No sabe si llamarlo casualidad, destino o, simplemente, estar en el lugar correcto en el momento indicado, pero lo cierto es que la peraltesa Cristina Díaz Busto recaló hace un par de años en el grupo zaragozano Umbra, “una banda con mucha historia y trayectoria a sus espaldas”, tal y como cuenta, y que este año tocó en el festival Rock en Femenino, en Jaén, junto a Ígnea (Ucrania), Secret Rule (Italia), Astray Valley (Barcelona), Ancient Settlers (San Sebastián) y White Coven (Zaragoza). Además, este mismo mes han publicado un EP, Oscuridad, con seis canciones.

Cristina, que estudió ADE y Derecho y un máster de Marketing Digital, actualmente trabaja en Zaragoza. Además de haber publicado el libro de fantasía épica El guerrero de la llama azul, siempre ha estado vinculada de una forma u otra a los escenarios. Y es que comenzó en la escuela de música de Peralta con el grupo de guitarras y, después, siguió con los combos de rock. A los 16 empezó a cantar en Malkura, y después en Keios, hasta que paró y retomó las clases de canto con una profesora especializada en técnica y efectos vocales, “con quien llevo aprendiendo a gestionar la voz y evitar lesiones más de cuatro años”.

La banda

A Umbra, que se forma en 2010 de la mano de David Rodríguez, llega gracias a “una amiga de Pamplona, que me presentó a Roberto, el bajista, después de un concierto. Aunque ese día no hablamos apenas, volvimos a coincidir en otro bar donde hacían una open mic y donde se crean sinergias muy interesantes. Ahí me dijo que en el grupo estaban buscando cantante, me preparé varios temas e hice la prueba dos semanas más tarde. Lo cierto es que encajamos muy bien desde el principio, diría que tanto musicalmente como en carácter”.

En la banda, a la que Cristina encasillaría “dentro del heavy metal o hard rock clásico, con un toque de power metal, desde el principio me transmitieron muy buenas sensaciones; se conserva ese buen rollo desenfadado que hay cuando no sólo compartes escenarios sino, también, amistad. Disfrutamos muchísimo de lo que hacemos y nos divertimos mucho en los directos y en los ensayos, y creo que eso se transmite y le llega al público. Umbra, al fin y al cabo, somos como una pequeña familia”. 

La banda posando con el público tras uno de sus bolos.

Ahí están, además de la peraltesa, Rubén Pardos (batería), Roberto Yanguas (bajo), José Luis Abrego (guitarrista) y Sergio Pellicer (guitarrista). De acuerdo con Cristina, “por desgracia, es muy difícil vivir de la música hoy en día, y más si tocas tus propias canciones y, sobre todo, si te dedicas al heavy metal. Todos tenemos nuestros trabajos, si bien es cierto que dedicamos mucho tiempo a la banda y a promocionar nuestra música. De hecho, todos los fines de semana quedamos para ensayar”.

Presente y futuro

Este año están de dulce y es que, aunque la banda tiene dos álbumes (2017 y 2020), ahora van a presentar su EP y, si todo va bien, en 2026 sacarán disco. Oscuridad, recalca, tiene seis temas; tres de ellos, Insecto, Rojo Barro y Oscuridad, grabados en estudio, y los otros tres; Vencer el miedo, Mírame y Esclavos, “son bonus tracks, canciones grabadas en directo con la autenticidad que ello conlleva”. El EP se podrá comprar en su web umbraoficial.com, y las canciones estarán en todas las plataformas digitales.

'Oscuridad', el EP que acaban de publicar

La experiencia de Jaén, además, “fue maravillosa. La Asociación Rock Ximeno nos trató genial y nos hizo sentir como en casa. Todos los grupos debían de tener, al menos, a una mujer entre sus filas”. 

Con diversos gustos musicales y referentes como, por ejemplo, Judas Priest, Iron Maiden, WASP, Helloween, Saratoga, Barón Rojo o Leo Jiménez, para Cristina “lo más satisfactorio de estar en Umbra diría que es el poder expresarte con música y letras con las que te sientes identificada. Esa sensación de pertenencia a un grupo y de notar que avanzas, que a la gente le llena lo que hacemos; las sonrisas del público bajo el escenario o cuando la gente viene a felicitarte después de un concierto o tras escuchar una nueva canción... es una sensación muy reconfortante. Y, lo más ingrato, es que cuesta muchísimo abrirse camino. También, y esto a nivel personal, me da bastante pena que haya tantos prejuicios respecto al rock y al heavy metal”.

Por último, y de cara al futuro, se marcan retos, pero con los pies en la tierra: “Hay que ir poco a poco. El año que viene queremos hacer una gira y también nos encantaría tocar en más festivales. A mí, en particular, me gustaría estar en el Leyendas del Rock o en el Rock Fest”.