Los seis astados de la ganadería Toropasión protagonizaron un quinto encierro de fiestas de Tafalla veloz –dos minutos y veinte segundos–, bastante limpio –ninguna cornada y nueve personas atendidas por erosiones leves–, con menos afluencia de público y corredores que en las jornadas anteriores –es el primer día laborable tras el puente de la Virgen– y, como consecuencia, los mozos gozaron de espacio suficiente para ponerse delante de los morlacos y realizar bonitas carreras.
La manada salió escopeteada de corrales –un toro jabonero se resbaló nada más pisar el asfalto– con dos cabestros y dos toros –un castaño y un burraco, pelo negro con manchas blancas irregulares– a la cabeza. Estos dos toros recorrieron la avenida Severino Fernández con un comportamiento noble –no humillaron ni derrotaron en ningún momento– por la parte izquierda, cuando en los encierros anteriores se había barrido la acera contraria. En segundo lugar, un burel jabonero –el que se había caído a la acera nada más empezar el encierro– se escapó de sus tres hermanos rezagados y alcanzó al grupo de cabeza antes de alcanzar la curva de la Farola. El tercer grupo lo conformaban un cabestro que guiaba a tres toros –dos burracos y un jabonero– y la manada la cerraban dos mansos, retrasados una decena de metros.
Los cuatro grupos en los que estaba dividida la carrera dieron la curva de la Farola por el interior –en encierros anteriores se tomó por el exterior y algún toro chocó contra el vallado– y al inicio de la avenida Sangüesa ya solo había dos grupos conformado por tres toros cada uno. A la mitad de la avenida Sangüesa, la manada se terminó de compactar –se notó que los astados de la ganadería Toropasión no se lidiaban la tarde y que estaban acostumbrados a correr encierros– con dos de los hermanos –un toro burraco y otro castaño– abriendo el paso. En este tramo del recorrido los mozos contaron con más espacio que en días anteriores, se presenciaron carreras bonitas –no fueron excesivamente largas debido a la alta velocidad de los animales– y se produjeron algunas caídas de mozos en la parte izquierda de la avenida.
La manada, con dos jaboneros y otros dos burracos en cabeza, dio la curva de la Estación por la parte interior, donde dos mozos se fueron al suelo después de ponerse delante de las astas. Los dos corredores se levantaron sin problemas, pero se tuvieron que apartar rápido para no ser alcanzados por los dos cabestros que cerraban la manada. Antes de entrar a corrales, un toro castaño se adelantó del resto de sus hermanos e hizo algún tímido amago de derrote. Sin consecuencias. El resto de la manada entró junta a la plaza de toros acompañados por los cabestros.
Parte de heridos en el encierro de este lunes 19 de agosto
El servicio de enfermería de Cruz Roja atendió a nueve personas que sufrieron heridas leves. T.L.A., varón de 50 años, sufrió una abrasión en la rodilla derecha y en la mano izquierda. I.A. varón de 19 años., sufrió una erosión en la cadera y mano derecha. L. M., varón tafallés de 19 años, se le diagnosticó erosiones en ambas manos. S.M., varón tafallés de 19 años, tuvo una erosión en mano derecha. A G.L., varón pamplonés de 31 años, se le curó una erosión en la mano derecha y en la rodilla izquierda. A J.E., varón pamplonés de 56 años, se le detectó un esguince en el tobillo derecho. A.A. 22 años, varón de Berrioplano de 22 años, sufrió una erosión en el costado derecho. E.M., varón tafallés de 50 años, recibió un golpe en la pierna derecha y contusión en el codo izquierdo.
Además, un espectador, J.L.A., un varón de 84 años, estaba sentado en el vallado y se cayó al suelo en el tramo de la plaza Francisco de Navarra, a la altura del Ayuntamiento. Este tafallés requirió los servicios de Cruz Roja y fue atendido con un golpe fuerte en la rodilla derecha y una herida en el pómulo.