Vertiginosa, veloz y muy, muy emocionante. Así fue el segundo encierro del Pilón, el protagonizado por las reses de la ganadería funesina de Adrián Domínguez, que dejaron un total de cuatro atenciones leves por contusiones en extremidades y en el que una vaca, Currica, acabó en el barranco y no terminó el recorrido.

La música de la banda y la charanga amenizó ayer la espera de las cientos de personas que volvieron a acercarse hasta la localidad ribera y a las 9.00 horas en punto, y tras el segundo cohete, los animales de Domínguez salieron sin titubear del corral. De hecho, cuando el crono marcaba los 28 segundos los primeros animales ya se dejaron ver en la parte alta del recorrido y terminaron la carrera en apenas 58 segundos. Dos reses fueron las que tomaron la iniciativa y las que, a una velocidad endiablada, limpiaron la cuesta a su paso por lo que muy pocos corredores lograron mantenerse algunos segundos delante de ellas.

Vistosa carrera en el segundo encierro del Pilón de Falces. Unai Beroiz

De hecho, dos de los que lo hicieron acabaron chocándose entre sí y se dieron de bruces contra el suelo. A pesar de lo aparatosas que resultaron las caídas, todos los mozos que precisaron de asistencia bajaron por su propio pie a la jaima, el punto fijo de atención de la DYA en el Pilón.

Y cuando parecía que todo había transcurrido con normalidad, comenzaron los gritos: decenas de personas, al ver que solo nueve astados habían concluido el encierro, cayeron en la cuenta de que faltaba una vaca y todas las miradas se centraron en la poza, lugar del que en torno a las 9.40 horas, y gracias a una soga, sacaron al animal y lo subieron directamente al corral de arriba.

A pesar de que ayer el horario coincidió por primera vez con el encierro de Tafalla, fueron cientos las personas que poblaron las laderas del monte falcesino.

Además, y de cara a estos días en los que la afluencia de gente puede que sea algo menor, el dispositivo de la DYA, tal y como explicaba uno de los efectivos, se mantendrá como el domingo y lunes; con dos ambulancias y dos equipos médicos de diferentes bases compuestos entre 12 y 14 personas. Y es que, insistía, “no podemos estar menos gente; si pasa algo tenemos que responder con rapidez y este es un buen número”.

Satisfacción

Para el ganadero de Funes supone “una alegría muy grande volver a retomar la normalidad y que la gente disfrute de sus fiestas y, por lo tanto, nosotros con nuestro trabajo que, además de un trabajo, es una afición”.

El encierro, contaba, lo vivió desde arriba “y enseguida vi que la vaca que al final se ha ido al barranco amagaba con escaparse. No quería estar con la manada, se ha ido a la derecha, luego ha intentado adelantar al resto y, finalmente, se ha tirado en la curva. La verdad es que, gracias a la gente, enseguida la hemos cogido y devuelto al corral”.

Con animales ya conocedores del recorrido y con otros nuevos, como es el caso de Currica, Domínguez disfruta cada vez que va a Falces: “Parece que gustan mis animales aquí y yo, encantado de volver”. 

Además, en la prueba de ganado, con vacas de características diferentes a las que corrieron por el monte y elegidas especialmente para la ocasión, “la gente ha disfrutado, así que estoy muy contento”.

El ganado de este funesino, además, realizó el encierro de mediodía –en este caso con las vacas del Pilón– y el de las 19.00 horas.