Desde pequeño, a Tomás Tarragón, pamplonés de 28 años, le ha gustado diseñar juegos de mesa y puzzles. Pol Torrents, 37 años y natural de Cambrils, siempre que sale de una escape room piensa cómo la hubiera confeccionado él. Ambos han creado la empresa Adventures Door y han desarrollado la misión futurista Capitán Wolf que se estrena el 1 de febrero en el centro de salas de escape ubicado en la calle Concejo de Sagaseta de Mendillorri.

El juego se ambienta en un mundo de ciencia ficción y futurista -dentro de 1.500 años- en el que La Unión gobierna la galaxia de forma descentralizada y pacífica. En la historia, el condecorado Capitán Irwin Wolf lleva a cabo una misión secreta que consiste en transportar en solitario un valioso cargamento desde el planeta Krasni hasta el Centro de Control de La Unión.

La misión debería haber terminado hace tres días, pero Wolf no ha llegado al Centro de Control, su nave ha aparecido en estado de hibernación y no hay ni rastro del valioso cargamento. “La misión consiste en encontrar a Wolf, recuperar el cargamento y acabar la misión que el capitán empezó. Para ello, la nave cuenta con un sistema de inteligencia que es capaz de dar saltos interestelares a gran velocidad. Los jugadores deben volver al Centro de Control de La Unión con la nave de una pieza”, explica Pol.

Las salas -no desvelan cuántas para no dar pistas- conforman un escenario con “geometría muy futurística” en el que la tecnología está presente “por todos los lados”. Por ello, avanzan, los enigmas no se resuelven con métodos más tradicionales como los candados o las llaves. “En una nave espacial y en un mundo futurista no pinta nada un candado de colorcillos o de números. Todos los puzzles y pruebas que hemos diseñado están integradas en la historia”, señala Pol. Además, prosiguen, es una escape room “diferente” y con un cariz “peculiar” porque “hay muchos enigmas que no te van a sonar y que no vas a poder deducir por tu experiencia previa”, ahonda Tomás.

La misión Capitán Wolf está diseñada para resolverse entre dos y cinco jugadores - no se admiten a niños y niñas menores de 12 años y un miembro del grupo siempre debe ser mayor de 16-, que en total disponen de 75 minutos. Entre semana, la sala Capitán Wolf se puede reservar a las 16.00, 18.00 y 20.00 horas y los fines de semana también a las 10.00, 12.00 y 14.00 horas.

“Sin batir récords”

En el mundo de las escape room, reina la competitividad -sana en la mayoría de los casos- y los jugadores intentan resolver los misterios en el menor tiempo posible. Eso sí, ambos dejan claro que la finalidad es que la gente se lo pase bien. “No tienes que venir aquí a salir, a hacer la misión y ya está. Creo que el camino que recorres, salgas o no salgas, resuelvas o no la misión, pretende que te diviertas. Es el objetivo que nos ha guiado a la hora de crear la escape room”, confiesa Pol. “No venimos aquí ni a agobiar a la gente ni a batir récords. Si eres más novatillo te vamos a ayudar más, si eres más experto te vamos a dejar más en paz, pero todo el mundo se lo va a pasar bien”, subraya Tomás.

Más salas

El origen de la escape room se remonta a 2016. “Vi que realmente podía ser algo factible y le comenté a Pol a ver si quería ayudarme porque solo no iba a poder desarrollar la idea”, recuerda Tomás. Durante estos seis años -no se han dedicado exclusivamente a este proyecto- Tomás se ha encargado de la programación y Paul, que es aparejador, de la parte estética y arquitectónica.

El proceso, relatan, no ha estado exento de dificultades. “Hemos sufrido muchísimas. Incluso las que parecían simples en el papel luego tenían alguna complicación práctica”, comenta Pol. “Cada vez que veníamos a montar cosas nuevas salían tres problemas más que no conocíamos. Pero bueno, las hemos solucionado poco a poco”, subraya Tomás. La mayor parte del tiempo han estado los dos mano a mano, pero no se olvidan de sus familiares y su apoyo inestimable.

Tomás y Pol ultiman los preparativos del estreno de Capitán Wolf pero, nunca mejor dicho, ya piensan en el futuro. La habitación contigua, el taller donde en la actualidad cortan la madera y pintan los elementos que conforman las historias, pronto se convertirá en otra sala también de temática de ciencia ficción