"Tenemos unas medidas muy estrictas a la hora de trabajar y más desde que comenzó la pandemia", asegura Javier Sesma Garde, pamplonés de 57 años, que lleva más de 34 años trabajando como conductor de camiones de la basura de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, una larga trayectoria en la que sobresale una jornada de trabajo, aquella en la que consiguió evitar una violación.

Su rutina laboral ha cambiado notoriamente con la aparición de la covid-19 en nuestras vidas. "Entramos escalonadamente, a horas diferentes, de esta forma no nos relacionamos entre nosotros en nuestro entorno de trabajo", explica. "Desde que comenzó toda esta aventura, hay compañeros que no sé qué será de su vida porque ya no nos vemos como antes", lamenta. "No puedes tener contacto con ningún compañero, es muy duro tener un jornada totalmente solo", expresa.

"Al entrar a trabajar debes desinfectar el camión y volverlo a hacer cuando terminas tu jornada", indica Sesma. "En los meses que estuvimos confinados, a la gente le dio por hacer grandes limpiezas y sí que teníamos una mayor carga de residuos que recoger, pero poco a poco ya estamos volviendo a la normalidad en ese aspecto", señala.

En lo referente a si ha tenido algún encontronazo o situación complicada con alguien en su trabajo, Javier recuerda que "antes, cuando la recogida era manual, sí que te llevabas algún que otro susto, pero desde que vamos en los camiones nuestras condiciones labores han mejorado de una manera sorprendente y nos evitamos ese tipo de sustos".

Pero si algo se lleva de este recorrido profesional de 34 años es poder ayudar a la gente. "Hace tres años, la noche de Reyes, pude ayudar a una chica que iba a ser víctima de una agresión sexual", declara. "Gracias a que pasé con el camión se pudo detener al agresor y salvar a la chica", expresa. "Poder evitar ese tipo de situaciones es la mejor recompensa en cualquier trabajo", señala.

Movilidad

Pamplona es una ciudad que cada día cuenta con más carriles bici, zonas de aparcamiento, distintas direcciones y eso "hace más difícil nuestro trabajo", asegura. Además, a eso hay que sumar el tráfico. "Siempre tenemos horas y zonas más complicadas, una de las horas puntas son de las 8.00 horas a las 10.00 horas, porque la gente va con el tiempo justo a trabajar, llevar a los niños al colegio, los jóvenes a la universidad y es un verdadero caos", comenta. "Por ese motivo, al haber un mayor movimiento urbano, tenemos que andar con mucho más cuidado que antes", apunta.

La jornada laboral comienza a las 7 de la mañana y termina a las 13.30, "aproximadamente, vemos de todo en ese tiempo", detalla. "Con estos camiones tan grandes siempre eres una molestia y más en esas horas tan cruciales donde todos van con el tiempo justo", destaca. "No se piensa mucho en nosotros y en el volumen de los camiones que llevamos a la hora de recorrer las calles de la los barrios del municipio de Pamplona", explica, "pero esa ya es otra historia que no sé si me tocará ver, ya que me queda poquito para poder jubilarme".

Pamplona es una ciudad comprometida con el reciclaje y el medioambiente. "Podemos decir que la gente de nuestra ciudad, en general, se porta bastante bien y colabora a la hora de reciclar los residuos y nos hace nuestra tarea mucho más sencilla", se alegra Javier, "aunque siempre hay alguno que te deja las cosas tiradas". "El reciclaje yo siempre digo que es una cuestión de educación que se debe inculcar desde que eres pequeño, porque esos niños serán los que cambien el mundo de mañana y creen estos hábitos en sus casas", aclara.