- Las aglomeraciones en las zonas de agua en el primer fin de semana con el baño permitido y en algunos espacios naturales en los alrededores de Pamplona han provocado una acumulación desbordada de suciedad y desperdicios. Las altas temperaturas y que las instalaciones deportivas y piscinas continúen cerradas por las restricciones derivadas de la pandemia provocaron un éxodo masivo de personas hacia la naturaleza desde el viernes, sin que en todos los casos se hayan respetado las normas más elementales para la convivencia y respeto al medio ambiente.

Uno de los ejemplos es el monte Ezkaba, que estos días se ha convertido en lugar de destino favorito para decenas de viandantes y ciclistas de paseo, para conductores que buscaban una buena panorámica desde su pequeña cima y no pocas cuadrillas y familias enteras con comida y bebida en abundancia. El resultado: basura por todas partes, latas y plásticos esparcidos y muchos restos de porquería por el suelo. "No son espacios habilitados para recibir a tanta gente. Hay algunas cuantas papeleras y algún contenedor, pero es imposible si encima algunos se comportan como hordas avasalladoras", comentó Ángel María Sarasa, integrante del colectivo SOS Ezkaba que ha impulsado el proyecto para habilitar una zona protegida, cuya tramitación se encuentra en la fase final.

Para las personas que han trabajado tanto para convertir Ezkaba en una entorno referencial para la Comarca de Pamplona, la imagen de este fin de semana ha resultado desoladora y deprimente. "Podemos educar a nuestros hijos, pero los que tiran los restos de la comida recogida de una hamburguesería en el aparcamiento de la carretera al monte Ezkaba por la ventanilla del coche ni se van a concienciar ni tienen educación".

Mientras no exista la concienciación social suficiente, Sarasa consideró prioritario la aprobación del PSIS y que el parque de Ezkaba sea una realidad cuanto antes, con soluciones que pasarían por un control de accesos por carretera con tickets o limitando horarios.

Situaciones parecidas de masificación se han reproducido el sábado y domingo en el puente de Iroz o las playas de Oricáin, repletas de gente, como señaló ayer Javito Camarero, delegado de la Asociación Mundial de Ciclistas BTT. "La Mancomunidad tiene una brigada para limpiar la zona, pero desde luego no van a dar a basto. Es increíble la gente que se juntó en Oricáin".

Un panorama similar se ha producido en el pantano de Alloz, otro de los destinos preferidos de los pamploneses, con el aparcamiento principal (280 vehículos) a rebosar desde el viernes y un continuo tránsito circulatorio que obligó a Policía Foral a regular el tráfico. Esther Gochi, del colectivo Alloz Azul, criticó la masificación que sufrió la localidad el pasado fin de semana. "Había coches aparcados por todos los lados, por las pistas, por las cunetas, por los campos. No tienen respeto de nada. Hay que pensar que en Lerare vivimos 15 personas y los contenedores estaban llenos de basura. Es imposible que podamos asumir esta situación".

En su opinión, es necesario establecer límites en los accesos y controlar las normas de seguridad. "En Alloz ahora no están abiertos los urinarios. Es sencillo pensar que nadie puede estar todo el día aquí sin hacer sus necesidades y claro, está todo lleno de toallitas y papeles".

"Hay que poner soluciones y evitar que Ezkaba sea una basurero festivo"

Colectivo SOS Ezkaba

"No hay urinarios en Alloz, así que la gente contamina los alrededores"

Alloz Azul