El encuentro era este sábado en Otsagabia, por ser uno de los pueblos más grandes del Valle de Salazar con capacidad para acoger el Segundo Encuentro Kantuz del Pirineo Navarro/ Nafar Pirinioko 2.Kantuz Topaketa. Zaraitzun Kantuz fue el grupo anfitrión encargado de recibir a los valles vecinos de Roncal, Aezkoa, Erro, Almiradío de Navascués y otros invitados allegados, de Usún, Pamplona o Etxarri Aranatz, entre otros.

El grupo musical, también pirenaico, unió sus instrumentos y marcó el ritmo.

En una mañana espléndida, los recibieron y agasajaron al sol, en las puertas de la sociedad Gartxot Elkartea, con migas, vino y queso. Eso sí: “lo justo para entonar el txintxerko”, apuntaba Pablo Iribarren Compains, de Zaraitzun Kantuz, de Gallués, uno de los pequeños pueblos de los 14 que componen el valle. Ataviados con sus pañuelos de cuadros azules y camisas blancas, cancionero en mano, pasado el mediodía, hicieron corro para escuchar los bertsos de bienvenida de Xabier Diaz Esarte, alusivos a la belleza del día,en el que llenarían de alegría las calles de Otsagabia, con el denominador común que les une: el euskera y las canciones. De este modo, con viejas melodías y nuevos temas, introducidos por un Irrintzi,comenzaron la ronda.

Parada en la plaza al sol y vista desde la casa Luisa/Aztal Etxea.

25 temas en 8 paradas

Cumpliendo el programa, el recorrido comenzó en Gartxot, con un vibrante Gaur Iote, seguido de Kantuz Sortu naiz y de otros cuatro temas. Para entonces, ya se dejaba sentir el calor, y pronto buscaron la sombra, a partir de la segunda parada en Luisa/Aztal Etxea, seguida de la iglesia, el ayuntamiento, Blankoa, Orialde, Irati Bizkar y Hotel Puerta Irati.

En el recorrido combinaron canciones del repertorio tradicional, 25 en el guión, con otros temas propios del cancionero de Zaraitzun Kantuz (20)que cuenta en total con 101, de ellos 14 recuperados de antiguas canciones populares.

Ritmo

Acordeones, guitarras, flauta, violín, txistu, pandero.... la música de la fanfarre acompañó las voces al ritmo de la batuta de Zelaida Birrun Urriza, de Ezcároz “Es nuestra directora musical”, comentaban entre risas. Y a su vez es la presidenta de la asociación Zaraitzun Kantuz, constituida como tal en 2024.

A su lado, Xabier Diaz Esarte, de Ezcároz, y Koldo Viñuales Gale, de Roncal, dirigían las voces con evidente satisfacción y disfrute: Díaz Esarte por ser parte del colectivo anfitrión, y Viñuales, al sentir la continuidad de unos encuentros que se iniciaron en Roncal, siendo él uno de los promotores.

“Este es un día grande para disfrutar y compartir, un intercambio social entre los pueblos del valle”, apuntaba el mencionado Pablo Iribarren. Junto a él, Rafael Arregui Torrea, de Jaurrieta, matizaba: “Los kantuz dan vida al euskera y a los pueblos. Son también una forma de romper el aislamiento”. Para Edurne Iribarren Ballent, de Otsagabia, el de este sábado fue “un día feliz. Esto es muy emocionante”. En su opinión, los Kantus significan unión: “Nos hemos unido en esto como con nada”. Si Otsagabia había perdido el euskera, hemos dado la vuelta a la tortilla”, sintetizaba.

Zaraitzun Kantuz, con más de 70 componentes, aseguraba Iribarren que es “un grupo fuerte y organizado”. Reunió a 94 personas en Otsagabia y se sintieron totalmente arropados a la hora de organizar el evento. Fue uno de sus días grandes, con el Urruxkide Eguna y el Día de Mugas (acordado con la Junta del Valle) y Santa Águeda. El colectivo siente que da vida al valle y quiere seguir haciéndolo, sobre todo a los municipios más pequeños, por eso, adelantaba: “Nos estamos planteando hacer una salida al mes para cantar pueblo a pueblo”.

Este sábado se superaron los 150 kantuzaleak del Pirineo que sonaron por las estrechas calles otsagiarras y sentaron a un centenar de comensales a su mesa. Buenos manjares y sobremesa repleta de canciones y buen ambiente. Y es que el Kantuz, aseguran, “es más que cantar en euskera”, haciendo alusión a la unión. El mensaje lo llevan en el escudo de su pañuelo de cuadros: El lobo no representa una amenaza para la oveja, tradicionales símbolos del valle, si no que, por el contrario, se juntan para cantar bajo el perfil del Orhi.

En 2027 le tocará al Valle de Aezkoa organizar la tercera edición. Una de sus vecinas, Karmele Galarza Larrayoz, aventuraba que se pondrán a la tarea. “Todo por el euskera. Además, Aezkoa está mejorando mucho. Cada vez hay más vecinas y vecinos euskaldunes y eso se tiene que notar. Tenemos que trabajar por la recuperación del euskera en las calles”, expresaba con firmeza y convicción.