Es el guardián del pasado rural de su pueblo natal. Martín Muruzábal inauguró el pasado 7 de octubre en la casa de Cultura de Zizur Mayor su exposición de fotografía Miradas de recuerdo. Lo hizo acompañado de familiares y amigos, el alcalde de la localidad, Jon Gondán, y la técnica de Cultura Noelia Artázcoz. La muestra incluye 22 imágenes de San Martín de Unx, su pueblo, capturadas la mayoría de ellas hace “30 o 40 años”. La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 27 de octubre.
Cuando Muruzábal tenía en torno a 12 años, su tío Santiago le regaló su primera cámara de fotos. Fue a partir de ahí cuando comenzó su pasión: “Empecé a sacar todos los eventos que había en San Martín de Unx, como procesiones, romerías... Siempre iba con la máquina encima”, expresa el autor de la muestra. A diferencia del resto de sus vecinos, él contaba con una cámara que desde su juventud le permitió conseguir “una especie de archivo en el que ves a toda la gente que ha pasado por el pueblo”.
Aunque Muruzábal confiesa que “siempre fue el mismo rincón, el mentidero” el que ha capturado sus negativos, son los protagonistas, esos “abuelicos”, los que han cambiado. Así, el fotógrafo revela que se “centra en la vida cotidiana” de su pueblo. Personajes, sobre todo gente mayor, que ya no está con nosotros”, añade.
La pasión de Muruzábal, que nunca ha pretendido “una imagen artística”, ha conseguido tener “a casi todo el mundo del pueblo fotografiado”, asegura el sanmartinejo. Además, tal y como él lo siente esta recolección de recuerdos permite ver la transformación de un pueblo en donde “todo ha evolucionado mucho”.
Esta nostalgia y cariño al “blanco y negro” que tanto gusta a Muruzábal es lo que atrae a los visitantes de sus exposiciones, la mayoría realizadas en el Ayuntamiento de San Martín de Unx. “Vienen a ver lo que era el pueblo antes, lo que ahora no existe. Elementos que cuando tú ves una foto y otra observas la diferencia de estos 40 años”, sostiene.
A pesar de no ser la primera exposición del sanmartinejo, esta vez no le ha sido fácil elegir qué fotografías exhibir. “En Zizur no conocían al personaje”, por lo que tanto Muruzábal como Jesús Ukar, artista y colega del fotógrafo, junto con dos amigos de Zizur que también le ayudaron a montar la exposición, quisieron representar en esta última exposición “lo que puede ser un pueblo: los burricos, los injertos para la viña y todo eso que ha habido más o menos en todos los pueblos de ese mundo rural”, declara.
No obstante, para Muruzábal San Martín de Unx, el pueblo que le vio crecer y del que se marchó hace ya más de 30 años, no es un simple entorno rural. Así, lo que lo diferencia del resto de pueblos es que “siempre ha sido muy agrícola”, afirma. La ausencia de industrias y conservas y la abundancia de viñedos, cereal y “borricos” han sido el sello personal de San Martín de Unx.
Una vida dedicada al campo y ganadería que se observa en sus fotografías. La más antigua tomada hace unos 60 años por su tío Santiago, muestra a un Muruzábal de “unos cuatro o cinco años” sobre un “mulo”, junto a su padre y un vecino del pueblo. “Una joya”, como así describe Muruzábal esta captura en la que se “representa lo que fue San Martín”. Una esencia que se mantiene en la fotografía más actual de su colección de Zizur tomada casi sesenta años después de esta primera, en la que se puede ver a tres sanmartinejos conjuntados con camisa de cuadros y bastón en su mano derecha caminando tranquilos por las calles de San Martín.
Pese a que se mudó a Zizur Mayor “hará ya treinta años”, Muruzábal nunca ha perdido el contacto con su San Martín de Unx. Todavía baja “al menos” un par de veces a la semana a su pueblo en donde viven familiares y amigos. Además, cuando regresa no desaprovecha oportunidad para seguir archivando recuerdos : “Mi hermano me avisa de cualquier cosa que va a haber en el pueblo y enseguida estoy ahí con el objetivo para tener ese recuerdo de todas las actividades que hay en San Martín”, asiente.
Aunque nunca se ha planteado dedicarse a la fotografía profesional ni ha realizado jamás un curso de fotografía, Muruzábal siempre ha mantenido una mirada que captura recuerdos en lugares y momentos “que otros no consiguieron ver”, confiesa el autor.