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Atrapa al bandido en Lantz

El Carnaval txiki de Lantz anunció este domingo la llegada de uno de los más famosos de Navarra, que continúa el lunes y el martes en las mismas calles

Zaldiko empuja a Ziripot con una patada que lo tiró al suelo. Tuvo que ser rescatado con la ayuda de los txatxos, sus compañeros.Unai Beroiz

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El Carnaval txiki de Lantzinauguró este domingo sus fiestas más simbólicas con el protagonismo de los más pequeños, que, como suele ocurrir, llenaron las calles de fantasía e ilusión.

El Carnaval de Lantz se sitúa como uno de los más populares de la Comunidad Foral. La historia de sus protagonistas entre los que destacan Miel Otxin o Ziripot, entre otros, ha suscitado un interés que ha convertido a este festejo en Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional.

Lantz acogió este domingo a cientos de visitantes -durante estos días Lantz multiplica por cinco su población- que se acercaron al pueblo a ver el espectáculo de toda una tradición. Así, una multitud de forasteros y vecinos de la zona -la mayoría eran familias con niños pequeños- se dirigieron a la posada para disfrutar del ritual de Ziripot a las 12.00 horas. Poco a poco, decenas de txatxos txikis comenzaron a llegar a lo alto de la posada y con ropas floreadas, pieles de animales y cencerros en la espalda, sus típicos gorros de Miel Otxin y las escobas ensayaron sus gritos para espantar al Zaldiko y proteger a Ziripot.

Los nervios y emoción reinaron la puerta de la posada. Las miradas del público impaciente esperaban con ansia la salida de los protagonistas. Sin embargo, los arotzak (herreros) ya habían avisado diez minutos antes, a las 13.20 horas, que el carnaval estaba a punto de despegar. Ziripot fue el primero en atravesar el portón, después le siguieron los txaxtos, y por último Miel Otxin escoltado por su Zaldiko. Al ritmo del acordeón de Miguel Ángel Garralde de Donamaría, la kalejira animó las calles y tras una vuelta por Lantz, el espectáculo culminó en la Plaza del Frontón. Los txatxos, rabiosos, rodearon a Miel Otxin txiki y bailaron su tradicional Zortziko: vuelta sobre sí mismo una y otra vez, manos levantadas, giro a la derecha y luego a la izquierda, de nuevo giro sobre sí mismo, y vuelta a empezar. Tras el juicio público, los txatxos dieron tregua a Miel Otxin txiki hasta la tarde, cuando no tendrá escapatoria y entonces será quemado.

Estos días son unos de los más importantes para los locales de Lantz, que “han mamado esta tradición desde siempre”, confesó Itxaso Sarasibar, vecina. “Yo soy de enero y en mis primeros carnavales, que tendría 4 semanas, ya me pusieron el gorro de txatxu y una camisa”, añadió. “Siempre que llegan carnavales es ánimo de fiesta y se nota por todo el pueblo. Los txikis tienen bastantes ganas de ir disfrazados y de dar la vuelta a Miel Otxin”, expresó Javier Eugi, vecino.

Una tradición que se remonta a principios de los años 80, aunque de forma diferente. “Se celebraban la semana anterior a carnavales y se recogían alimentos por las casas para luego hacer una merienda”, declaró Luis Mariñelarena, local. Sin embargo, una desgracia llevó a moverlos el domingo de vísperas y así esta costumbre tan popular en Navarra ha permanecido en el tiempo hasta hoy.