l 30 de marzo el Iruña Park se convirtió en un hospital que acoge ahora mismo a 60 pacientes de coronavirus. Los de las habitaciones 111, 208, 411 y 414 se asoman a la ventana y cuentan su historia desde un 4 estrellas.

"Debí de estar bastante mal"

Jesús Eslava

Jesús Eslava Esparza, de 71 años y operado hace dos de cáncer de pulmón, descansa desde el lunes en el Iruña Park. Antes estuvo 19 días en Virgen del Camino, y "en algún momento debí de estar bastante mal. Me afectó al pulmón y riñón, no oxigenaba bien... pero llegó un día que empecé a oxigenar, y aquí estoy". No ha sido del todo consciente de lo fuerte que le agarró el virus y reconoce que habrán sufrido más su mujer, su hijo o sus hermanas. "Me decían que hablaba y no pronunciaba las palabras, pero yo no he tenido ese miedo de que podía ocurrirme lo que les ha ocurrido a otros. No sé dónde tendría la mente". Tampoco notó falta de oxígeno "en ningún momento. Eran flemas, fiebre y diarreas. Estuve siete días que no comía nada... y por abajo me daba hasta vergüenza", admite.

Jesús hoy tiene la suerte de contar una historia que, con razón, está cansado de escuchar: "Es que si pones la televisión es todos los viajes lo mismo. Está la primera venga a darte caña, la cinco dando caña, la otra dando caña... oye, dejar al coronavirus y a la madre que lo parió. Ya vale". No tiene ni idea de cómo pudo pillar el virus, y la noche antes de ponerse malo "fíjate que es raro, estuve cortando jamón, el pan, preparando la ensalada para la cena... y ni mi mujer ni mi hijo lo han cogido. Y yo hecho una mierda", explica.

Por último, este vecino de Oriz aprovecha para destacar el trato recibido: "La sanidad de Navarra para mí es un 10 muy grande. Desde la médico, que era una chica joven, hasta la limpiadora. Han tenido una amabilidad grandísima, en cuanto me ha hecho falta he llamado y han venido... Todo lo que pueda decir es poco", comenta más que agradecido.

"Pasé muchísimo miedo"

Juana Jiménez

Hoy hace justo un mes que Juana Jiménez comenzó a sentirse mal. Primero dolor de cuerpo, después fiebre y una semana más tarde "una sensación rara en la garganta. Sentía que me faltaba el aire. Y a los días comencé a toser, a toser y a toser. No paraba". Ambulancia a urgencias, neumonía... coronavirus. Le ingresaron en casa con seguimiento, "pero la primera vez que vinieron me vieron muy decaída, y en cuanto abrieron el hotel me ingresaron". Esta dominicana de 29 años, afincada en Pamplona desde hace 13 y trabajadora de la limpieza en Padre Menni, tiene tres pequeños en casa a los que no ve desde hace dos semanas. "Pasé muchísimo miedo, porque no es fácil en una situación así tener que alejarte de tus hijos. Fue muy duro también por mi padre, que estaba contagiado. Aunque a él no le dio tan fuerte, ya le dieron el alta y gracias a Dios está bien".

Ayer volvió a dar positivo, así que ella tendrá que esperar mínimo hasta el lunes para el check out. "Ya estoy bien físicamente, con ánimo. No toso ni me sube la fiebre. Pero todavía tengo ese bicho". Para pasar el rato, "trato de ver la tele, leer el periódico, hablar con mi familia y jugar al parchís on line con mi hermana". Dice que en el hotel le tratan muy bien, "son todos muy majos y se agradece mucho. Han estado en todo momento conmigo, pendientes". Y en lo único que piensa ahora es en salir, "abrazar a mis hijos y estar con ellos. Tengo unas ganas enormes".

"Prácticamente vacaciones"

Inma y José Luis

La historia de Inmaculada Goñi Osés y José Luis Pérez está lejísimos del drama. Lo suyo ha sido un remanso de paz las últimas dos semanas, el tiempo que han permanecido en la 414 del Iruña Park. Hasta ayer por la tarde, cuando les dieron el alta. Los dos tenían el COVID-19 y han compartido confinamiento en un 4 estrellas con un "proceso relativamente suave. El único síntoma, un poco de fiebre. Ni dolores, ni molestias de ningún tipo. Esto para nosotros han sido prácticamente unas vacaciones. Hemos estado muy bien atendidos. Nos venían 4 veces a tomarnos las constantes, el médico diariamente pasaba a auscultarnos y ver cómo íbamos... mejor no sé si podríamos estar, la verdad. Y la gente muy amable", dice él.

"He estado como si no tuviese nada todos los días", cuenta ella. "Te traen desayuno, comida, merienda, cena... solo tienes que hacer la cama". E insiste: "Un baño que da gusto, te cambian las toallas y las sábanas dos veces por semana... me los llevaba a todos a casa", bromea sobre las personas que les han atendido. Inmaculada se alegra incluso de haber celebrado el pasado domingo su 69º cumpleaños en el Iruña Park: "En casa hubiera tenido que preparar merienda para 20. Aquí nada". Y ha aprovechado para ponerse en forma: "Teníamos diez pasos de la ventana a la puerta para andar. Pues 20 minutos uno y 20 otro. A turnos". Todo ventajas. Ahora que vuelven a casa, cree que "vamos a estar más aburridos y a chillar más, fijo. Aquí hemos estado muy pacíficos".

"Cuando se te mete a una familia, se te mete de lleno"

Martín Tellón

El contagio de Martín Tellón ha sido lo de menos para Martín Tellón. Y eso que estuvo "reventado", con dolor muscular, pasó muchos días en casa con fiebre y tuvo neumonía bilateral "aunque no tenía tos ni problemas respiratorios. Te preocupa el coronavirus, pero lo he llevado bien, tampoco era grave". Lo que pasa es que la enfermedad atacó a la familia de este trabajador de la UPNA de 43 años. "Tenía la cabeza fuera de aquí. Mi madre lo ha tenido leve, pero mi padre estuvo en una situación crítica. El día 30 nos dijeron que se moría, pero los médicos han hecho un trabajo increíble y le han sacado adelante. Sigue ingresado, pero las perspectivas son buenas", dice aliviado. "Y luego está la preocupación de casa. Mi mujer es de riesgo y ha estado conmigo... ¿estará contagiada o no? Y si lo está, a ver qué hacemos con los tres hijos pequeños. Cuando el virus se te mete a una familia, se te mete de lleno", asegura.

Con ese panorama, Martín agradece todas las llamadas de familia y amigos porque "estás solo pero no te sientes solo. Ha habido días que no he tenido tiempo ni de poner la tele". Y aunque califica de "una gozada y un privilegio" su estancia en el hotel y el trato del personal, no ve la hora de que llegue mañana: vuelve a casa.

"Pasé muchísimo miedo porque no es fácil en una situación así separarte de tus hijos"

Paciente de la 111

"Te traen desayuno, comida, merienda, cena... solo tienes que hacer la cama"

Paciente de la 414

"Para mí la sanidad de Navarra es un diez muy grande. Todo lo que pueda decir es poco"

Paciente de la 208