l número de turistas que este verano han visitado Pamplona ha descendido notablemente debido a las restricciones impuestas para evitar la propagación de la covid-19 y la suspensión de los Sanfermines.

En concreto, la Oficina de Turismo atendió durante los meses de julio y agosto a más de 6.500 visitantes, una sexta parte menos que el año pasado. “La situación es compleja porque hasta la fecha no se han cumplido ni las expectativas más pesimistas”, aseguró Mikel Ollo, guía turístico oficial de Pamplona y director de Destino Navarra. La temporada estival ya está a punto de finalizar y en los siguientes meses, explicó Ollo, el cliente que suele predominar es “el de grupo, gente de edad avanzada que viene en autobús a visitar la ciudad”. Sin embargo, el guía turístico reconoció que este otoño, con la pandemia, “son raros los grupos que van a venir”. Aun así, comentó que “alguna cosica de grupos estamos teniendo” y acompañamos a uno de ellos: son ocho franceses, recién llegados de París, que van a conocer el Casco Viejo tras reponer fuerzas con unos cuantos pintxos. Turismo a base de mordiscos.

“Es un grupo que está buscando mucho la cultura y la tradición gastronómica que aprovecha esta situación de pandemia y de vacío turístico para viajar con tranquilidad en grupitos pequeños y muy personalizados”, indicó Ollo mientras esperaba en Cortes de Navarra. A la una y media del mediodía, el grupo de franceses y la guía local, Gabrielle Doucinet, llegaron en autobús: “Muchos se han levantado a las tres o cuatro de la mañana para coger el avión en París y no han comido nada desde entonces”, contó Gabrielle nada más bajar del autobús. Por eso, Mikel les condujo a buen ritmo hasta el restaurante Bearán, en San Nicolás, donde aguardaban recién hechos los pintxos.

En el Bearán, los ocho integrantes del grupo saborearon cinco pintxos: crujiente de langostino, tostada de atún y aguacate, patata asada con chipirón, rabo y pata de ternera y carrilleras de ternera al curry amarillo y chocolate. “Están buenísimos”, aseguró Joan Pierre, que añadió que no era la primera vez que degustaban “los famosos” pintxos: “Este mismo grupo, hace dos años, hicimos un viaje por Iparralde. Un día fuimos a Donosti y allí fue donde los probamos por primera vez. Ahora queremos conocer la parte sur de Euskal Herria y su gastronomía tradicional”.

Tras la comida, Ollo les enseñó la parte vieja de la ciudad: “Vamos a conocer la Pamplona medieval y sus monumentos, el Camino de Santiago, murallas y fortificaciones; San Fermín y el recorrido del Encierro”, comentó. La visita guiada contó con radio-guías: “De esta manera, cada persona del grupo puede pasear sola a su ritmo y permiten mantener la distancia social de seguridad”, explicó.

Mikel Ollo asegura que la comida/cena de tapas y pintxos que ofrecen desde Destino Navarra “es uno de los productos que mejor está funcionando”.

El guía turístico cree que los pintxos funcionan tanto entre el turista internacional porque “para nosotros es muy habitual, pero ellos no están acostumbrados y les llama la atención esta forma de pequeña cocina y de miniatura”.

Ollo añade que muchos turistas extranjeros, tras disfrutar de los pintxos, se quedan “muy sorprendidos de lo que se encuentran, de la elaboración que supone, porque ven que no nos quedamos con la aceituna y el cacahuete, sino que hay un gran trabajo detrás”.

Aun así, asegura que no le ha tocado ningún grupo que venga exclusivamente por los pintxos: “Es algo complementario. Normalmente el turista de grupo viene sobre todo por la tradición de San Fermín y los encierros y por el Camino de Santiago y lo que supone en arte y en historia. Entonces, como de alguna manera tienen que comer, pues les proponemos una comida tradicional, pero sobre todo diferente y divertida y lo contratan con mucha ilusión”.

Con el objetivo de fomentar el atractivo de Pamplona y dar a conocer la calidad del sector del turismo, el Ayuntamiento de Pamplona, junto con 26 establecimientos de la Asociación de Hoteles de Pamplona y 40 restaurantes, pusieron en marcha la iniciativa Cómete Pamplona que ofertaba precios especiales para quienes pernoctasen o degustasen comidas y cenas en la ciudad. La acogida y repercusión de esta campaña fue buena y eso hizo que se extendiera hasta el mes de agosto, cuando inicialmente iba a tener lugar solo durante el mes de julio.

Además, en el mes de agosto reabrió el Fortín de San Bartolomé.

Los 5 pintxos. El grupo de franceses degustó cinco pintxos elaborados por el restaurante Bearán, en San Nicolás: crujiente de langostino, tostada de atún y aguacate, patata asada con chipirón, rabo y pata de ternera y carrilleras de ternera al curry amarillo y chocolate. Mikel Ollo, guía turístico de Destino Navarra, aseguró que las comidas/cenas de tapas y pintxos “es uno de los productos que mejor está funcionando”.

“El turista internacional se queda sorprendido del trabajo que supone cada pintxo”

Guía turistico de Destino Navarra

“Queremos conocer la parte sur de Euskal Herria y su gastronomía tradicional”

Turista francés