in bares, restaurantes, hoteles ni mercadillos, en el polígono Agustinos el comercio de barrio sostiene la actividad de Mercairuña. La venta de pasillo casi se ha extinguido. En vez de picotear en el mostrador el cliente encarga por teléfono, y el trabajo es de distribución; preparar pedidos, cargar y repartir.

A las empresas de Mercairuña, donde manda la fruta y verdura fresca -8.545 m2 son suyos- les va mejor o peor en función del perfil del cliente. Aquí va la realidad de un sector que se defiende como puede del coronavirus y no para -menos mal- porque comer es y será una actividad esencial.

¿Se vende más o menos?

El perfil del cliente

"El pequeño comercio está a tope y trabajamos más. El incremento es notable", dice Flora Santesteban, desde 1996 en el puesto Frutas Txiki Iruña. Los días fuertes toda la vida, lunes y viernes, Flora entraba a las siete de la mañana. "Ahora vengo a las cinco para echar un cable, hay más jaleo". Por contra, la venta entre las siete y media y las ocho y media no existe. Un horario frecuentado por clientes asiáticos, "los primeros que cerraron las tiendas". Y el sábado "solo venía un compañero para servirle las faltas a alguno, y ahora se trabaja bien. Está todo el mundo en casa, no hay comedores para los niños... Eso se nota".

"Las tiendas venden más, pero yo no veo que vendamos más kilos que antes de la crisis. La hostelería es una cuota importante de venta, y los mercadillos también cargan mucha cantidad de kilos", opina Ángel, de Comercial de Frutas y Hortalizas S.A. (Cofrohosa), en Mercairuña desde 1987. En su caso, hostelería, colegios y mercadillos suponían cerca del 50% de su facturación. "La venta de pasillos está reducida a la mínima expresión, y aunque las tiendas venden más porque la gente no va al hipermercado, Cofrohosa sí ha notado la bajada de venta".

"Hay más alegría en el día a día del comercio pequeño, pero el grande no compra. Y si un grande compraba un palé, vender ese mismo palé a los pequeños cuesta más", dice Alfonso Ezkurra, de Pescados Megamar, firma con 15 años en Mercairuña. Aunque no vende a hostelería, el cierre del sector sí les afecta. "Tenemos clientes fuertes que sirven a la hostelería; Makro, la Cooperativa de Hostelería o Frilac. Ahora no compran ni de casualidad". Su ausencia supone en torno a un 25% de sus ventas.

Juan Subiés, tercera generación de la empresa familiar de frutas del mismo nombre, sí trabaja "bastante más, sobre todo en días puntuales". Lo nota mucho los sábados. "Como los clientes los viernes venden más que de normal, el sábado vuelven a comprar. Se ve que las tiendas están desbordadas, y nosotros también". Ellos notan la ausencia de clientes de mercadillo. También del sector asiático. "Han cerrado todos, y son bastantes tiendas". En lo personal, Juan echa en falta además el apoyo de su padre en la oficina. Ahora está en casa por precaución. "Estoy deseando que vuelva la normalidad. Aunque se venda más, uno no trabaja tranquilo ni a gusto. Ves que no llegas y es un agobio. Además el trabajo se concentra en pocas horas, casi no hay venta de pasillo. Es preparar pedido, preparar pedido... Y tampoco es que estemos haciendo el agosto, porque hay más gastos; alquilar otra camioneta, otro repartidor... queremos normalidad".

Por último, María Luz Martínez (Iruña de Frutas y Verduras) reconoce que "no podemos competir con los precios de las grandes superficies, que venden muchísimo". Pero aunque la cosa "va por días", tras un febrero "muy flojo" sí están sacando más producto "sobre todo porque la gente va a la tienda familiar, la tradicional, para no desplazarse tanto".

¿Se compra distinto?

Patata, cítricos...

"Cuando empezó esto hubo una locura con las patatas y las cebollas. Ahora es un consumo más normal, pero el primer sábado, cuando se veía venir la cuarentena, fue una pasada. No había vendido tanto en mi vida", recuerda Juan Subiés, que detecta "un consumo más sostenido de productos que vienen de Almería; pimientos, judías... También de cítricos y manzana, que ha subido de precio". Hay otros productos "de capricho, como espárragos o alcachofa, más baratos de lo que deberían. Ahora está empezando el espárrago y suele costar más. Pero la gente no está por la labor de eso, está por la labor de la berza, la coliflor... verduras del día a día".

"Naranjas y mandarinas desde luego se venden", opina Flora. "Pienso que la gente está comiendo mucho cítrico por el tema de las defensas. Y en mi familia me dicen que las mandarinas, por cajas", comenta. "Siempre hemos vendido mucha naranja y mandarina. Y está empezando la temporada de la fresa y vendemos bastante", comenta María Luz Martínez, que no ha visto cambios significativos en la facturación que apunten a un consumo diferente. "El primer fin de semana después de decretarse el estado de alarma noté más compra de limón y de cítrico. También de calabaza, que nos extrañó. Había ansias de acaparar, pero la gente ya se ha dado cuenta de que suministro no falta", desgrana Ángel. Achaca la el "bajón" de alcachofa y espárrago "al cierre de la hostelería, que tiraba mucho de ese producto. Los mercadillos también compraban mucho espárrago. Ahora son kilos que no salen", dice.

En cuanto al pescado, explica Alfonso que los tamaños que solía llevarse la hostelería, como el besugo de kilo o kilo y medio, bajaron las dos primeras semanas y su precio se ha vuelto a estabilizar. Por lo demás, el consumo "es más o menos igual". Y el precio se ha encarecido "aunque salga en la tele que ha bajado. Se decía que la merluza se pagaba a 1,80 euros, pero esa es de arrastre, de uno a dos kilos, y aquí no tiene venta ni se consume porque viene llena de anisakis. Aquí se consume merluza de anzuelo de cierta zona, que viene sin anisakis y hoy se está pagando entre 11-12 euros". En el precio el que manda es el mar, "y este fin de semana subirá porque hay mucho temporal". El virus sí influye cuando los pescadores dejan de faenar. "La flota francesa ha parado bastante, y la de anchoa del Cantábrico también. Y como la anchoa del Mediterráneo no ha parado, ahora se paga a más dinero".

Que se apañe cada cual

Piden más medidas

"Aquí te la juegas un poco. En el puesto más o menos nos protegemos, pero con los clientes hay de todo", explica Mari Luz sobre su exposición al coronavirus. "Respecto a la primera semana sí que se ha notado más conciencia sobre el tema", añade. Alfonso cree que "no hay que insistir mucho porque la gente ya tiene muy metido en la cabeza lo de la distancia de seguridad". Flor está "muy tranquila. Si te toca te toca, pero yo prefiero venir a trabajar. Por miedo no me voy a quedar en casa". Ángel explica que "nos hemos tenido que proveer nosotros de mascarillas y guantes. Pensaba que Mercairuña nos daría por lo menos mascarillas, pero qué va. Ni un atisbo". Y Juan añade que "lo que quieras te lo haces tú, y te pone en el compromiso. Nos hubiera gustado un poco más de ayuda por parte de Mercairuña. Y todavía estamos esperando a que vengan a desinfectar".

"Se vende un poco más; la gente tiende a ir a la tienda familiar para no desplazarse"

Iruña de Frutas y Verduras S.L.

"Se nota más alegría en el día a día del comercio pequeño, pero el grande no compra"

Pescados Megamar

"Aunque se venda más, no llegas y es un agobio. Y tampoco hacemos el agosto"

Frutas Juan Subiés

"Las tiendas sí venden más, pero yo no veo que vendamos más kilos que antes"

Comercial de Frutas y Hortailizas S.L. (Cofrohosa).

"El pequeño comercio está a tope y trabajamos más. El incremento es notable"

Frutas txiki Iruña