a campaña del espárrago toca a su fin en Tierra Estella. Los agricultores echaron el cierre hace unas semanas y los jornaleros volvieron a sus lugares de origen. Ahora, ya solo quedan un puñado de conserveras ultimando los trabajos de embotado. Este sector no ha sido indiferente a la anómala situación marcada por la covid-19. Precios más bajos, menor porcentaje de producto destinado a la venta en fresco, medidas de seguridad y un final algo más temprano de lo habitual. A pesar de todo, el género ha sido de una gran calidad y, como la necesidad agudiza el ingenio, nuevas formas de venta y distribución se han puesto en marcha.

Aunque todavía es pronto para hacer estimaciones, según Ana Juanena, secretaría del Consejo Regulador de la IGP Espárrago de Navarra, la campaña, en cuanto a producción, ha sido bastante común. La cantidad de kilos recogidos finales aún no se conoce, pero se piensa será inferior a otras veces debido a la menor duración de la campaña a causa del virus. En cuanto a la calidad, las condiciones meteorológicas han favorecido que sea superior a la de años anteriores debido a la humedad.

Por parte de las conserveras, a excepción de una empresa que no ha iniciado su actividad, el resto ha trabajado como cada año. De igual modo lo han hecho los jornaleros que, procedentes de Andalucía en su mayoría, ya estaban en Navarra antes de decretarse el Estado de Alarma. Los agricultores para los que trabajan, en su inmensa mayoría, no han parado su labor.

La situación tan anómala, por tanto, no ha interferido en el trabajo, aunque sí han tenido que modificarse algunos hábitos a causa de la paralización del sector de la restauración. En general, el porcentaje destinado a conserva ha aumentado al no poderse dar salida al fresco. En el caso de Enrique Mangado, agricultor de Sesma, del 100% de la producción que habitualmente destinaba a la venta en fresco a particulares y mercados, en torno a un 40% ha ido a parar a la conservera este año. Tanto unos como otros, han sido pagados a un precio más bajo de lo habitual.

Pero, como no hay mal que por bien no venga, esta situación ha ayudado a impulsar nuevas e ingeniosas vías de comercialización. Así, como aseguró Marcelino Etayo, presidente del Consejo Regulador de la IGP Espárrago de Navarra y agricultor de Mendilibarri, se han abierto nuevas vías de venta, sobre todo la online, que "podrían ser aprovechadas en el futuro". Un buen ejemplo es la iniciativa Alimentos de Tierra Estella De Casa Etxekoa Lizarraldeko Elikagaiak, que ha conseguido distribuir a domicilio, tanto por Tierra Estella, como por Pamplona y su comarca, centenares de kilos de espárrago fresco.

Amoldándose a las medidas de seguridad, los jornaleros y agricultores se despidieron de acudir a su puesto de trabajo en grupo y pasaron a hacerlo en vehículos separados, pudiendo ir un máximo de dos personas en cada uno de ellos. Durante este trayecto, la mascarilla se convirtió en aliada indispensable, aunque, confiesan, en el campo, donde es muy fácil guardar la distancia de seguridad, solían prescindir de ella. En la conservera, según Cayo Martínez (Viuda de Cayo), al principio fue complicado adaptarse a las medidas, pero, tras la incorporación de mamparas y la remodelación del espacio, pudieron trabajar con normalidad.

Juan Vargas, temporero de Jodar, dijo que la campaña fue más complicada de lo normal, pues se desplazó a Navarra junto con su mujer, dejando a sus dos hijos en su localidad natal, y la distancia, en esta situación atípica, fue difícil de soportar.