En 1885 y en los años siguientes la técnica fotográfica se encontraba aún en una fase embrionaria, y en Pamplona era practicada tan solo por unos pocos pioneros como Mauro Ibáñez, Julio Altadill, José Roldán, Félix Mena, Robert Greuling o Anselmo Goñi. Tal vez tras la anónima autoría de esta foto se esconda alguno de estos nombres, y en cualquier caso su antigüedad extrema disculpa sobradamente su escasa calidad. En aquellos tiempos, en los que la iluminación nocturna de las calles de nuestras ciudades era pobre, precaria y esporádica, se puso de moda una suerte de atracción de feria, que consistía en montar túneles luminosos por donde nuestras bisabuelas transitaban, admiradas de que, en plena noche, "pareciera que era de día". Estos túneles se montaron sobre todo en el paseo de Sarasate y por San Fermín, y se iluminaron con lámparas de gas hasta 1903, año en el que por primera vez se instaló uno con energía eléctrica.

Hoy en día la zona fotografiada hace la friolera de 135 años permanece reconocible, aunque ello no quiere decir que no se hayan producido significativos cambios. El estanque que veíamos en primer término, por ejemplo, se había construido el mismo año 1885 y tan solo permaneció allí 18 años, porque en 1903 se desmontó para construir el monumento a los Fueros. Fue llevado a la Taconera, donde quien quiera podrá localizarlo. En cuanto a los túneles de luz, qué quieren que les diga. En cuanto dejaron de ser novedad perdieron su gracia, y en 1910 se deshizo el que se instalaba en la plaza del Castillo, para aprovechar sus elementos en otro tipo de atracciones. Y es que los gustos cambian rápido. Este último año, por ejemplo, el señor alcalde nos ha instalado en este sitio y por Navidad una suerte de tobogán de hielo por donde la chavalería podía tirarse, previo pago, cómo no. Para mí, que durará menos que los túneles de luz... ¿Aapostamos?