Los restos mortales de María Domínguez, que en 1917 ejerció de maestra en Almandoz y fue la primera alcaldesa de la República, aparecieron con un tiro en la nuca en la exhumación llevada a cabo donde fue fusilada en 1936 por los sediciosos franquistas. Aunque todavía sin titulación, fue profesora en el barrio almandoztarra de Mendiola mientras al mismo tiempo se preparaba para obtener el título en la Escuela de Magisterio de Pamplona.

La vida de María Domínguez Remón (Pozuelo de Aragón, 1 de junio de 1882-Fuendejalón, 7 de septiembre de 1936) es un ejemplo de dignidad y de superación personal, desde su muy humilde origen campesino y una formación absolutamente autodidacta.

Maestra:

En una entrevista efectuada en la revista Crónica, ella misma aclaraba cómo llegó a Baztan para ejercer el magisterio: "Un amigo, don Pedro Rubio, estaba de maestro en Almandoz, en el Valle de Baztan, y se le ocurrió proponerme para maestra de una escuelilla de un caserío próximo, Mendiola. La plaza era poco codiciada; me la dieron y yo acepté entusiasmada. Me gustaba, pero no estaba muy segura de poder servir. Mis conocimientos, como autodidacta, eran muy irregulares. Había leído a Víctor Hugo, a Zola, a Blasco Ibáñez, a Dumas, a Kropotkin y a Pí y Margall, pero no sabía la regla de tres".

Y explicaba también: "Para poder dar lección a mis alumnos verá usted cómo tenía que trabajar. Abría la escuela a las siete de la mañana, y la cerraba a las diez. Entonces me iba a pie a Almandoz, una hora de camino, y mi amigo don Pedro, el maestro, me enseñaba la lección que tenía que explicar por la tarde. Me volvía a Mendiola, abría mi escuela a la una de la tarde, daba la clase, la cerraba a las tres y me volvía a marchar a Almandoz a que don Pedro me explicara la lección que yo tenía que enseñar al día siguiente por la mañana. Me la explicaba, y de nuevo me volvía a Mendiola a dormir", argumentaba.

"Es decir, que durante cinco horas del día era usted maestra; durante cuatro, caminante, y durante dos, alumna. En total, once horas de trabajo, ¿no?", terciaba el periodista. "Eso es. Y además estudiaba para lograr el ingreso en la Escuela Normal de Pamplona", afirmaba María Domínguez.

Y alcaldesa:

Se convirtió en alcaldesa de Gallur en 1932 tras una crisis política ocurrida en el municipio. No fue elegida por votación sino por designación pero su legado se ha erigido como un hito histórico. Afiliada a UGT y con firmes convicciones sociales, durante su mandato aprobó un paquete de medidas destinadas a aumentar la igualdad y la justicia social, aplicación de la legislación laboral, construcción de escuelas (aumentando el presupuesto destinado a maestros, infraestructuras y ayudas a la educación) o la creación de bolsas de trabajo para reducir el desempleo y otras muy bien acogidas por la gente humilde.

Tras el golpe de Estado del 18 de julio, María Domínguez se refugió en casa de su hermana en Pozuelo de Aragón, pero fue detenida y fusilada el 7 de septiembre de 1936 en la tapia del cementerio de Fuendejalón, un pueblo cercano al suyo. Idéntica suerte correría su segundo marido, Segundo Romanos.

Más de un siglo después, en Almandoz no se recuerda a la maestra que, según su propio testimonio, enseñó a leer y escribir y las cuatro reglas a 18 niños y niñas del barrio de Mendiola en el caserío Elizaldea. Y que por pensar distinto, por socialista y republicana, por defender la igualdad y la cultura, sería fusilada y recibiría un tiro en la nuca.

La entrada al caserío Elizaldea donde Domínguez ejerció de maestra en 1932 y dio clases a niños del barrio de Mendiola, en Almandoz. JUAN MARI ONDIKOL