el puente de la Magdalena estaba experimentando reformas, orientadas a recuperar su fisonomía medieval. Como ya adelantábamos la semana pasada, al viejo puente le habían añadido sendos pasos peatonales, volados sobre el río y sujetos con jabalcones de hierro, y en 1963 dichos elementos añadidos iban a suprimirse para construir el actual pretil de piedra.

La foto muestra al fondo la ripa de Beloso, coronada por el edificio del Seminario, que el controvertido arquitecto Víctor Eusa había construido en 1931, coronado por su vistosa cruz. En primer plano vemos el perfil del puente, con sus potentísimos arcos apuntados, sus aliviaderos y sus tajamares piramidales. Fueron construidos siguiendo técnicas góticas, románicas y hasta romanas, pero sus piedras fueron colocadas allí por las manos encallecidas de los antiguos vascones, aunque eso no se diga en los libros de la historia "oficial".

la zona fotografiada en 1963, inalterable ante el paso de los siglos, constituye uno de esos rincones pamploneses en los que el tiempo parece haberse detenido. Vemos, eso sí, que la vegetación ha proliferado muchísimo en los 58 años transcurridos. Arriba, hacia la izquierda, vemos aún asomar la cruz del Seminario, casi tapada por las copas de los árboles.

En otro orden de cosas, debo confesar que uno de los grandes placeres que proporciona escribir "Adiós Pamplona" es el de autoimponerme la obligación de pasear todas las semanas por las calles y barrios de mi pueblo. Y en dichos paseos surgen a menudo encuentros muy interesantes. En este caso tuve la suerte de encontrarme con un buen amigo, Asier Urzai, una de las personas que mejor conoce la historia de su barrio, la Txantrea. Me dio una impagable lección de historia sobre el puente y sobre el viejo barrio de la Magdalena. Mila esker, Asier...!