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Desigual corrida de Palha y sendas orejas para Serna y Pinar en Tafalla

Joselillo dio 2 vueltas al ruedo en otra tarde de gran calor y discreto resultado ganadero y artístico

Pinar se lució por verónicas en la salida del 6º, ‘Camarito’, un toro de Palha de gran romana y que protagonizó el puyazo de la tarde. | FOTOS: JAVIER BERGASAJavier Bergasa

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Mejoró Palha respecto a la mansa corrida de Conde de la Corte. No mucho, la verdad, y teniendo que ser muy generosos para elevar la nota del hierro luso hasta el aprobado. Mal, desigualmente presentado el encierro y con sólo dos toros con posibilidades de manufacturar entonados saludos capoteros y faenas de muleta.

Mantuvo el interés de los buenos aficionados locales las intenciones en tres toros de hacer la suerte de varas luciendo a los animales. Así, se colocaron a distancia en uno y dos puyazos los toros primero, quinto y sexto. Los piqueros de turno fueron aplaudidos por la ejecución de la suerte. En especial Ricardo Romero, de la cuadrilla de Rubén Pinar, en el sexto. El torazo, de nombre Camarito y que en una balanza de peso hubiera competido por dar más kilos que los tres primeros juntos, galopó de lejos al peto y se empleó con enorme fuerza y clase.

El varilarguero se agarró espectacularmente en lo alto y aguantó bien la colosal acometida. Parte del público pidió a voces que se le volviera a colocar en suerte: la lógica petición fue respaldada por el palco en dos ocasiones a pesar de que Pinar pedía el cambio de tercio. Mas, a la tercera solicitud del torero albaceteño, se decidió privar de lo que se intuía que iba a ser lo mejor y la guinda final a un pastel tirando a poco apetecible por la desigual combinación de ingredientes. Una pena.

Serna saludó al 4º agarrado a tablas y le dio fin agarrado a los pitones.

Quizá fuera que el torero, que ya tenía una oreja del 3º tras una discreta faena, pero si una buena estocada, prefería no lucir más al negro grandullón para estructurar una faena que le pudiera asegurar la salida a hombros Camarito respondió bien en media docena de tandas, pero luego tocó fondo y se aburrió. Pinar, el más puesto, tuvo momentos buenos, pero otros destemplados que mermaron la manufactura. Perdió la otra oreja con la espada. El toreo más pausado y de mayor gusto, aunque despegado, lo puso Serna ante el 4º. Joselillo también puso mucho: ganas y pundonor, pero estuvo resolutivo. Igual de despegado, pero menos agarrao al piso.