Duelo nacional en República Dominicana por la muerte del marcillés Miguel Ángel Bissié Romero
Considerado un héroe, era el último superviviente del magnicidio que le costó la vida al dictador Rafael Trujillo en 1961
La República Dominicana llora la muerte del que consideran un héroe nacional, la del marcillés Miguel Ángel Bissié Romero,que falleció recientemente a los 90 años tras una corta enfermedad, tal y como han explicado sus familiares. Y es que Bissié era el último que quedaba en pie de los conspiradores en la eliminación del dictador Rafael Trujillo, que estuvo en el poder desde 1930 hasta el 30 de mayo de 1961; el marcillés nacido en 1934 se encargó, entre otras cuestiones, de adaptar y perfeccionar las armas y los cartuchos de proyectiles que se usaron en el magnicidio.
En su infancia, cuentan sus sobrinos, estudió en Salesianos tanto en Navarra como en Sevilla, y fue en esta ciudad en la que le proponen ir a República Dominicana para seguir allí como docente, así que, en 1957, con 23 años, cogió las maletas y se marchó para ejercer como maestro de la escuela técnica salesiana.
Dado que no había gente formada en oficios relacionados con la forja y la herrería, funda la empresa Los Navarros, donde hacían las placas para nombrar las calles, así como trabajos para empresas, particulares, Gobierno, etc.
Discreto y condecorado
Debido a su intervención en el magnicidio, cuentan sus familiares, “fue apresado y torturado para que delatara al resto de sus compañeros, pero no lo hizo; mi tío siempre decía que había dado palabra de la forma de actuar acordada y la mantendría hasta la muerte. Por ese motivo sufrió múltiples torturas que le dejaron secuelas tales como sordera o la imposibilidad de tener descendencia”. Discreto de principio a fin, cuando comprendió que la verdad podía desvirtuarse escribió el libro Trujillo y el 30 de Mayo en honor a la verdad que recoge su testimonio.
En República Dominicana ha sido reconocido en muchas ocasiones; le concedieron la condecoración de la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Gran Cruz Placa de Oro en 2011, y también fue nombrado héroe nacional, hijo adoptivo y meritorio de Santo Domingo, Ciudad Primada de América, así como munícipe de honor de Moca.
De hecho, a su funeral acudieron personalidades de la política y la cultura dominicana y se retransmitió por todos los medios de comunicación. También hubo un acto formal con tres guardias de honor, varios discursos y el féretro estuvo cubierto por la bandera del país que después entregaron a la familia del marcillés. Además, y como reconocimiento a su persona, decretaron dos días de luto en Moca, un día de duelo oficial nacional por decreto del presidente de la República Dominicana, Luis Abenaber, y las banderas de los edificios públicos y militares ondearon a media asta.
Sus raíces
A Marcilla volvía una vez al año; “para él era un lujo recorrer sus calles y visitar a su familia renunciando a cualquier otro tipo de vacaciones”. Sus sobrinos, que tenían los billetes de avión comprados para visitarlo el 5 de enero, lamentan “que esa escapada se convirtiese en un viaje para asistir a su funeral; estaba bastante bien dentro de lo que cabe, nos había grabado un vídeo que no presagiaba tan rápido final”. La familia, por expreso deseo de Miguel, ha iniciado los trámites para traer parte de las cenizas a Marcilla para que descanse “en su pueblo natal, junto a los suyos”.
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