El objetivo es “acompañarte en la despedida de tu compañero de vida”, resume Verónica Redín Chamorro, vecina de Pamplona de 40 años. El pasado septiembre abrió Tanatur en el polígono Arbide de Noáin. Un crematorio-tanatorio para mascotas que ofrece servicio de recogida, cremaciones individuales o colectivas y servicio de último adiós.

Verónica Redín, a las puertas del crematorio-tanatorio para mascotas que acaba de abrir. Oskar Montero

Siempre se asocia a perros y gatos, pero es para todo tipo de mascotas. Hasta ahora me ha sorprendido el número de cremaciones individuales de pájaros. También hemos tenido una cobaya. Lo que todavía no me han tocado son reptiles. Y a la persona que más sentida he visto fue a la propietaria de un conejo. Todo el mundo lo pasa mal, aunque puedes pensar que con un conejo no. Pues con un conejo lo mismo”, cuenta Redín.

La idea de esta emprendedora surgió durante el reposo de su segundo embarazo: “Al final tener tiempo da lugar a pensar. Soy amante de las mascotas de toda la vida, he tenido perros, he montado a caballo... es algo que me interesa desde pequeñita. Comienza a surgir esta idea, empiezas a analizarla, a estudiar el proyecto y a buscar financiación, que es muy importante porque nos hemos ido a una inversión de más de 200.000 euros”, explica.

“Es una nave diáfana de 400 m2 que no había tenido actividad, y la hemos podido montar desde cero como hemos querido; las oficinas, la sala velatorio, la instalación del horno nuevo, el vehículo isotermo... por eso nos hemos ido a tanto dinero”, argumenta.

El vehículo isotermo para el servicio de recogida. cedida

La experiencia con sus dos perros, Lala primero y Alf después –“la perrita fue como una hermana mayor para mí, y Alf como un hermano menor”–, tiene buena parte de culpa de su iniciativa.

“La humanización para mí es real porque para mí eran familia. De ahí el querer darles un final digno, que te acompañen en ese proceso duro y que entiendan que para ti es un miembro de tu familia. Están los que tienen mascota y los que no, y hasta que no tienes parece complicado entender que pueda significar tanto para ti o que quieras darle esa despedida, y despedirte en un velatorio y tener las cenizas y hacerle tu propio homenaje”, describe.

Redín, en la sala en la que se encuentra el horno para las cremaciones individuales o colectivas. Oskar Montero

"Están los que tienen mascota y los que no, y hasta que no tienes parece complicado entender que pueda significar tanto para ti o que quieras darle esa despedida, y despedirte en un velatorio y tener las cenizas y hacerle tu propio homenaje"

Verónica Redín - Tanatur

En sus dos meses de andadura, reconoce también que las personas que acuden a Tanatur a despedir a su mascota “se van muy satisfechas, contentas con el equipo y con el trato, porque ven que es algo en lo que se cree. Es importante poder empatizar con la persona en un momento muy duro, ser respetuoso y apoyarle, dentro de que tampoco les conoces. Pero se trata de entender el dolor de esa persona y ofrecerle unas instalaciones cómodas. Intentamos que, dentro del duelo que supone, sea un momento agradable”, reconoce.

“Es importante poder empatizar con la persona en un momento muy duro, ser respetuoso y apoyarle”

Verónica Redín - Tanatur

Los servicios

En un polígono industrial “que no parece un polígono porque es muy tranquilo, tiene mucho arbolado y te da paz”, Tanatur ofrecen la cremación colectiva, que “tiene un precio más económico y se realiza con varias mascotas en el horno, por lo que no es posible la recuperación de las cenizas. Todo incluye la certificación de la cremación, el documento que acredita el fallecimiento para la baja del chip o lo que haga falta”.

Las instalaciones de Tanatur, en el polígono Arbide. cedida

También existe la posibilidad de realizar una cremación individual, “que es exclusiva, única para tu mascota. Ahí tenemos la recuperación de las cenizas y se incluye una urna básica. Dentro del catálogo se elige la que más guste y se hace la entrega con el certificado de incineración”.

Esta cremación individual incluye como añadido el servicio de último adiós, “con una sala, como en un tanatorio convencional, donde se expone el cuerpo. Ves a la mascota, con una ventanita que puedes abrir para tocarle. Y hay otra sala contigua con puerta hidráulica que da acceso al horno. Tú estás presente en todo el proceso, te despides de tu mascota y se te hace entrega de la urna con las cenizas”, concreta.

Por último, cuentan con servicio de recogida. “Hay mucha gente que lógicamente va a su clínica veterinaria de cabecera, y es la clínica la que gestiona el trámite y contacta con nosotros. Podemos hacer la recogida en la clínica veterinaria, o si te ocurre en el domicilio vamos directamente a casa. Nos llaman mucho; un gato, un conejo... o que fallece el perro en casa, como me pasó a mí”, finaliza Verónica Redín.

Tanatorio-crematorio Tanatur. cedida