950.598

Subvenciones nominativas. El Pleno aprobó las subvenciones nominativas, por un importe de 950.598 euros, que se reparten diferentes asociaciones o entidades sociales y culturales y copropietarios de viviendas para cuestiones relacionadas con rehabilitación.

Entidades

Orfeón Pamplonés 100.000€

La Pamplonesa50.000€

Cabalgata Reyes50.000€

Banco de Alimentos40.000€

Coordinadora ONG36.000€

Secretariado Gitano30.000€

IPES Elkartea25.500€

Área24.000€

Amigos Olentzero15.000€

Entidades discapacidad15.000€

Euskaltzaindia12.000€

Para copropietarios de viviendas. Asimismo, se recogen subvenciones nominativas para diferentes copropietarios de viviendas en zonas como Soto de Lezkairu y Fuente de la Teja, Grupo Urdánoz o travesía del Ave María y calle Carriquiri en Rochapea, en las que se está llevando a cabo la rehabilitación de edificios a través de acuerdos con el Ayuntamiento de Pamplona.

Participación. En el último momento se retiró el reglamento de participación que iba a ser presentado para su aprobación.

Duración. La sesión plenaria comenzó a las 16:30 horas y concluyó cerca de la medianoche (23.53 h.).

Calle Sanduzelai. Se dio luz verde a la eliminación de las barreras arquitectónicas en los números 15 y 17 de la calle Sanduzelai.

Reforma del psicogeriátrico. El Pleno aprobó ayer por unanimidad la modificación del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del centro psicogeriátrico San Francisco Javier para consolidar un correcto crecimiento a futuro y mejorar las conexiones, con el diseño de un nuevo vial peatonal.

Campaña de educación. El PSN presentó una iniciativa contra la campaña de matriculaciones del Gobierno foral al considerar que es excluyente al dar más importancia al modelo D. La iniciativa fue derrotada.

Empleados. Igual suerte tuvo una iniciativa de UPN sobre el personal del Ayuntamiento.

pamplona - Después de años de discriminaciones y de políticas arbitrarias, los derechos lingüísticos de la población vascoparlante de Pamplona serán reconocidos en situación de igualdad en todo lo relacionado con la actividad del Ayuntamiento tras la aprobación ayer de la nueva ordenanza del euskera con los votos de EH Bildu, Geroa Bai, Aranzadi e I-E. Votaron en contra UPN y PSN, que además anunciaron que recurrirán ante los tribunales al entender que la nueva ordenanza se corresponde con la zona vascófona cuando la ciudad pertenece a la denominada zona mixta.

Como era previsible, el asunto generó un intenso debate en el que salieron a relucir los argumentos habituales de unos y otros ante una decisión municipal de indudable trascendencia, como que se actualice una ordenanza que fue aprobada en 1997 con el mismo número de votos (14) a favor.

Aritz Romeo (EH Bildu) utilizó ambas lenguas en su defensa de la nueva regulación, que según dijo tiene dos objetivos: recuperar el euskera como lengua propia de la ciudad y del Ayuntamiento y que sea una lengua de servicio de los ciudadanos. En ese sentido comentó que sólo el 3,14% de los puestos públicos municipales tienen perfil en euskera pese a que el 22% de la población mayor de 16 tiene conocimientos en esta lengua.

Por parte de Geroa Bai intervino su portavoz Itziar Gómez, que frente al argumento de que la nueva ordenanza va a favorecer la contratación de empleados públicos euskoparlantes comentó que el texto es el mismo que en 1997, donde se establece que los puestos con este perfil para la atención al ciudadano serán determinados en función de las necesidades. Se refirió también a la discriminación sistemática que UPN sometió al euskera y a la importancia de la Carta Europea de Lenguas Minoritarias, donde se defiende el impulso a idiomas como el euskera.

Enrique Maya (UPN) vinculó la aprobación de la ordenanza a un objetivo político de los partidos nacionalistas que en su opinión “rompe la igualdad de oportunidades y favorece a los que saben euskera”. Consideró “una aberración” que las empresas que organicen actos o contraten con el Ayuntamiento deban tener en cuenta que en la ciudad conviven dos lenguas y consideró que con medidas así “están consiguiendo que se odie al euskera porque lo están imponiendo”.

La socialista Maite Esporrín mantuvo los mismos argumentos y lamentó que se haya roto el espíritu de la ordenanza de 1997, aunque ayer fueran aprobadas 8 de sus enmiendas que según dijo “no eran de las más trascendentes”.

Laura Berro (Aranzadi) se felicitó que con la nueva ordenanza se equiparan los derechos lingüísticos de todos los pamploneses y se reconoce al euskera como lengua propia de la ciudad. Edurne Eguino (I-E) destacó que la normativa ha venido precedido de un intenso trabajo y recordó que no se trata de una ordenanza de los nacionalistas.