Son un matrimonio con tres hijos de 18, 17 y 13 años. Ella con una gran invalidez por un problema en la vista que arrastra desde la infancia y una pensión que ahora alcanza los 940 euros. Él, con una enfermedad crónica de pulmón que le impide trabajar desde hace nueve años. Y cuando parecía que podía reincorporarse al mundo laboral, ha tenido que afrontar un proceso oncológico. Lo cuentan porque es su historia, pero dejan claro que no se trata de "vender el qué pobrecicos nosotros. No queremos dar pena", dice Kristina Iribarren, de 52 años. "Son factores que te impiden todo. Y es la realidad. Yo vengo de la construcción y he manejado dinero, pero un día estás arriba y al día siguiente abajo. Es así la vida esta", explica Fermín Vidaurre, de 57.

A Kristina y Fermín les concedieron hace 8 años un piso de alquiler social en el número 6 de la calle Sanduzelai. Tres habitaciones, dos baños, trastero y garaje para un coche que no tienen. La suya es una de las 89 viviendas que compró Testa Residencial en San Jorge, hasta 392 si se le añaden las de Rochapea y Etxabakoitz. Todas en la misma situación: la pérdida de la calificación protegida después de 20 años de vigencia. Ayer, antes de conocer una decisión que ya intuían -el acuerdo entre Gobierno foral y la sociedad Testa- abrieron las puertas de su casa para explicar su delicada situación.

Cuando esta familia accedió a la vivienda no pensaron que las condiciones de su alquiler podían cambiar radicalmente, con un aumento imposible de asumir. "Nadie nos dijo nada. Igual es fallo nuestro por no preguntar. A mí ni se me ocurrió", explica Kristina. "Cuando entras no piensas en esas cosas. Entras, se supone que a largo plazo, para ir viendo cómo te evoluciona la vida. Mínimo para asentarte, que con una familia numerosa no es tan sencillo", continúa él. "Mientras tanto no crees que te van a echar de tu casa", dice Kristina. Su contrato termina en mayo y estaban esperando una carta que ya han recibido muchos vecinos. "Yo estoy agradecidísima de tener el piso. Y que te lo digan así, de hoy para mañana... ¿tan poco o nada valemos? Porque no son 80 pisos. Son 80 historias muy duras", reconoce Kristina. "Hay 80 familias", recuerda Fermín sobre los vecinos de los números 2, 4, 6 y 8 de Sanduzelai y el 38 de Santa Vicenta María. Algunos de los cuales, por cierto, ya han abandonado su piso tras recibir la carta. "Que yo sepa, al menos cuatro", confirma él.

vivir con 940 euros La pensión de Kristina cuando accedieron al piso era de 800 euros. Fermín no cobraba nada. Les correspondía una subvención del 75% sobre la renta del alquiler y pagaban 180 euros al mes, además de una fianza para entrar de 2.000 euros, el alta de la luz y del agua, gastos que pudieron asumir "gracias a cuatro duros de una herencia". En función de si Fermín cobraba o no "los famosos 400 euros, que cobré tres años, uno sí y uno no", el alquiler subía a los 300 euros. "Pero se agarran a la declaración de la renta del año anterior, y el año que no cobraba teníamos que pagar 300. Al final acabas en el agujero", reconoce. Con la pensión de Kristina "no llegamos ni por el forro a fin de mes... ¿de qué?", asegura Fermín. "Y mira que ni salimos, ni un café, ni ropa... nada", dice Kristina.

Su pensión ha subido a 940 euros. Entre alquiler, luz, agua, gas, "nos queda muy poco al mes", explica Fermín. "Y estamos con todos los bonos sociales, agarrados a todo", cuenta Kristina. "Es imposible... estoy aprendiendo económicas", bromea. "Es lo que hay. Tiras de amigos y tiras de donde puedes, porque no llegas", detalla de nuevo Vidaurre.

comentarios que duelen A lo largo de un proceso que salió a la luz pública hace ahora una semana, Kristina y Fermín se han encontrado con opiniones en las redes sociales en las que les tachan de vagos: si están así es porque así lo han querido. "El domingo, después de la concentración en la Rochapea, leí los comentarios de la gente y me pegué una buena llorera. No me había parado a pensar que había tanta gente que pensaba como Vox. De verdad. 'Que empiecen a trabajar de una vez, que ya está bien de vivir de subvenciones...' Me quería morir, me dolió en el alma", recuerda Kristina. Y explica: "Para que tengas una subvención de este tipo, y me parece lógico, te miran hasta la entretela. Y por desgracia si tienes derecho a una subvención, y cuanta más subvención tienes, peor es tu situación en casa. Hay gente que dice, 'joder, tenéis el 75% de subvención'. Sí, y ojalá no la tuviera", considera.

"Yo no le deseo el mal a nadie, pero a alguno de estos le tendrían que poner 1.000 euros al mes con una familia numerosa. Y ahora coge y vive. Así de sencillo. Y aún estoy siendo generoso, porque hay muchas familias que están con 400 o con 500 euros", argumenta Fermín. "Vamos a intercambiarnos. ¿Pero tú te crees que a mí me agrada tener que ir a la trabajadora social, llevarle 400 papeles...? A mí me encantaría estar como la gente normal. Pero no lo somos", dice Kristina. "Aquí no hay gente con estabilidad. Nadie. Porque si no estarían aquí".

¿qué supone el acuerdo? El acuerdo entre el Gobierno y Testa, si se confirma, le va a suponer a esta familia 50 euros más de alquiler al mes. "Antes que verte en la calle, es una solución", decía ayer a media tarde Kristina. "Imagínate en esta familia qué suponen 50 euros menos", opinaba también. "Han dejado a mucha gente en el aire, personas que no tienen subvención... esto va a ser largo. A la gente que está con el 50% de subvención le va a suponer sobre los 80 euros. Y los que tienen el 25%, que a lo mejor es una situación muy puntual que has trabajado el año pasado, ciento y pico euros. La mayoría de las familias no van a poder asumir esas subidas", piensa Kristina. "Aquí hay mucha gente que no va a poder pagar 50 euros más. Pero mucha", confirma Fermín.