El colegio público CP Julián Gayarre IP y el instituto Ainariak IESO Roncal-Erronkari DHB ha implantado el currículo roncalés como herramienta para transmitir el patrimonio cultural y natural del valle y garantizar su traspaso eficaz a la juventud.

Esta es una cuestión en la que llevan trabajando varios años, pero ha sido en este cuando han presentado al detalle la programación en un Proyecto de Innovación Educativo.

“Lo hacemos en ciclos de 4 años, de manera que en los 13 años que nuestros chicos y chicas están en nuestro centro podamos acercarles su patrimonio atendiendo a su edad y necesidades”, explican desde la dirección del centro.

La materia es extensa. Año a año se han centrado en los procesos migratorios del valle: roncaleses y roncalesas que emigraron a América, a las fábricas de alpargatas de Mauleón (ainariak: golondrinas, de donde toma el nombre el centro de secundaria), el carácter ganadero del valle, La Cañada de los Roncaleses, agricultura y madera (las almadías), memoria histórica cercana, el Tributo de las Tres Vacas. Y este año le ha tocado a los valores naturales: la montaña y la nieve, la naturaleza. Le han llamado Pilpilka, que en euskara roncalés quiere decir que la nieve cae suave. “Este curso trabajamos la naturaleza y nuestro compromiso era acercarnos a la nieve de una forma propia: aprovechando la cercanía de nuestra escuela a ella, con la colaboración de todo el profesorado, familias y, sobre todo, de la estación Larra-Belagua”, explican. Han tomado como base la nieve para que el alumnado conozca las posibilidades de ocio activo que ofrece el valle, y trabajar en ese entorno los contenidos de diferentes asignaturas. “No vamos solo a esquiar, sino que durante cinco días nuestras aulas han estado en la nieve”, matizan.

El proyecto central de Pilpilka se ha desarrollado en cinco días repartidos entre diciembre, enero y febrero. En él ha participado todo el alumnado. El último día subieron a las pistas desde niños y niñas de 3 años hasta adolescentes de 16. “Fue muy especial. Toda la juventud del valle esquiando junta”, expresan. En Roncal la juventud es un bien escaso. Todo nuestro alumnado suma 75 chicos y chicas entre los 3 y 16 años. En Pamplona cabrían en tres aulas”. La mitad, estudiantes del instituto, ha acudido los cinco días; y el día del cierre, todo el alumnado. De la misma manera, el profesorado ha participado y ha desarrollado su proyecto (geología, biología, snow-art…) sobre la nieve, o bien ha apoyado a sus colegas en los suyos. El alumnado de secundaria ha trabajado con el proyecto propio del centro: aprender y perfeccionar diferentes técnicas de esquí, técnicas de alpinismo, geología en el lugar, un experimento de carácter científico relacionado con la práctica del deporte en altura, y actividades artísticas o snow art. Además, para garantizar el máximo rendimiento en esos cinco días, se llevó a cabo formación previa en el centro. Finalizados estos, el proyecto sigue. “El alumnado más joven, el de 3 a 6 años, ha participado en la campaña escolar. Además, como parte del proyecto, ha convertido su clase en una gran pista de esquí, ha construido sus propios esquís de cartón y está muy motivado con lo que supone la nieve en el valle. Todo son beneficios con este programa”, resumen.

Ventajas y beneficios

La cercanía de la nieve les permite elegir las mejores fechas y condiciones de un día para otro y romper la monotonía de los 175 días lectivos que imparten. “Cinco semanas se tiñen del color blanco de la nieve y eso aporta luz y ánimo al profesorado y al alumnado en la parte más gris del invierno. Las actividades realizadas en plena montaña fomentan la cohesión del grupo y hace preciso organizarse de forma diferente. El ambiente a 1.500 m de altitud puede ser hostil y hay que saber ayudarse y conocer los límites propios”, apuntan.

El currículo roncalés hace que toda la comunidad educativa se haga más consciente de la importancia que tiene la nieve y la montaña para la economía del valle, y que adquiera la debida importancia preservar la riqueza natural de su entorno y conciencia de su fragilidad ante el implacable cambio climático. Entre los beneficios citan en el caso de los estudiantes más veteranos, “que tienen la oportunidad de ejercer de monitores y de calibrar si este es un oficio al que pueden optar en un futuro cercano”.

De las ventajas, destacan la proximidad a la montaña. “Esto nos permite estudiar en la nieve. En media hora estamos sobre los esquís sin que esto suponga alterar tu horario lectivo. Solo cambiamos el aula por la nieve. Somos el único centro que se ha planteado un proyecto bien definido pedagógicamente que integra diversas asignaturas con actividades de montaña con un equipo humano que ha sido capaz de ponerlo en práctica y que cuenta con el apoyo en esta labor educativa de la Estación de Esquí Larra-Belagua. En definitiva”, concluyen, “es casi un deber que en Roncal sepamos integrar la nieve en nuestro proyecto educativo de una manera propia”.