Ya está todo preparado en Burlada. Vallas colocadas. Recinto festivo listo. Patio del instituto Askatasuna y campa entre cementerios –con permiso de Atarrabia– habilitados como aparcamiento. Y chupinero elegido. Berta Arizkun afronta sus segundas fiestas como alcaldesa y espera con nervios el cohete inicial. “Una vez que empieza, todo fluye, pero ese momento siempre me genera nervios”, reconoce la primera edil.

En el programa destaca el trabajo de colectivos y hostelería. ¿Sin ellos las fiestas serían menos fiestas?

–Con los colectivos llevamos muchos años trabajando de manera conjunta. Siempre han aportado esa parte más popular de las fiestas y evidentemente sin ellos y ellas no serían lo mismo. La colaboración es muy estrecha también con los establecimientos de hostelería, incluidos en el programa y que aportan su parte importante.

José Félix de Miguel lanza el cohete. Una persona querida en Burlada a tenor de la votación popular.

–Ha sido una sorpresa para todos y todas, primero para él. Las candidaturas individuales son complicadas frente a otras como la coral San Juan, o el Burladés y el Arga, por donde han pasado muchísimas personas. Que haya ganado Félix quiere decir que la gente ha reconocido ese trabajo de muchísimos años en el movimiento popular y en la cultura de Burlada. Y yo, que he compartido un montón de años con él en el grupo de danzas, estoy muy contenta. Me hace especial ilusión y me alegro muchísimo por él.

Deporte, música, vaquillas, bailes, comparsa, gastronomía... ¿qué acto cree que tiene más tirón en fiestas?

–Todo lo que tiene que ver con el recinto festivo. Y hay actos que se repiten cada año y son muy esperados; las danzas del día 15, el concierto de la banda o los arroces del mundo, acto que se ha instaurado en el programa festivo y cada vez tiene más público.

¿Cuál es el acto que más le ilusiona?

– Las danzas del día 15, porque he bailado 23 años en la plaza de la iglesia después de misa. Aunque la verdad es que me lo paso bien en cualquier acto.

El viernes volverán a celebrar el acto en recuerdo de todas las mujeres víctimas de la violencia machista.

–Se organiza desde hace muchos años para recordar, también en fiestas, a las mujeres asesinadas por la violencia machista, seguir denunciando toda la violencia que se ejerce contra las mujeres y poner el foco en esas agresiones que desagraciadamente se suelen dar en los entornos festivos. Es un acto muy especial en el que colabora la comparsa, la banda de música, y que se organiza de manera conjunta con las asociaciones de mujeres. Un acto bonito y a la vez reivindicativo. Y sobre todo de denuncia.

Desde el Consistorio insisten en el mensaje: disfrutar desde el respeto.

–Es una pena que tengamos que insistir en lo mismo, activar los diferentes protocolos, poner los puntos violeta... Pero desgraciadamente a día de hoy todavía son necesarios. El que no vaya a venir a Burlada a disfrutar y a respetar, que no venga porque no es bienvenido. A los demás les recibimos con los brazos abiertos. Como siempre.

Al margen de la fiesta, ¿cómo lleva su primera legislatura al frente del Ayuntamiento?

–La responsabilidad es mayor, y hay una gran diferencia, incluso de cuando era teniente de alcalde. Ahora soy la cabeza visible dentro del Ayuntamiento, y me ha costado asumirlo. Ha sido un año muy intenso, de poner en marcha muchos proyectos que venían de la legislatura anterior, y los que nos marcamos como equipo de gobierno.

Destacan las obras para levantar 280 viviendas en el entorno de la fábrica de Ciganda y las Redentoristas.

–El PEAU de ese proyecto se aprobó la legislatura pasada y están empezando los trabajos de derribo. Es una actuación importante porque genera mucha vivienda protegida. La necesitamos porque los y las más jóvenes tienen muchos problemas para acceder a la vivienda, y más en Burlada.

¿Le da pena la desaparición del convento de las Redentoristas?

–Sí. Desde que se empezó a hablar del proyecto, en EH Bildu hemos sido los únicos que intentamos que se le diera viabilidad. Pero el Ayuntamiento en ningún momento tuvo interés en que el convento no desapareciera. Se podía haber explorado la vía de que el Gobierno de Navarra lo hubiera adquirido para otro uso, pero desde el Consistorio no ha habido voluntad para buscar alternativas. Nos da pena, pero llegados a este punto, la actuación entendemos que también va a ser importante para el pueblo.

También está en marcha el proyecto Nogalera 25 para mitigar los efectos de las riadas.

–Se trata de devolverle al río su cauce natural y retrasar la mota hasta el linde de la Nogalera. La actuación, financiada por la Fundación de Biodiversidad con fondos europeos, no va a evitar las riadas. Pero estamos convencidos de que va a paliar sus consecuencias. Nos acaban de presentar el proyecto, que se presentará a la ciudadanía el 27 de septiembre en la Casa de Cultura. El siguiente paso será licitar la obra, y esperamos que para finales de año o principios del que viene se pueda empezar a actuar. La obra tiene que estar entregada y acabada para el 31 de diciembre de 2025.

Y se está reurbanizando la calle de las Maestras.

–Es una semipeatonalización similar a Martín Azpilcueta, de hecho el proyecto lo han elaborado los mismos arquitectos. Era una obra a dos; primero la renovación de redes de la Mancomunidad, y luego la segunda fase que será reurbanizar. Estamos todavía con las redes, y va a quedar una calle semipeatonal, sin aceras, sin coches, con árboles, bancos... va a ser la envidia de Burlada.