Estella-Lizarra - Cerca de cien personas participaron ayer en la primera reunión de la plataforma de afectados por el amianto de la antigua Agni, una industria de Estella que en las décadas de los 70 y 80 llegó a tener 600 trabajadores y que fabricó millones de estufas en las que alguno de sus componentes incluían materiales cancerígenos, especialmente el amianto. Fueron convocados por el sindicato LAB, cuyo representante Óscar Goldaraz afirmó que era ya hora de que se hiciera en Estella, y más cuando “se han conocido nuevos casos de enfermedades y también de sentencias judiciales que recogían los efectos del contacto con el amianto”. La de ayer fue la primera toma de contacto con el grupo de 58 trabajadores que desarrollaron su actividad en la factoría estellesa y que manipularon en su trabajo esta sustancia cancerígena que también llevaban a casa impregnada en sus ropas.

Una de las caras visibles de la plataforma es Isabel Vicuña: “Un compañero afectado por el cáncer denunció a la empresa y me pidió que fuera su testigo. Entonces me di cuenta de que las consecuencias del amianto irían saliendo y hoy estamos aquí para darle una solución a nuestras dudas”, resaltó. Otro de los integrantes de la plataforma es Jesús Sádava, quien afirmó que “el amianto mata. La administración de alguna manera lo ha reconocido porque fue ella a través del INS quien mandó comunicación a los afectados. Entonces, los afectados pueden optar por pedir daños a la empresa y también a la administración por la falta de control”. De la misma opinión fue Juan Antonio Castilla, de ADAVAN (Asociación en Defensa y Ayuda a las Víctimas del Amianto de Navarra): “El amianto tiene un periodo de latencia de entre 20 y 40 años; su pico está en la población de más de 70 años. Por eso, no se entiende que se alargue el periodo de las pruebas. Con una exposición al amianto de 10 años los análisis a los expuestos tienen que ser por lo menos anuales”. Castilla fue categórico en cuanto a la responsabilidad: “Los empresarios sabían que el amianto producía problemas de salud pero lo usaban porque era barato”. Castilla animó a los 58 afectados de Agni a que, independientemente de las decisiones personales, planteen la cuestión de forma conjunta. Ixaxi Pérez de LAB, habló de los pasos a seguir para quien estuvo en contacto con el amianto o tuviera detectada ya alguna enfermedad: “Hay que acudir al Instituto de Salud publica Laboral para que se realice una estudio y se incluya al afectado en el listado de afectados”, comentó.

De la asociación Ananar participó Mª Asún Fernández, quien destacó la importancia de apoyar “la investigación que ha estado parada y que puede traer nuevas vías y otros tratamientos contra las enfermedades del amianto”, concluyó.

El hermano de Mª Carmen Igúzquiza falleció a consecuencia de “trabajar” con amianto y ella reconoció que “está reunión llega tarde pero me alegro de que por fin se haga en Estella”, finalizó.