Aibar ha vuelto a abrir las puertas al campus que lleva su nombre: Campus de Acordeón de Aibar/ Oibarko Akordeoi Kanpusa, cuya trayectoria cuenta con trece ediciones. Lo hizo este martes con la bienvenida en el ayuntamiento a 19 alumnos y alumnas procedentes de Navarra, Bizkaia y Zaragoza, acompañados de sus familiares. Allí fueron recibidos por el profesorado, la organización, Izaskun Andueza (Oibarko Soinujolea) y en representación del Ayuntamiento, el concejal Fernando González. Un equipo sólido que lo ha organizado con entusiasmo reforzado este año.

Un respiro antes de entrar en materia en las piscinas, tras instalarse el día de llegada

“El cariño y la pasión que le ponen es algo que siempre me ha llamado la atención. Este año como concejal lo he vivido desde dentro y ha sido una satisfacción comprobar la rápida respuesta a la convocatoria. Es una aportación mutua”, expresaba el edil, apreciación compartida por el profesorado agradecido por la acogida.

Clase de Leire Ballarena ayer. 15 años y 5º de Conservatorio Profesional el próximo curso.

Fue el primer día de aterrizaje, reencuentros y estrenos, según el caso, de la aventura musical y personal de estudiantes cuyas edades están comprendidas entre los 12 y los 22. años, con formación en escuelas de música, conservatorios profesionales y en el Conservatorio Superior. Un amplio abanico para una experiencia formativa y convivencial. “Se establecen relaciones súper potentes entre estudiantes de edades dispares. El alumnado más joven encuentra referentes en la gente mayor y les inspira para seguir estudiando. Es estimulante, les anima y les engancha”, argumentó Nekane Iturrioz, catedrática de acordeón del Conservatorio Superior de Música de Navarra. Alma del campus desde su origen, junto a los también profesores, Ángel Luis Goñi, profesor del Conservatorio Profesional Pablo Sarasate de Pamplona y Javier López Jaso, profesor de acordeón jazz en el Conservatorio Superior de Música de Navarra. Este año, como novedad, se suma al equipo docente Asier Capón, profesor de las escuelas de música de Sangüesa, Mutilva e Irurzun, ex alumno del campus, así como lo fueron Iñigo Mikeleiz y Ainhoa Kintana que también forman parte del equipo docente.

Recepción en el ayuntamiento con los dosieres preparados para comenzar.

Talleres y actividades

El programa de la décimo tercera edición agrega a las clases varios talleres entre los que se encuentran: Inteligencia Artificial aplicada a la música, impartido por Ainhoa Quintana, Movimiento Vivencial Expresivo con Nere Iriarte. y el Taller de Música Comunitaria abierto para personas mayores de Iñigo Mikeleiz, a petición de la organización Oibarko Soinujoleak dado el éxito obtenido el año pasado. En esta edición el campus mantiene las actividades: visita a Artamendia Aventura y los descensos en balsa por el río Irati atravesando la Foz de Lumbier, como un complemento a las aulas estivales.

Conciertos

El campus durará hasta el domingo, y el primer concierto del alumnado será mañana en la iglesia de Leache a las 18.30 horas. El viernes, la música se traslada al robledal de Artamendia, de Aibar, a partir de las 21.00 horas. Concierto nocturno Paisaje Sonoro. Música y Poesía en Artamendia El sábado el concierto será en Eslava (iglesia de San Miguel, 10.30 h) Rememorando los sonidos silenciados de la Bizkaia. Fotografía y narraciones de Juan Recalde, autor del libro La Bizkaia de Navarra: memorias de un valle en silencio. La cuarta actuación, de acordeón jazz, será la de clausura, el domingo, 13.00h en el Auditorio Álvaro Aldunate de Aibar. Una combinación de conciertos tradicionales y un nocturno especial en el paisaje natural, con sorpresas y poesías; música en la naturaleza que ilusiona a todo el equipo.

En el mes de noviembre, actuarán en Lerga. ”Es encomiable su implicación desde el principio. Este año será en recuerdo de Iñaki Iriarte, exalcalde fallecido, siempre en nuestro corazón”, declara la profesora. Añade que la receptividad de los pueblos de la Baja Montaña ha sido constante. “Después de trece ediciones el campus forma parte de Aibar y su nombre se difunde en el mundo acordeonístico nacional. La gente de la zona ama la cultura y la música. Aibar es ejemplar en este sentido, con detalles que nos hacen sentir en casa. Aquí sentimos el instrumento y la vida musical de forma potente. La música es una necesidad para vivir. Los días que pasamos en Aibar son una experiencia que nos completa ”, dice convencida.