Con el lema Somos lo que comemos, el pasado marzo Juan Dopico, dentista en la clínica de Burlada y Beatriz Lahoz desde hace más de seis años, abrió la pizzería Tutti Ricchi en la calle Sancho el Fuerte. Como gran entusiasta de la hostelería local, Juan elabora las pizzascon productos de la tierra; ternera, chistorra o espárragos, y a su vez, reinvierte en Pamplona y alrededores.

"Mi profesión me ha aportado mucho en este nuevo negocio. Tengo que tratar el producto con la misma sensibilidad que atiendo a un cliente cuando viene con dolor de muelas. Al fin y al acabo, no puedo olvidarme de que comer es uno de los mayores placeres que puede tener el ser humano", afirma Dopico, también profesor de yoga.

Juan estaba mirando la página web de Milanuncios y le apareció el local Tutti Ricchi. A raíz de la pandemia, el antiguo dueño lo había puesto en venta pese a su ubicación y trayectoria. La antigua pizzería, por ejemplo, horneó cientos de pizzas para deleitar el estómago de pacientes y profesionales sanitarios que luchaban frente al covid-19 en el hospital.

Dopico vio y entendió que el negocio sería rentable durante todo el año si ofrecía el servicio a domicilio o la recogida del producto. Y con la certeza de que "el día a día me había ofrecido este regalo, decidí invertir mis ahorros", dice.

El actual dueño de la Tutti Ricchi no llegó a temer por la gestión de la pizzería. En 2009 participó en un concurso de formación, emprendimiento y liderazgo en Asturias donde tuvo la suerte de conocer al empresario Nacho Sandoval. Gracias a él, Juan visitó la escuela de hostelería de Gijón y conoció la empresa familiar Jesús Pastor, quien le recomendó que hiciera las compras en las cooperativas.

Por si fuera poco, hace un par de años Dopico ganó el premio nacional de periodoncia, y como recompensa obtuvo la financiación de un máster muy enfocado al mundo de los negocios: el SAES. "Los estudios me enseñaron que cuando un negocio genera servicios todos nos beneficiamos; gana la sociedad y gano yo como persona y profesional", subraya.

Ahora bien, llevarlo a la práctica no ha sido tan fácil. "El mundo de la hostelería es una montaña rusa. Un día sientes que lo dominas todo y al día siguiente, estás perdido", confiesa Juan. Y continúa: "Actualmente percibo que lo controlo más porque después de un largo proceso he dado con profesionales honestos, honrados y buenos en lo suyo".

Presente y futuro

En estos primeros meses, la sociedad navarra está acudiendo a la pizzería para disfrutar de unas pizzas artesanas en horno de piedra con ingredientes naturales y originales. Para ser un negocio nuevo, el resultado está siendo bastante satisfactorio en ventas y continuidad. Cosa que Juan lo agradece, ya que los costes para abrirlo han sido bastante altos. Eso sí, "mi objetivo principal es crear puestos de trabajo dignos y si a largo plazo consigo recuperar mi inversión y que el local prospere por sí mismo, mejor".

Con el tiempo, Dopico sueña con que su pizzería llegue a más sectores. Le gustaría crear una línea para veganos y otra para celiacos. No obstante, en estos momentos, por falta de tiempo y recursos, no puede disponer de ellas. Juan también intenta que todo el embalaje sea eco friendly y que la producción sea sostenible, porque "todo lo que comemos repercute al medio en el que vivimos".