PAMPLONA. La asamblea del Gaztetxe Maravillas asegura que su decisión de rechazar el traslado a otro espacio diferente a Rozalejo "no es un capricho" sino que se tomado para mantener "los valores de autogestión y auzolan, que han sido indispensables para desarrollar el proyecto".

Tras agradecer a EH Bildu su actitud durante las conversaciones que han mantenido para el desalojo, la asamblea sostiene que el contrato que se les ofrecía "condicionaba por completo" su manera de funcionar "al entrar dentro de los aparatos burocráticos".

Y añade en un comunicado que tanto los requerimiento que se exigían, como las distintas licencias y permisos, les obligaban a "adaptarnos a los ritmos institucionales" que "pocas veces casan" con el movimiento popular.

Esto, precisa la asamblea del Gaztetxe Maravillas, les "impedía" llevar acabo las distintas actividades públicas, que pudieran "autofinanciar" su proyecto con una barra de bar o que continuaran con el comedor popular, además de que "el movimiento que hemos ido generando se quedaría estancado, perdiendo la capacidad organizativa y la autonomía".

"Tenemos claro que la burocracia no supone más que un obstáculo, nuestras decisiones y debates no pueden pasar por el filtro institucional, ya que el compaginar ambos modelos crea trabas para desarrollar el proyecto en base a las necesidades que pretende suplir", subrayan, y añaden que "la burocracia no hace más que entorpecer todos estos elementos y es difícil encontrar una salida este problema".

Por ello dan por hecho que su decisión "va a tener consecuencias represivas", como "durante todo el recorrido", pero "vamos a seguir trabajando desde la calle, transformando el barrio, profundizando en la autogestión, tejiendo redes de solidaridad entre todas las trabajadoras y, sobre todo, para darles a las siguientes generaciones la posibilidad de ver un mundo más justo y cuidado".