pamplona - Muchos estudiantes piden una beca para poder ir a alguna universidad, ya sea de este o de otro país, pero pocos son los afortunados que la reciben. Este año han sido seis navarros, una chica y cinco chicos, los que han logrado una para estudiar este próximo curso en Estados Unidos. Se trata de una ayuda ligada a la excelencia académica y a la condición de deportista de gran rendimiento, por eso es tan difícil de conseguir.

La joven becada es Henar Urteaga Juangarcía, una pamplonesa de 21 años que juega a fútbol y cursa un doble grado de Ciencias Físicas e Ingeniería Mecánica. “Es una suerte poder estudiar en Estados Unidos y tener la posibilidad de compaginarlo con el fútbol. También es una gran ayuda para mi familia, así que estoy muy contenta”, comenta.

Pero esto no es algo nuevo para Henar. Su aventura en Estados Unidos comenzó en 2016 con otra beca deportiva igual a la de este año. Esa vez su destino fue la Eastern Illinois University, donde estuvo tres años jugando en el equipo homónimo y estudiando Ciencias Físicas. A lo largo de este tiempo también ha recibido cinco becas académicas de diferentes departamentos de la universidad, principalmente del de Física, y otra en forma de galardón por el presidente de la entidad pública. “En Estados Unidos son muy meritocráticos. Si te esfuerzas, y tienes resultados positivos, van a ser reconocidos y recompensados”, señala.

Estos dos próximos cursos estudiará Ingeniería Mecánica en la University of Illinois at Urbana-Champaign. La joven navarra, que vivirá en un apartamento con dos chicas americanas de su equipo, confiesa que no estaba segura de que fuera a ser aceptada en este centro, pero está “muy contenta de poder estudiar en una de las diez mejores universidades de Ingeniería de Estados Unidos”. Allí, además, jugará a fútbol en el equipo University of Illinois (también llamados Fighting Illini) en la conferencia Big Ten, una de las más competitivas del país.

Henar siempre ha tenido una gran afición por el fútbol. Empezó a jugar a los 6 años en el equipo del colegio San Ignacio de Jesuitas de Pamplona y desde entonces no ha parado. Antes de ir a Estados Unidos, esta joven defensa central jugó en Osasuna, San Juan y Ardoi (en los dos últimos en Segunda División), además de en la Selección Navarra. Y allí estos años no le ha ido nada mal tampoco. Ha sido dos veces nombrada en el once titular de toda la conferencia y ha acumulado bastantes minutos jugados, goles y asistencias.

Por su experiencia hasta ahora, define el estilo de juego como “más físico, más rápido, y sobre todo más intenso” que en nuestro país, donde “técnicamente hay más calidad”. Este año le espera el reto de jugar en una nueva conferencia y su principal objetivo para la temporada es ayudar al equipo a ganar la liga y a llegar al torneo nacional.

En Estados Unidos “el fútbol está presente a todas horas”. A los dos partidos por semana se le suman entrenamientos todos los días excepto uno, gimnasio, sesiones de vídeo y viajes. Y todo esto no le impide seguir con los estudios. “Aquí es mucho más fácil compatibilizar ambas cosas. El equipo y la universidad son la misma entidad y los profesores tienden a ayudar a los alumnos deportistas. Además todo está en el mismo campus y tardas diez minutos en ir a entrenar, lo que te ahorra mucho tiempo. Pero lo importante es buscar un equilibrio”, explica Henar, quien considera imprescindible la dedicación y aprovechar los ratos libres, incluso las horas de autobús, para estudiar y hacer la tarea que le mandan en la universidad. Para la joven navarra los estudios tienen una gran importancia. “A pesar de que el fútbol es mi pasión, sé que no va a durar para siempre (aunque me encantaría), así que tener una carrera me da la posibilidad de tener una vida laboral más allá”, expresa.

Para Henar Urteaga la experiencia está siendo “muy positiva” y le está ayudando a crecer y a conocerse a sí misma y otra cultura diferente. “Me gusta mucho tener la libertad que tengo y ser capaz de apañármelas por mí misma. Por supuesto el fútbol es mi mayor motivación para seguir el trote de la vida aquí”, valora. Por contra, lo que más echa de menos es a su familia, sus amigos y la comida de nuestro país, que “es inigualable”. Aunque, para ella, “la vida universitaria en Estados Unidos está muy bien”, confiesa que le gustaría volver en algún momento.

Todavía no tiene pensado qué hacer cuando acabe la carrera, ya que todavía le quedan dos años, pero le encantaría seguir jugando a fútbol. “Dependerá de dónde esté. Si vuelvo a Europa seguiré jugando sin duda”, expresa Henar.