“Tengo entendido que la edad límite para trabajar en la administración es de 70 años. Ahora tengo 67, al menos continuaré hasta la edad permitida y después Dios dirá”. Son palabras del doctor Benedicto Aguirre Etxeberria (Irun 1957), que este 2024 ha cumplido 40 años atendiendo los consultorios de Urdax-Urdazubi y Zugarramurdi.

Bene, como le conoce todo el mundo, estudió su carrera en Valladolid y finalizó su licenciatura en 1982. Posteriormente se doctoró en la Universidad de Navarra, donde también se diplomó en Medicina Interna y ha seguido reciclándose durante 20 años consecutivos en el Departamento de Medicina Interna. No se acuerda con certeza del día que llegó a Urdazubi. “Recuerdo que era junio del año 1984 con el propósito de comenzar a trabajar en algún lugar, y también con la intención de lograr un traslado”. Añade que “sin embargo no me importó continuar trabajando en el lugar con la condición de que pudiera seguir reciclándome en el medio hospitalario”. Cosa que sucedió.

Le viene a la memoria que cuando llegó el alcalde le llamó para preguntarle si necesitaba algo. “Una mesa y una silla, y si es posible un lugar cerrado. Así fue mi primer despacho en una habitación del Ayuntamiento de Urdazubi, y algo parecido en una bajera del antiguo convento de Zugarramurdi, el Museo de las Brujas de hoy”. Un hecho entonces poco frecuente era que supiera euskera: “Fue especialmente agradecido por la población, eso me permitió comunicarme con gente, algunas de edad avanzada, que tenían cierta dificultad para expresarse e incluso entender español”.

Recuerda también cómo “poco a poco fuimos logrando todo el material que podíamos y me ayudara en la práctica diaria”. ¿Sabes cómo lo conseguíamos? Aprovechando los días que acudía a la Clínica Universitaria me pasaba por todos los hospitales donde me suministraban lo que podían y me lo traía al pueblo en sacos de basura”, dice.

Posteriormente, “no sin esfuerzo, como consecuencia de la ineptitud de algún político, logramos un acuerdo inter-fronterizo para la práctica de radiografías y ecografías en Cambó. Así logramos una práctica médica muy aceptable para la época, considerando que la mayoría de consultorios rurales no lograron estos servicios hasta 20 años después”. También “conseguimos un acuerdo para el traslado de los casos más urgentes por carretera o helicóptero al hospital de Bayona”. Considera que “una vez logrados estos primeros objetivos que considerábamos prioritarios, poco a poco fuimos avanzando en el logro de infraestructuras y en material necesario, como también ha sido la tónica general en nuestra comunidad”.

Benedicto Aguirre Etxeberria, en su consulta. Ondikol

En estos 40 años reconoce que ha vivido muchos cambios. “Cambios en el acomodo de nuestras viviendas y en especial el acceso a caseríos, muchos alejados, pero después han resultado muy accesibles”. Y qué decir del avance tecnológico “con el empleo de móviles, ordenadores, robótica... que en muy poco tiempo han logrado un avance, como no era imaginable antes”.

JUBILACIÓN

Bene no piensa en el retiro: “No tengo intención de jubilarme, salvo que muestre algún deterioro que limite la práctica de mi trabajo profesional”. Asegura que “me daría mucha pena no poder ser útil, ahora que lo soy mucho más que tiempo atrás. Además, si cuento con las ganas y el potencial que me permite mi estado de salud, pienso que sería un error no proseguir contribuyendo en esta labor, disfruto como nunca con mis labores asistenciales, quizá en parte porque me veo cada vez más resolutivo”.

Una de las características del médico es su sentido del humor. Siempre tiene una sonrisa en su cara y es capaz de recibir a sus pacientes con plumas de indio en la cabeza. “El buen humor debería priorizar nuestras vidas, pero con mayor razón en nuestro trabajo profesional. Desde mi punto de vista cualquier tarea que se precie depende de dos aspectos fundamentales. Uno es el conocimiento de la labor que se practica, y el otro es el modo en que se realiza”. Por eso, añade que “el buen humor es uno de los factores que diferencia a unos de otros y contribuye a lograr la empatía necesaria muy especialmente en nuestra profesión”.

Para terminar, Beni quiere “agradecer muchísimo a todas las personas que han confiado en mí todos estos años. Y pido perdón por las ocasiones en que he podido fallar u ofender de algún modo en momentos de desánimo o similar”. Y así 40 años, aunitz urtez y salud.