pamplona - Vecinos, colectivos y asociaciones de la Milagrosa defendieron ayer la permanencia del programa de convivencia que se estaba desarrollando en la Milagrosa con la población rumana y van a pedir a los grupos de la oposición que intervengan ante la decisión de Navarra Suma de suprimirlo de forma unilateral. La medida, que fue comunicada la semana pasada, ha causado malestar e indignación en el vecindario del barrio ante la ausencia de un plan alternativo que permita atajar los problemas de convivencia que se habían producido entre la población autóctona y la población romá, de etnia gitana.

Una asamblea vecinal celebrada ayer por la tarde en el centro comunitario puso de manifiesto la sorpresa que ha causado la decisión del equipo de gobierno de no mantener el citado programa de convivencia pese a los resultados que comenzaban a apreciarse en el barrio.

Las explicaciones sobre la no renovación del proyecto corrieron a cargo del personal de la asociación Yoar, que además de gestionar el Servicio de Atención Preventiva Comunitario (SAPC) de la Milagrosa-Arrosadia, también se encargaba del programa de convivencia. Según indicaron, la iniciativa se inició en octubre de 2018 ante el deterioro de la convivencia en la Milagrosa y la repetición de episodios de conflicto, cada vez más preocupantes, en diferentes espacios del barrio entre la población autóctona y la romá. El proyecto tenía prevista una duración de dos años, prorrogable cada seis meses desde el primer año.

menos problemas El primer efecto del trabajo realizado en este tiempo por Yoar ha sido la reducción de la conflictividad en el barrio, un factor determinante para la convivencia vecinal dados los problemas que se estaban generando. Cabe recordar que hace un par de años los enfrentamientos verbales y físicos entre jóvenes autóctonos y de origen rumano eran habituales; hubo también numerosas asambleas vecinales denunciando la inseguridad del barrio e incluso aparecieron pintadas contra los romás en el centro comunitario, al que los jóvenes del barrio dejaron de acudir de forma radical.

“El Ayuntamiento no nos han dado una explicación por la eliminación del servicio ni han presentado una alternativa al programa, aunque reconocen que es necesario. Solo han dicho que quieren reorganizar el área”, comentó ayer Itxaso Aranguren durante la reunión vecinal.

Además de la reducción de la conflictividad en las calles del barrio, el programa de convivencia ha sido capaz de crear espacios seguros donde los jóvenes de ambas poblaciones han realizado actividades conjuntas, como campamentos, excursiones, grupos de chavales mayores de 12 años y grupos de mujeres.

Las 3 personas que gestionaban este proyecto de convivencia, junto a las otras 3 que seguían con las actividades habituales del SAPC, habían logrado aumentar el nivel y calidad de los servicios del barrio, muy necesitado de este tipo de recursos dada las características de la población residente: el 34% del vecindario se encuentra en riesgo de pobreza o de exclusión social, porcentaje que en el caso de la población inmigrante sube al del 68%, siendo los menores de quince años los que peor situación presentan, con un índice de exclusión del 47%.

La supresión del programa va tener otras consecuencias para el barrio, comenzando por la paralización de las actividades que había programado Yoar en este inicio del curso. “Tenemos que ver qué actividades podemos mantener dado el volumen de trabajo que vamos a experimentar. Vamos a tener que repensar todo lo que habíamos previsto y los planes futuros que teníamos con el programa de convivencia”, aseguró Zaida Iturbide.

Los primeros perjudicados, según Itxaso Aranguren, serán los niños y jóvenes del barrio “cualquiera que sea su origen, porque habíamos comenzando a ganarnos otra vez su confianza. Vamos a retroceder mucho del camino andado y podemos volver a la segmentación de los grupos, con plazas o calles de tránsito donde había jóvenes de un grupo y no había de otro”.

“Aviso a navegantes”. Durante la asamblea vecinal hubo intervenciones reclamando al Ayuntamiento que dé explicaciones sobre su decisión de no mantener el programa de convivencia y otros que alertaron ante la posibilidad de que lo sucedido con este proyecto sea un inicio de lo que prepara el equipo municipal, contrario a las políticas comunitarias en los barrios que se pusieron en marcha la legislatura pasada.