El día 10 de agosto de 1921 acabó pasto de las llamas la conocida como plaza 'vieja' de toros de Pamplona. Fue en la Plaza del Castillo, salón de estar de los pamploneses, donde se celebraron durante siglos las funciones taurinas, desde la baja edad media hasta la actuación de Cúchares durante los Sanfermines de 1843. El corro o ruedo venía a situarse dentro del ángulo comprendido entre las escalerillas actuales de San Nicolás y el Café Iruña. En 1616 se edificó la llamada Casa del Toril, situada sobre lo que mas tarde fue el Banco de Bilbao. La plaza del Castillo empezó a tener problemas de movilidad y eran muchos los colectivos que reclamaban la construcción de una plaza de toros fija para la ciudad.

El paraje elegido para tal fin fue la pieza llamada de Charón, que cogía también la antigua huerta de las Carmelitas Descalzas, peaje que correspondía al primer tramo de la hoy Avenida de Carlos III y el Teatro Gayarre.

El Ayuntamiento de la ciudad se dirigió mediante escrito en el mes de octubre de 1842 al Gobernador Militar de Navarra, acompañando plano y características dimensionales de la edificación a construir, contestando este que el proyecto era factible llevarlo a cabo, después de haber superado un autentico papeleo que fue necesario establecer para superar todas las diligencias legales.

Este primer coso taurino, apenas construido amenazaba ruina. Se observaba que la mayor parte de la bóveda que sostenía los tendidos tenía grietas y aberturas. Se llegó a apuntalar y a corregir las imperfecciones, pero durante los años siguientes los deterioros aumentaron y a pesar de las reconstrucciones parciales que se hacían, el edificio ofrecía cada vez menos seguridad para el público. Esto dio pie a numerosos pleitos entre el Ayuntamiento, el arquitecto y la empresa constructora.

Aquella plaza renqueante, que se había inaugurado en los Sanfermines del año 1844 y que nació tarada, tuvo que ser demolida en el año 1851, construyéndose otra en el mismo lugar. Esta segunda plaza de construcción fija, tuvo su inauguración en los Sanfermines del año 1852.

Fue en esta plaza conocida como la plaza vieja la de los brindis al violinista Sarasate en el palco de honor que le preparaba el Ayuntamiento, siendo todo un acontecimiento su llegada a Pamplona los primeros días del mes de julio. La de las corridas de prueba matinales con tres matadores y tres toreros a las nueve de la mañana generalmente del día nueve de julio y donde acudían críos, sirvientas y guarnición de militares a un precio muy barato. Donde se lidiaron toros de autentica Casta Navarra como, los Lizasos, Zalduendos, Pérez Laborda o Carriquiris. La de los espectáculos lamentables como ver morir a los caballos con terribles cornadas por no llevar petos. Redondel sobre el que el torero mejicano Rodolfo Gaona puso un par tan inolvidable que se conoce con el sobrenombre de "El par de Pamplona" donde se puede contemplar una escultura de tamaño natural en los exteriores de la plaza de toros mejicana.

Calle Espoz y Mina el año 1921, al fondo la plaza vieja en proceso de derrumbe. Foto: Arazuri

Plaza vieja donde las cuadrillas de mozos se balanceaban, bailando en los viejos tablones que servían de asiento en los tendidos y que fueron descritos por el escritor Pascual Millán: "En los tendidos se confundían aldeanos de todas las partes de Navarra (€) allí las aezcoanas con su característico traje negro, las roncalesas con sus artísticos corpiños y sus sartas de collares (€) y dominando aquel enjambre que se agita, vocifera, canta, aplaude y baila (€) se oyen la música militar y la del pueblo, que tocan a un tiempo y llevan la alegría a todas partes".

Fuego en la plaza 'vieja' En los Sanfermines del año 1921 se celebró la última feria en la plaza vieja. Fueron tres corridas y la de prueba. El festejo que cerró las fiestas, el día 11, ofreció la actuación de Belmonte, Varelito y Granero, con toros de Santa Coloma. El alcalde, José María Landa Bidegaín, presidió la tarde, con un lleno total.

Los toros de la ganadería de Santa Coloma resultaron bravos, Belmonte dio la vuelta al ruedo en el primer toro y en el cuarto aguanto la bronca del público que le recordaba las 30. 000 pesetas que se llevaba de la feria. Varelito en el quinto toro después de una valiente faena cortó una oreja al toro, siendo la última que se concedió en la vieja plaza. Y Granero recibió dos avisos, los últimos que sonaron el coso.

De estas tres grandes figuras de la toreria que cerraron la plaza, las tres murieron en trágicas circunstancias, Juan Belmonte, fue victima de su propio destino suicidándose en un momento de crisis personal, el día 8 de abril de 1962, en su finca de Gómez Cardeña (Sevilla).

Manuel Varé "Varelito", falleció el 13 de mayo de 1922, a consecuencia de una cornada que le produjo un toro de Guadalet, en la feria de Sevilla, el día 21 de abril del citado año.

Manuel Granero, murió en la plaza de toros de Madrid, el día 7 de Mayo de 1922, de una trágica y aparatosa cornada que le infirió el toro de nombre "Pocapena", de la ganadería de Veragua. Como se puede observar, un trío de ases de la baraja taurina en el oleaje de la tragedia.

Treinta días más tarde la plaza vieja ardió. Fue el 10 de agosto, miércoles, en una jornada de calor agobiante. A primera hora de la tarde el fuego prendió a la vez en tres puntos de diferentes palcos, propagándose después a toda la plaza. El conserje de la plaza, Francisco Goñi Vicente, al advertir las llamas, aviso a los bomberos, que lucharon contra adversidad del fuego y el humo sin descanso. Uno de los bomberos de nombre Álvaro Altuna, de 56 años de edad resulto herido por un madero.

Desde el primer momento, el gran temor fue que el fuego afectase al Archivo General de Navarra y al Crédito Navarro. En el tejado de este, un reten de bomberos observaba si las llamas iban a mas o no. En el Archivo General comenzaron a sacar algunos legajos y documentos para ponerlos a salvo aunque, por fortuna, las llamas no llegaron a alcanzar estos edificios.

Este suceso, precipito la construcción del actual coso taurino, que se inauguró el dia 7 de julio de 1922 y que el año que viene (2022) se celebrara el centenario. Pero esta, es otra historia que si la madre naturaleza nos lo permite, nos ocuparemos de ello el próximo año.