No es el txistu del alarde ni el institucional que sale el día siete con la Procesión. Tampoco ese que al sonar hace bailar a la giganta Braulia. Es el txistu callejero que puede resumirse con un “salimos tocando, almorzamos, lo pasamos bien y tan a gusto”, dice Iñaki Azketa.

En 2021 se cumplen 40 años de la participación tan a gusto de los txistularis de Ortzadar en San Fermín. Y para celebrar la efeméride, Ortzadar Euskal Folklore Elkartea ha producido un documental que recoge y pone en valor su historia en las fiestas de Pamplona. 40 años de callejear con el instrumento, potes y almuerzos “porque si no el txistu no suena”, asegura Azketa, miembro de Ortzadar.

La cinta se estrena este miércoles a las 19.30 horas en la Filmoteca de Navarra y el viernes se exhibe en el salón de actos del Palacio del Condestable, también a las 19.30 horas y con entrada gratuita previa retirada de invitación. Son 30 minutos de metraje con los que sus autores se han quedado “muy satisfechos”, reconoce Iñaki, responsable de dirección y guion del documental junto con Karlos Irujo y Mikel Petrirena.

No teníamos ninguna experiencia, pero ha sido fácil porque la gente ha colaborado, nos han mandado fotos, vídeos... con las personas entrevistadas también ha sido relativamente fácil. Y digo relativamente por el covid; distancias, ponte aquí, mascarillas... Ha sido muy bonito sacar este documental”.

Ortzadar, 40 años de txistu en San Fermín “quiere ser un reconocimiento a todas aquellas personas que han tocado el txistu durante estos 40 años”, explican en la sinopsis de la pieza audiovisual. Los entrevistados -Terentxo Arana, Garaine Jorajuria, Joseba Ozkoidi, José Manuel Albéniz, Tinin Belzunegui y Mikel Aranburu- cuentan anécdotas y reflexionan acerca de la situación del txistu en fiestas, sin olvidar colaboraciones externas como los txistularis sin fronteras -se les convoca un día de San Fermín y se juntan en torno a 100 personas- o los de Ziburu, barrio de San Juan de Luz que viaja a Iruña con tamborrada incluida.

El origen

Cuenta Iñaki que a finales de los años 70, al margen del txistu de la Corporación y el de los gigantes, el instrumento se había dejado de escuchar en fiestas. “Era el final del franquismo, una época convulsa. El Ayuntamiento se da cuenta entonces de que el txistu ha dejado de usarse en Sanfermines, se pone en contacto con Ortzadar para organizar alguna colaboración y en 1981 cristaliza esa idea. Ortzadar aparece en el programa de fiestas como banda de txistularis”, concreta.

Entonces Ortzadar ya tenía cierta trayectoria desde su nacimiento en 1974. “Había cogido un poquito de fuerza. Tenía una potente fanfarre, banda de txistularis, de gaiteros, un cuadro de danzas... además eran años en los que había militancia por el tema del folklore”, recuerda.

El txistu tenía “un carácter reivindicativo y, por decirlo de alguna forma, marginal. Los txistularis salían un poco por libre. En esos momentos prácticamente no había música en la calle, y en este caso es Mikel Aranburu el que cuenta que los txistularis arrastraban a mucha gente, porque era la única música que había en la calle”, explica.

Hoy en día, sin embargo, no es para nada lo único que suena por San Fermín. “En la fiesta hay mucho ruido. Camiones de basura, txarangas, batukadas, máquinas barredoras... y muchas veces los txistus nos hemos visto desplazados hacia calles más tranquilas. No puedes ir por sitios en los que hay mucho ruido porque no se oye. El txistu tiene esa limitación acústica. Tenemos que ir por sitios más discretos. Ortzadar viene a cubrir ese txistu de calle”, argumenta.

Y aunque “la pena que tenemos todos en Pamplona es que este año y el pasado nos hemos quedado sin fiestas, no pasa nada. Ya llegarán”, finaliza Iñaki.