables de su talante: Los Alzueta, Velaz, Machín, Olleta, Casales, Zazpe, Turrillas, Nicuesa, Zubiate, Juanto, Marín, Garde, Andreu, San Martín...
Entre 1971-72 se nombró la junta del Club Deportivo Frontón Ilumberri. En ella ya figuraba junto a Pedro Alzueta, Pedro Nicuesa, Pedro Burguete; José Luís Burguete, Carmelo Balda y Félix Villanueva, por el Ayuntamiento. Fue el comienzo de la organización de los Campeonatos Interpueblos, contra Aoiz, Oroz Betelu, Mezquiriz… Vendrían después, 20 años de organización del Campeonato Comarcal de Mano (1974-75/ 1995-96 ) y simultáneamente, del Campeonato de 4 y medio. “Por él ha desfilado la flor y nata del mundo aficionado antes de pasar a profesionales como Eugui, Patxi Ruiz y Pascual Galarza. Cabe recordar, además, el Campeonato Navarro de Pelota Goma (parejas e individual). “Se disputaba los domingos, mañana y tarde, con figuras mundiales: Iriarte, Urra, Monreal... Desde octubre hasta San Fermín. Todos los fines de semana había actividad pelotazale, y hubo hasta 240 abonos”, dice.
Los últimos doce años llevaron el peso entre él y Felipe Olleta, vecino imprescindible de la pelota, un buen tándem que funcionó hasta que Ollo se quedó solo.
Udaberri y escuela
De aquellos campeonatos, el de Mano fue el germen del actual Udaberri. El Campeonato Udaberri y la escuela de pelota condensan hoy la actividad local . Desde hace 25 años, de enero a mayo, se juega el Udaberri , un torneo navarro con pelota mixta. “Es para abrirlo a la gente del pueblo y al nivel de zona. Con poco taco se puede jugar y así, le damos continuidad”, argumenta. Son cuatro meses intensos. Pero a la escuela le dedicamos todo el curso con entrenamientos los jueves y participación en el Campeonato Juegos Deportivos de Navarra. Ollo está al frente como coordinador, con el apoyo de los jóvenes Aimar Bidondo, Xabi García y Eneko Abaurrea. “Su respaldo es fundamental”, reconoce, también la implicación de las familias. Acuden entre 25 y 30 niños de todas las categorías. Se sufraga con las cuotas del alumnado y subvención del Ayuntamiento.
Como jugador que también fue, Ollo no concibe el pueblo sin pelota: “La afición es fiel, la historia de casi 150 años; la socialización es su valor principal y un buen ambiente en el frontón con el que yo disfruto”, describe.
En ese espacio noble y luminoso se refleja su larga y generosa dedicación. A José Mari se le quiere. Cuando llegan las fiestas, la juventud aclama su nombre desde las gradas en cada partido de profesionales.
“La pelota en Lumbier no puede faltar. Yo seguiré estando con quien quiera estar.”, declara, con un compromiso que no acaba.