PAMPLONA- El lado más amable del espejo de Blancanieves, el que al final siempre acaba diciéndote que no hay otra mejor que tú. “Yo puedo convertirte en la más guapa o por lo menos darte unas pautas para que te sientas así”, señala ante la pregunta de la que suscribe. Helena Gil Arbizu se ha propuesto levantar la autoestima a la ciudadanía pamplonesa. Alma mater de Squisité, la empresa que empezó a gestarse allá por 2014, ofrece desde entonces servicios de asesoría de imagen y personal shopper. Y ha hecho felices a decenas y decenas de personas que han confiado su cambio de imagen a esta pamplonesa de 41 años que estudio Sociología, fue técnico de Riesgos Laborales en una empresa, y acabó dedicándose a su vocación: “Porque siempre me ha gustado la moda y las nuevas tendencias”, explica. Fue tras nacer su segunda hija, en 2013, cuando decidió dar un giro a su vida. “Hice un máster online en personal shopper (traducido es algo así como comprador personal, aquella persona que asesora a otras a la hora de comprar la ropa y ver lo qué le favorece) y comencé poco a poco”. De ahí nació Squisité (la web www.squisité.es o 636 757 958), una marca de asesoría de imagen por la que ya han pasado muchas pamplonesas. Y pamploneses, que de todo hay. “Hablamos de un perfil, por lo general, de entre 30 y 50 años, en un 80% son mujeres, aunque también me llaman hombres, muchos separados”, explica, personas, en algunos casos, “a los que ni les gusta ir de compras”, por lo que “se abre un hueco importante, porque puede ser un cliente a largo plazo”.

La imagen como carta de presentación, pero también una imagen que armonice con la personalidad de cada cual. “Muchas personas se esconden detrás de la ropa, o no acaban de sentirse bien con lo que llevan. Y lo importante es creérselo, transmitir quién y cómo eres”. Y en ese interesante proceso se sitúa la labor de esta profesional.

Asesoría de imagen y personal shopper. Su trabajo comienza con el cuestionario al cliente. Porque “detrás de nuestra imagen influyen muchos factores, como los gustos, estilos y colores, pero también el trabajo, las aficiones y la vida social...”. Helena se acerca así a cada cliente, a su imagen exterior, pero también a su interior: “Intento que cada persona llegue a esa parte de autoconocimiento, si está contenta con su físico o qué quiere transmitir con su aspecto”. Porque hay quien, por su profesión, por ejemplo, le interesa transmitir autoridad con su imagen, y otros que quieren suavizar su aspecto para generar confiaza...”. Por eso, “hacer un buen análisis personal del cliente es fundamental para realizar un asesoramiento de imagen”, indica.

A partir de ahí, se lleva a cabo el estudio morfológico y de color del cliente. “Se trata de conocer el tipo de armonía de cada persona, su gama cromática, respecto al color de pelo, de ojos y de piel. Después está el tipo de silueta, y en base a ella, qué partes se pueden suavizar o disimular y cuáles potenciar”, siempre siguiendo los gustos del cliente. Solicitar el estudio morfológico y de color no es obligatorio para contratar los servicios de una asesora de imagen o personal shopper, pero, al final, “el 80% de las personas lo piden”, porque ambos resultan “muy necesarios para conocer mejor al cliente y que coja confianza”.

Y en este proceso juega también un papel importante el análisis del fondo de armario, un armario que por estos pagos tiene “muy poco de color, sobre todo en invierno”, bromea Helena. El sempiterno negro de la moda Pamplona.

EL FONDO DE ARMARIO “Me meto en sus armarios, y veo sus carencias. Y una de las que más se repite es que a la gente le cuesta hacer combinaciones con su vestuario. Encasillan una prenda en un determinado estilo; y lo que se trata es de ver las amplias posibilidades que puede tener”. Así Helena elabora para sus clientes un dossier de looks, con el que cada persona puede encontrar respuestas a la tan temida pregunta del ¿hoy qué me pongo? La propuesta puede incluir desde una renovación de armario total a un asesoramiento de armario de temporada. “Hay que saber mirar el armario, organizarlo bien y desprenderse de lo que no necesitamos o no nos sienta bien”. A partir de ahí, “una puede sentirse mejor”.

Con el análisis de todas estas variantes, Helena desarrolla las propuestas como personal shopper. Para ello, Squisité trabaja de la mano de varios showrooms “con las que intentas dar a tus clientes ese punto de exclusividad” y unas cinco tiendas de moda de Pamplona y Bilbao. “Les reservo la ropa, y solo tienen que probarse, o directamente se la llevo a casa”. Otra posibilidad se centra en asesorar a la persona en maquillaje y peluquería. Y junto a estos servicios, Squisité cuenta además con diferentes propuestas como el cambio de imagen exprés, tipo el programa de televisión Cámbiame: “Nos lo pidió un cliente de Madrid como regalo para una chica de Pamplona, y la verdad que fue muy bonito”. También ofrecen asesoramiento puntual para eventos determinados, un look para una boda, por ejemplo.

¿Encaja una oferta de asesora de imagen en una ciudad a priori tan poco arriesgada en tendencias de moda? Por su experiencia, Helena está satisfecha: “No he parado de trabajar”, dice y añade que “la imagen de Pamplona está cambiando”. Respecto a sus clientes, señala que muchos acceden a ella a través de las redes o del boca a boca, porque un cliente satisfecho es la mejor recomendación. Y en este punto, Helena recuerda agradecimientos especiales: “Esa persona que te dice que le has cambiado la vida. Te hace sentirte feliz con lo que haces”.

Para interesados, los precios pueden oscilar entre los 260 euros (sin IVA) el cambio básico y unos 360, el completo. Hay cheques regalo con ofertas concretas y hasta por horas.