odas las tiendas de alimentación abiertas y nosotros más de un mes en casa. Era algo totalmente injusto y estamos tremendamente agradecidos al Ayuntamiento de Zizur por las facilidades que nos han puesto.

Se han portado de diez", admitía ayer desde su puesto de frutas y hortalizas Ildefonso Herrera. El tránsito de vecinos en la trasera de la plaza Idoia, tras un mes sin ventas en la calle, daba una imagen de normalidad que muchos vecinos necesitaban, incluso de "tranquilidad" en medio de la pandemia, admitían los vendedores ambulantes.

Desde las siete de la mañana la Policía Municipal junto a personal del Ayuntamiento y el concejal Andoni Serrrano a la cabeza se encargaron de organizar el circuito de seguridad para acceder con garantías de orden y seguridad a los cuatro puestos de alimentación instalados en el paseo Kirolaldea: frutas y verduras, queso, bacalao, huevos, encurtidos y pastas. Productos de primera necesidad.

Una cinta permitía guardar las distancias obligatorias y el Ayuntamiento repartió guantes, mascarillas y protectores faciales a los vendedores, así como mascarillas entre los compradores hasta agotar existencias. También se contó con el apoyo del personal de obras para garantizar la máxima seguridad. A las ocho ya estaban despachando. Así, hasta las dos. Y sin parar.

El alcalde Jon Gondan autorizó esta medida tras una modificación en el decreto estatal que estableció el estado de alarma, que inicialmente prohibió este tipo de actividades. La resolución llegó el pasado miércoles alegando el Consistorio que "se trata de comercio y puestos de primera necesidad". Este tipo de permisos han quedado en manos de los ayuntamientos, acuerdo al que se llegó tras la reunión de coordinación que tuvo lugar esta semana con la Delegación del Gobierno y los diferentes cuerpos policiales. Los vendedores piden ahora al resto de ayuntamientos que resuelvan los trámites necesarios y les autoricen entrar a vender. Para algo "pagamos nuestros impuestos y tasas, y se paga mucho".

Ildefonso recuperó parte de su clientela habitual que llegó de la mano de hijos o familiares. "Las personas mayores se han quedado en casa", destacaba. Mucha verdura "fresca" y fruta, sobre todo cítricos, naranjas y limones fue lo que más se vendió. "Traemos mercancía de Calahorra y de Merca Madrid para intentar tener productos de calidad a buen precio", destacaba. "La gente llevaba sus masacarillas y está muy concienciada de la necesidad de guardar la distancia de seguridad. Ellos mismos se han ordenado en línea recta y nos ha sorpendido ver a tanta gente. Tenían ganas", expuso. "Cuando ves a todo el mundo de tu sector trabajando, y uno en casa, no lo puedes entender. Nosotros vendemos productos de primera necesidad y no podemos vender cuando en realidad estamos en la calle, al aire libre, nadie toca nada salvo nosotros extremando las medidas de higiene y de manera más segura que un supermercado", reitera. Ildefenso tenía de todo aunque, dice, escasea la borraja, coliflor y brócoli por lo que el precio ha subido algo respecto a hace un mes. "Yo estoy convencido que vamos a volver a la normalidad. Que la gente cuando pueda se echará a la calle, aquí hay mucha tradición de mercadillos", subraya. Confían en poder estar en el tour de semanal que, en su caso, empieza en Noáin, sigue en Villava, Zizur y llega a Sarriguren.

"Ya el 13 de marzo establecimos una seria de medidas de seguridad y distancia entre los clientes". En la jornada de ayer se puso además una mesa para dejar las compras y el gel hidroalchólico preparado, "porque nosotros cobramos en metálico". "Creo que cumplimos con creces todos los requisitos, nos hemos organizado muy bien y así debe ser. La gente está mucho menos hacinada que en un supermercado. Aquí no se puede tocar la fruta directamente, solo el vendedor que se lava las manos continuamente y se cambia los guantes. En una fábrica o una tienda se producen más situaciones de contagio, aquí aunque la gente tosa se lo lleva el aire", señalaba Carmen Razquin, que vende bacalao, queso, huevos y conservas, derrochando buen humor a los malos tiempos. En favor de los mercadillos destaca que ofrecen muchos productos de primerísima necesidad "que no podemos quitarle a la gente, sobre todo, personas mayores, que lo necesitan. Es una forma de compra que está muy arraigada en Pamplona y nos hemos adaptado a los tiempos". Ayer fueron los hijos e hijas los encargados de hacer la compra. "Algunos llevaban dos bolsas, una para ellos y otra para sus padres", relata.

"Estamos super agradecidos al Ayuntamiento de Zizur por lo bien que se ha portado; ahora estamos peleando para que otros ayuntamientos hagan lo mismo". Carmen, natural de Arbizu e hija y nieta de vendedores ambulantes, se mueve por Noáin, Alsasua, Estella, Aoiz, Zizur y Sarriguren. "No queremos que nos pongan dificultades, ya hemos demostrado que podemos vender en la calle y prestar este servicio de proximidad a la ciudadanía. Muchas familias vivimos de la venta ambulante", reitera y añade que ellos están "llueva o nieve, pasando frío o con un huracán al pie del cañón". "Vendo mucho producto de Navarra y oferta variada de bacalao que no se encuentra en las grandes superficies", señala asegurando que no ha habido subidas de precios. "La gente no está para subidas, y menos nosotros que vendemos directamente al consumidor lo que compramos", observa. Ayer hubiera vendido más género, se quedó corta pero no esperaban tanta aceptación. "La verdad es que los proveedores están locos por colocar el género, teniendo en cuenta además que los restaurantes y bares están cerrados", asume.

Al otro lado, la vecina de Zizur Carmela Díaz se mostraba ayer contenta con el regreso del mercadillo al municipio. Ella es clienta fiel de los viernes. Bacalao, huevos, espárragos y queso de Carmen Razquin son sus productos favoritos. "Me han dado una mascarilla y tan tranquila, no podía estar mejor organizado todo. Cualquier tienda está mucho más concurrida", señalaba.

"Las medidas de seguridad han funcionado. Quisiera agradecer la responsabilidad de la ciudadanía que ha respetado las indicaciones. Es una reapertura parcial muy deseada tanto por los comerciantes como por la ciudadanía, productos de primera necesidad", destacaba ayer Ales Mimetza. También el primer edil aseguraba que la seguridad ha sido "incluso mayor que en un supermercado donde la gente se apiña en los pasillos".

"Hemos demostrado que podemos vender en la calle con la máxima seguridad"

Vendedora de queso y bacalao

"Todo está muy bien organizado, menos concurrido que en una tienda"

Compradora