ESTELLA-LIZARRA - Tras la moción de censura celebrada el pasado marzo y la celebración de varios plenos telemáticos a causa de la crisis sanitaria, ayer la corporación municipal de Estella-Lizarra volvió a reunirse, esta vez contando con Navarra Suma, grupo ausente los pasados meses, en un pleno que, si bien comenzó con consensos, aprobándose la totalidad de los puntos, se tornó en crispación durante los ruegos y preguntas. Los reproches lanzados por Navarra Suma por el retorno al poder de EH Bildu gracias al apoyo de los dos concejales ahora no adscritos, Jorge Crespo y Magdalena Hernández, coparon el debate, el que se volvió algo bronco.

A pesar de la inusual situación, - incluso el escenario de la reunión era distinto al habitual, celebrándose el pleno en el salón de actos de la Escuela de Música Julián Romano para ayudar a preservar las medidas de seguridad -, la totalidad de los puntos a tratar lograron ser apoyados. Así, se aprobó la enajenación directa de las dos plazas situadas en el subsuelo de la calle San Francisco Javier-Plaza de la Coronación, la adjudicación del arrendamiento del “Chiringuito la Hormiga” del parque de Los Llanos, la adjudicación de los columbarios de la zona C del Cementerio Municipal y la ejecución de la sentencia del TSJN por la cuál Kirolzer SL será la empresa encargada de la gestión del polideportivo. La aprobación del nuevo Reglamento Orgánico Municipal contó con la abstención de Navarra Suma, los que dijeron están de acuerdo con el texto, pero echan en falta una serie de “conceptos que nuestro grupo sugirió en varias reuniones y que no han sido añadidos”. Ante esta postura, Leoz se mostró sorprendido pues, según dijo, la propuesta hecha por la oposición sobre las sesiones telemáticas era irrealizable por no disponerse de la tecnología necesaria.

En cuanto a la moción presentada por Navarra Suma, -por la que solicitaron el adelanto de la implementación del Plan Director del Ciclo Integral del Agua y la ampliación del ramal del Ega del canal de Navarra con la intención de dar un respiro a las extracciones de agua realizadas en el río-, la posición del equipo de Gobierno fue la abstención, oponiéndose Ibai Crespo, único representante del PSN, por considerar el coste inasumible. Por su parte, José Miguel Pérez de Eulate (EH Bildu) dijo que priorizar el canal podría significar renunciar a la aplicación de otras medidas más sostenibles. Sin embargo, con el sentido de su voto dieron margen a tratar la cuestión en futuras sesiones de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Rural. También Pablo Ezkurra (Geroa Bai) quiso matizar que la envergadura económica de la obra, sobre todo teniendo en cuenta la situación actual, hace imposible un adelanto. “El plan director del agua está muy bien hecho y ejecutado, sólo hay que esperar, los plazos no pueden adelantarse o retrasarse según le convenga a un partido político”, puntualizó.

El encontronazo llegó en la parte final de la sesión. Fue Santos Mauleón (Navarra Suma) el primero en tomar la palabra para definir el concepto de tránsfuga como “grupo que, traicionando a sus compañeros de lista, pacta con otras fuerzas para alterar la mayoría gobernante o dar mayoría a un grupo que no la tiene”. Refiriéndose a Crespo dijo que está en política porque “de algo hay que vivir”, mientras que “la señora Hernández ni está ni se le espera”. Continuó diciendo que “la moción de censura fue un paripé, basada en calumnias y mentiras”, para acabar refiriéndose al equipo de Gobierno como un grupo formado por “independentistas, separatistas y tránsfugas”. Ante esta intervención, el alcalde Koldo Leoz (EH Bildu) no solo le pidió moderación en sus palabras, las que dijo “rozan el incumplimiento del reglamento municipal recién aprobado”, sino que señaló que el equipo que preside tiene “democráticamente mayoría absoluta en este pleno”. Por su parte, Jorge Crespo, revisando la acepción dada por Mauleón, “la que igual ha sacado usted de los tiempos de Franco”, quiso matizar que tanto él como su compañera Magdalena Hernández fueron expulsados del partido al que pertenecían contra su voluntad y que su postura en la moción fue una respuesta a la falta de colaboración mostrada por Navarra Suma en los meses de Gobierno. “No tendieron puentes con nadie, creyeron que este ayuntamiento no era una democracia, sino un caciquismo”, reprochó Crespo. Las contestaciones y los reproches se alargaron en el tiempo, sobrepasando el asunto de la moción y llegando a otros como la prórroga de los presupuestos o la adjudicación de un despacho a los dos concejales no adscritos, lo que Navarra Suma calificó de ilegalidad.