pamplona - Navarra Suma no recogerá ninguna de las propuestas del barrio de la Rochapea en la entrada en vigor del estacionamiento regulado el próximo 20 de enero. En la reunión celebrada ayer en el civivox Jus la Rocha, el vecindario transmitió sus reclamaciones a la delegación del equipo de Gobierno que encabezó el concejal de Seguridad Ciudadana, Javier Labairu, junto al el director del mismo área, Patxi Fernández, y la concejala de barrio, Carmen Alba. También estuvieron presentes la teniente de alcalde, Ana Elizalde y el concejal de Participación, Fernando Sesma. También hubo representación de todos los grupos de la oposición: Endika Alonso y Eva Aranguren (EH Bildu), el exedil Eduardo Val (PSN) y Javier Leoz (Geroa Bai). Quien no participó en la reunión fue el alcalde Enrique Maya, a quien los vecinos cuestionaron su ausencia, en comparación con otras reuniones como las celebradas en Ensanche y Txantrea, a las que sí acudió. "El 3 de enero me dijeron de Secretaría de Alcaldía que vendría, y el 9 que no, cuando en la Cadena Ser dijo en primera persona que vendría", expresó Fermín Danborena, miembro de la Asociación de Comerciantes, en una sesión con tono bronco por momentos, aplausos a intervenciones vecinales y una asistencia de en torno 150 personas.

Una a una, las intervenciones fueron recogiendo las principales demandas que los 17 colectivos rochapeanos han sintetizado desde el mes de noviembre y que ayer repartieron entre las personas asistentes. La principal de ellas, la creación de plazas de aparcamiento de color verde (exclusivas para residentes fuera de horario) fue desestimada por Navarra Suma, argumentando que "Rochapea es el barrio con mejor índice de plazas por vehículos, supera el 1%", dijo Javier Labairu, apoyado en un estudio de su área "realizado la semana pasada, día y noche" y que arroja datos, dijo, como que "sólo el 11% de los vehículos que utilizan el parking de Corralillos son de Rochapea".

Esas fueron algunas de las razones argumentadas por Navarra Suma para no modificar el nuevo Sector 8 del estacionamiento regulado. "Vamos a echar a andar como está y en cuatro meses veremos, cambiaremos todo lo que haga falta cambiar", expresó Javier Labairu, emplazando al público al primer foro de barrio de la Rochapea, el 21 de abril. "Confiamos en que quien lo ha hecho lo ha hecho bien", dijo Patxi Fernández, defendiendo que "en cuanto entre en vigor veréis cómo desaparecen cientos de vehículos", en referencia a los aparcados de larga duración. El área de Seguridad Ciudadana afirmó ayer que existen ya 3.017 solicitudes de tarjetas vecinales, y que trabaja con la previsión de que lleguen hasta las 3.200, de un total de 3.777.

quejas y más quejas En esa tesitura ninguna de las demandas vecinales tendrá respuesta, al menos hasta esa fecha. Una de ellas, planteó la ampliación de la zona azul en la acera norte de Marcelo Celayeta, para compensar ese "efecto frontera", entre las zonas regulada y no regulada.

"Se ha pintado pensando en quienes vienen de fuera, ningún barrio tiene estos porcentajes de zona naranja, es una vergüenza", dijo una interviniente. Otro vecino preguntó si se plantea modificar la medida de las plazas que en partes del barrio "son de menos de 2,08" e impiden el fácil acceso. Fernández salió al paso diciendo que las nuevas se contemplan con al menos 2,50 metros, aunque "la empresa tenía las directrices de pintar sobre lo existente" (plazas blancas). Otra vecina criticó la inclusión de vallas en las aceras en calles como Jaurrieta o Travesía de las Huertas que "solo tienen un metro de ancho y con las vallas no entra una silla de ruedas", reclamó.

Hubo intervenciones, incluso, directamente contrarias a la implantación del aparcamiento de pago o que cuestionaron la encuesta telefónica "con una base de 332 personas sobre 25.000 vecinos" realizada en la Rochapea la pasada legislatura. Incluso pidieron al concejal una prórroga para aquellos vecinos a los que "no les ha dado tiempo" de hacer la solicitud, que Labairu dijo que sería estudiada.

La sesión finalizó con la petición de una vecina al concejal a que en cuatro meses vuelva al barrio. Labairu la asumió, en su despedida, "para analizar el funcionamiento".