Son la resistencia, la “única colonia importante” de sapo partero común que aún reside en Pamplona. De día, estos 1.000 ejemplares adultos, habitan en la acequia central de los fosos de la Ciudadela, “escondidos entre las rendijas de las piedras” que conforman el canal.

Cuando cae la noche, salen del agua y saltan por la hierba. Sin embargo, la rutina de “esta referencia” se ha visto afectada por las toneladas de arena que se han depositado en la hierba de la Ciudadela para la celebración del torneo de hípica a partir del 2 de septiembre.

Daniel García, naturalista y experto en flora y fauna de Navarra, comenta que el Ayuntamiento de Pamplona “se lo ha currado bastante” a la hora de proteger a la colonia de sapos.

En concreto, explica, los operarios han tapado la acequia con una tapa sobre la que se ha depositado parte de la arena. “El impacto es mínimo, en principio, no debería haber ningún problema. Es muy difícil que caiga arena al agua”, avanza Daniel.

Además, para que el sapo pueda salir a la noche, han dejado una parte de la acequia sin tapar. Eso sí, el naturalista asegura que “ya hay alguna zona, la más cercana al Parque de Antoniutti en la que la arena está cayendo”.

A largo plazo, cuando finalice el gran premio de hípica, Daniel sí que ve ciertos riegos. “El problema que veo es cómo se va a retirar la arena porque es probable que parte caiga en la acequia. Ahí sí que puede haber un mayor problema”, incide el naturalista.

Además, Daniel alerta de que el desbroce de malas hierbas en las acequias de la Ciudadela, que el Ayuntamiento de Pamplona lleva a cabo “unas tres o cuatro veces al año”, ponen en “serio riesgo” a la colonia de sapos parteros.

“Se les quita protección. Creo que no es necesario o se debe hacer de otra forma”, opina Javier, que ya ha puesto varias denuncias al Consistorio por estas actuaciones. Estos anfibios, de la familia Alytidae, se encuentran catalogados como especie amenazada de interés general en el Catálogo Nacional de especies amenazadas, no así en el de Navarra.

A pesar de ello, el propio Ayuntamiento de Pamplona, en una publicación de 2010 sobre anfibios y reptiles en la ciudad, aseguraba textualmente en referencia a estos sapos parteros que “las labores de mantenimiento del patrimonio arquitectónico deben compatibilizarse con medidas de conservación de la población aislada en la Ciudadela”.

La especie

El sapo partero es un sapo de pequeño tamaño, que apenas supera los 50 mm, y de aspecto rechoncho, con cabeza grande y hocico redondeado. Sus prominentes ojos muestran una pupila negra vertical, con iris dorado. Las pequeñas verrugas en su piel gránulos se agrupan en los costados, formando dos hileras dorsvolaterales. En el dorso, gris-pardo, aparecen pequeñas manchas verdes, rojizas y negras, poco marcadas. El vientre del sapo es claro.