El pacto alcanzado en Madrid entre la dirección federal del PSOE y el presidente de UPN Javier Esparza por la reforma laboral duró lo bastante para permitir al alcalde de Pamplona Enrique Maya aprobar una modificación presupuestaria de 27,5 millones y garantizarse un cómodo final para su mandato.

Disciplinadamente, los cinco votos del grupo municipal socialista apoyaron la propuesta de Navarra Suma como ordenó la dirección del PSOE, pensando que en el Congreso los dos diputados regionalistas iban a respaldar la reforma laboral como estaba pactado.

Con un resultado de 18 votos (los de Navarra Suma y PSN), el equipo de Gobierno sacó adelante su propuesta, sin poder ocultar su satisfacción por la maniobra que había gestado en Madrid Javier Esparza con la dirección socialista.

A continuación se debatió una iniciativa de Navarra Suma en contra de la financiación local, donde la concejala delegada Ana Elizalde, de forma triunfalista, volvió a repetir el mismo discurso contra el Gobierno foral al considerar que el Ayuntamiento de Pamplona ha salido perdiendo con el nuevo sistema.

No salió adelante, porque el PSN votó en contra junto a EH Bildu y Geroa Bai.

Una hora y 55 minutos después de iniciarse el Pleno comenzó a debatirse la posible reprobación del alcalde Maya por sus recientes declaraciones sobre los menas, en las que vinculó delincuencia y extranjería.

La primera en intervenir fue Maite Esporrín, para anunciar que el PSN retiraba su propuesta para reprobar al alcalde por mandato de la dirección socialista tras el acuerdo con UPN en el Congreso.

Formaba parte del pago -junto a la aprobación de la modificación presupuestaria- por los dos votos de UPN a favor de la reforma laboral que la propia concejala y el secretario de organización del PSN, Ramón Alzórriz habían anunciado en una rueda de prensa en la sede del Paseo de Sarasate media hora antes de que comenzara la sesión plenaria del Ayuntamiento de Iruña.

Después de Esporrín, intervinieron, por este orden, Joseba Asiron (EH Bildu), Patxi Leuza (Geroa Bai) y el propio alcalde, para defenderse de las acusaciones de xenófobo.

Antes de que terminara el debate, Maite Esporrín solicitó de nuevo la palabra. Visiblemente alterada y muy indignada ante el inesperado giro de los acontencimientos, confirmó lo que se había producido en Madrid y con evidente decepción tuvo que asumir que sus votos no habían servido para nada, que dejar a los pies de los caballos al grupo municipal de Pamplona había sido en balde.

Hundida, el único consuelo que le quedó fue anunciar que el PSN iba a reprobar al alcalde Maya y que apoyaría las iniciativas de Bildu y Geroa Bai al haber retirado la suya.

Habían transcurridos 138 minutos desde el comienzo del Pleno y 75 minutos desde la aprobación de la modificación presupuestaria, y el escenario había cambiado por completo.

El que mejor lo tiene ahora es el alcalde Maya, que la modificación presupuestaria va a poder poner en marcha algunos proyectos cuyo futuro dependía de una mayoría que tras la ruptura del acuerdo presupuestario con el PSN ya no tenía.

Con los 200 millones del presupuesto prorrogado y los 27,5 millones que ha conseguido sacar adelante, sus perspectivas para lo que restan de legislatura se despejan bastante.

De paso, la maniobra ha frustrado las enmiendas que la mayoría progresista había empezado a trabajar con la intención de incorporarlas a la modificación presupuestaria.

Eran 17 enmiendas por valor de 4,415 millones, con partidas destinadas a ayudas a la rehabilitación (un millón de euros); mejora de colegios públicos (500.000 euros); Trabajos para finalizar los parterres de Pío XII (450.000); proyectos para viviendas para jóvenes en Santo Andía y Mayor 14 (400.000); Amabilización del entorno del Museo de Navarra (300.000); la conexión con Barañáin por carril-bici (250.000) y la rehabilitación de vivienda de emergencia habitacional en San Pedro (250.000).

El pacto de Madrid impidió que los socialistas respaldaran esas iniciativas, sin saber que para entonces Sergio Sayas y Carlos García Adanero ya tenían decidido cambiar de planes.