El Frontón Municipal de Olite-Erriberri se convirtió este sábado en un espacio de encuentro, diálogo y convivencia con la celebración de la I Fiesta Intercultural del municipio, una iniciativa nacida con el objetivo de visibilizar y poner en valor la diversidad cultural local, fortalecer los lazos vecinales y fomentar una convivencia basada en el conocimiento mutuo y el respeto. La jornada, que se desarrolló entre las 10:00 y las 15:00 horas, reunió a cientos de vecinos y vecinas en torno a una programación variada que incluyó stands culturales, talleres infantiles, exhibiciones de bailes tradicionales y una muestra gastronómica gratuita. Estuvieron representadas distintas comunidades presentes en la localidad, entre ellas la cultura local, africana, marroquí, búlgara, colombiana y ecuatoriana, reflejo de una realidad multicultural cada vez más consolidada en Olite-Erriberri.
Desde primera hora de la mañana, el frontón fue un ir y venir de familias, curiosos y participantes que se acercaron a los distintos puestos para conocer productos, tradiciones y expresiones culturales de otros países. Safidin Dzhavatov, natural de Bulgaria, miembro de la Comisión de Convivencia y presidente de la Comunidad Islámica de Olite-Erriberri, destacaba el ambiente participativo de la jornada. “La mañana está siendo muy divertida e interesante, con talleres para los niños y varios stands donde cada comunidad presenta los productos típicos de su zona. En nuestro caso, además, tenemos expuestos libros islámicos que forman parte de nuestra cultura”, explicaba.
Safidin subrayaba además el interés mostrado por la población local. “La gente del pueblo está participando y mostrando mucho interés por aprender de nuestra cultura. El resultado está siendo muy positivo, es un día para unir culturas”, señalaba, antes de reflexionar sobre el contexto global: “Al final el mundo se ha hecho muy pequeño, prácticamente vivimos sin fronteras. Este tipo de actos nos ayudan a conocernos mejor los unos a los otros”.
Desde el ámbito institucional, la concejala de Olite-Erriberri Rosi Domingos valoraba de forma muy positiva la respuesta ciudadana. “Estamos muy satisfechos, ya que la gente de Olite está respondiendo muy bien”, afirmaba. Domingos recordaba que el programa incluía, a partir de las 13:00 horas, la representación de bailes típicos de los distintos países y la entrega de tickets con banderas para canjear por comida en la muestra gastronómica. “Han venido muchos colectivos a ayudarnos; en Olite hay personas viviendo de más de 40 nacionalidades diferentes”, destacaba, poniendo el acento en la diversidad real del municipio.
Uno de los stands más didácticos fue el de Ecuador, presentado por Vicente Oviedo en representación de una asociación de ecuatorianos de Caparroso. Vicente aprovechó la ocasión para explicar la riqueza cultural y geográfica de su país. “Ecuador es conocido como el país de los cuatro mundos porque tenemos cuatro regiones bien diferenciadas”, relataba, detallando la sierra, la costa, la Amazonía y la región insular de Galápagos, y cómo esas diferencias se reflejan en la cultura y la gastronomía.
El stand ecuatoriano incluía artesanías de la sierra, cacao del Oriente, plátano y café, además de instrumentos tradicionales utilizados en los bailes amazónicos. Más allá de los objetos, Oviedo insistía en el sentido profundo de la jornada: “La mejor forma de conocernos es relacionándonos. Esta fiesta es el espacio óptimo para eso. Todos estos festivales deberían darse más a menudo para que podamos compartir nuestra cultura y aprender de otras”.
Dimensión solidaria
La dimensión solidaria también tuvo un papel destacado en la fiesta. Ola Arafat, gazatí y presidenta de la asociación Salam Gaza Nafarroa, participó con un stand destinado a dar visibilidad a la situación en Gaza y a recaudar fondos para ayuda humanitaria. “Todo lo que hacemos a través de Salam Gaza es un puente; todo lo que recaudamos aquí lo llevamos a la Franja de Gaza y se convierte en agua y comida”, explicaba. Arafat agradecía especialmente la acogida del municipio: “Olite es un pueblo muy generoso, muy solidario con el pueblo de Gaza”.
En su stand no se vendían productos, sino que se ofrecían a cambio de donaciones artículos típicos palestinos como kufiyas, banderas o bolsos, además de símbolos como la sandía, asociada a la resistencia palestina. La asociación presentó también una campaña de bonos solidarios de cara a Navidad. “Queremos enseñar que los regalos no tienen por qué ser materiales, el regalo puede ser solidaridad también”, afirmaba Arafat, destacando que pequeñas aportaciones pueden traducirse en agua potable o comida para familias gazatíes.
La I Fiesta Intercultural de Olite-Erriberri cerró así su primera edición con un balance claramente positivo, consolidándose como un espacio de encuentro donde la diversidad dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en una experiencia compartida. Una jornada que, más allá de la música, la gastronomía o las exhibiciones, puso el foco en la convivencia cotidiana y en la importancia de conocerse para construir comunidad.