ESTELLA-LIZARRA - La poza del Agua Salada de Estella-Lizarra fue ayer vaciada para evitar infecciones y problemas en los usuarios. Debido a la sequía, el manantial situado bajo la cueva ha dejado de desbordar a la poza exterior de hormigón que hace de piscina, por lo que la situación era de estancamiento de agua. Los riesgos higiénico-sanitarios que corrían los vecinos y vecinas que aun así continuaban acudiendo al lugar llevaron a un grupo de bañistas habituales a retirar el tapón que retenía la salida del flujo hacia el río Ega, vaciando así el vaso.

Esta zona es mantenida durante todo el año por un grupo de vecinos que se citan diariamente para darse un baño. Estos creyeron que era más seguro vaciarla en lugar de tomar otras medidas como acordonarla. Recuerdan además que son ellos quienes cuidan el lugar y se encargan, por su cuenta, de acondicionarlo. “Desde el Ayuntamiento no se preocupan de lo que ocurre aquí, hace muchos años que no lo hacen, nosotros limpiamos la poza con cepillos, pusimos el tapón, quitamos la hierba, pintamos las barandillas y arreglamos la zona de acceso al río para evitar que los críos saltaran desde arriba”, declararon. Además, dijeron, echan en falta una mejora en la limpieza de la zona. “Las papeleras están a rebosar y la basura que la gente tira acaba en el agua, lo cual es muy peligroso, porque en el fondo puedes encontrarte con cristales”, apuntaron. Sin embargo, sí resaltaron la buena decisión de prohibir que los perros se bañen, implantada hace apenas unas semanas por el anterior equipo de gobierno.

problemas desde enero La sequía se arrastra este año desde enero. Así, aunque a finales de ese mes volvió a manar algo de agua debido a las nieves, la situación esta temporada ha sido complicada para este enclave. La precipitación acumulada ha sido mucho menor que el año pasado y se agravó desde comienzos de febrero periodo en el que apenas se han recogido 97 litros, cantidad inusual tanto en invierno como en primavera. Hasta hace una semana, todavía brotaba algo de agua, pero la situación ayer ya era insostenible. En la zona cercana a la poza hay otra salida por la que mana el agua al río. Estos usuarios, ya expertos, consideran que de estar esa salida cerrada, sería probable que a la poza del Agua Salada no le faltara nunca el flujo del manantial que la llena. Sin embargo, acabar con ese escape parece inviable.

Ahora tendrán que esperar a que vuelvan las precipitaciones y se llene de nuevo, algo que parece que va para largo. Uno de ellos especuló sobre el motivo de tantas sequías. “Desde hace dos décadas la poza se seca a menudo, puede ser por el cambio climático, aunque tal vez tocaran alguna vía importante en una reestructuración y por eso ya no llega agua”.

De momento, seguirán con su cita diaria, aunque bañándose en el agua del río. Sin embargo, ellos prefieren la poza, pues además de que se mantiene a temperatura constante durante todo el año (17-18oC), tiene una alta concentración de sales, pues se llena con agua procedente de un acuífero de yesos y carbonatos. El Gobierno de Navarra calificó recientemente la zona como “excelente”.