estella-lizarra. Los colectivos Amapola del Camino, Euskal Memoria Fundazioa y Memoria Argituz de Estella-Lizarra organizaron el pasado sábado un homenaje a las personas asesinadas y represalidas a raíz del golpe de estado de 1936. El acto incluyó varias intervenciones ante el actual edificio del Museo Gustavo de Maeztu de Estella-Lizarra, antiguo palacio de los Reyes de Navarra, que fue cárcel en 1936, en la que permanecieron muchos de los fusilados. El homenaje tuvo lugar en víspera de la celebración el 14 de abril del Día de la República.

El acto se reconocimiento del sábado a los estelleses represaliados en el 36 se inició con la intrepretación de La internacional con trompeta y bombardino a cargo de dos integrantes de la familia Urriza.

A continuación, Jesús Mª Txasko, de la organización del atco, presentó la iniciativa en nombre de Memoria Argituz de Estella-Lizarra. Por su parte, el acto prosiguió con la intervención de José Ángel Elizalde, nieto de uno de los asesinados estelleses a raíz del golpe de estado de 1936, Francisco Elizalde. Su nieto destacó que “nunca los olvidaremos y año tras año estaremos aquí”

Después, tomó el relevo Olaia Sánchez, biznieta de Cirilo Salsamendi Luquin, también asesinado. Esta intervención, en castellano y euskera, quiso dedicarse en esta ocasión a las mujeres, que sufrieron la represión al perder a sus compañeros, hijos o hermanos y también en sus propias carnes.

Así, el texto destacó que éste ha sido un colectivo muy olvidado. “Las mujeres fueron represaliadas, torturadas, rapadas, abandonadas con hijos en una sociedad hostil y muchas de ellas encarceladas y asesinadas”, señaló Olaia Sánchez, que añadió que las mujeres quedaron en una situación precaria. “Las viudas en una absoluta miseria tuvieron que sacar adelante a sus hijos sin tener absolutamente nada, pero su rabia y coraje logró el milagro de sobrevivir en unas situaciones tan adversas”, aseguró la biznieta de uno de los asesinados.

Olaia Sánchez añadió que “ellas con su relato y sacrificio mantuvieron viva la semilla de la justicia social. Por la cárcel de Estella-Lizarra pasaron muchas de ellas”. Así, se recordó por ejemplo el caso de la familia Goyena-Arraiza, de la que fueron asesinados tres de sus miembros, Cesáreo Goyena, César Goyena y Emilia Arraiza, sobreviviendo únicamente la hija, Emilia Goyena Arraiza, tras permanecer escondida seis meses en el desván de su casa de Estella y exiliarse después a Argentina.

Al recurdo a todas las mujeres represaliadas siguió a continuación, un aurresku en honor a todas las personas asesinadas y las que sufrieron la represión, que se encargaron de interpretar los dantzaris Javier Lana y Raquel Ugartondo.

El acto de homenaje del sábado en Estella-Lizarra se cerró con una ofrenda floral que, al encontrase el edificio en obras, no pudo realizarse ante la placa que en el zaguán del museo recuerda a los asesinados con sus nombres. Por ello, las flores, claveles rojos, se repartieron entre los familiares asistentes al acto. “Esos claveles representan orgullo y admiración y se las quedaron las familias para recordarlos”, resumió en este sentido Jesús Mª Chasco desde Memoria Argituz.