ue el confinamiento ha sacado la mejor parte de algunas personas ha quedado demostrado y, de hecho, también ha logrado que en muchos barrios la unión haya hecho la fuerza. En este caso, en el barrio La Era de Lodosa no tienen apenas tiempo para aburrirse y es que cuentan con un calendario muy amplio de actividades que hacen de forma conjunta a pesar de estar separados; viernintxo, vermú, aeróbic o certamen de disfraces son algunas de las cosas que hacen durante este confinamiento.

Además, el pasado fin de semana, con motivo de la salida de los niños de casa, decidieron darles una gran sorpresa y, en tres puntos de la calle, decoraron las puertas de las bajeras y los balcones con globos de colores y cartulinas con mensajes de agradecimiento y ánimo. Los txikis que por allí pasaron, encantados, cogieron además, una bolsa de chucherías como premio y recompensa por su buen comportamiento estas semanas.

Mari Paz Morentin, lodosana encargada de ejecutar esta acción, explicaba que "todo va surgiendo espontáneamente y cada uno aporta lo que puede. En este caso, yo estoy en el mundo de los niños y es algo que me hacía mucha ilusión. No paraba de darle vueltas y al final una vecina me propuso darles a los peques una sorpresa cuando salieran a la calle y nos pusimos manos a la obra".

Allí, aseguraba, viven unos 15 niños y ninguno se quedó sin su premio. De hecho, no solo pasaron los vecinos, sino que otros pequeños lodosanos que pasearon por allí también pudieron coger una bolsa de chucherías. "Daba mucho gusto verles, fue una satisfacción enorme, lo disfrutamos muchísimo y todo ello, claro, con mucho respeto y responsabilidad", reiteraba.

En este barrio, además, aunque suelen juntarse en San Antón, han hecho piña desde que se decretó el estado de alarma y es que, comentaban, han creado unas rutinas y actividades conjuntas.

Para empezar, desvelaba Neniques Roldán, otra vecina de la zona, en cuanto vieron que iban a tener que permanecer en casa bastante tiempo, decidieron que el deporte no podía faltar. Desde entonces todos los días, fines de semana incluidos, a las 18.00 horas hacen diferentes rutinas todos a la vez, hasta cerca de 40 personas, desde sus bajeras, salones o terrazas.

Un vecino del barrio se encarga de poner de la música y de proponer los ejercicios que después, todos realizan. "Lo podríamos hacer solos, pero con música ambiente, y a la vez, es otra cosa", recalcaba Roldán.

Además, tampoco perdonan el viernintxo que antes hacían por los bares de Lodosa, ni el vermú del sábado y domingo, jornada en la que siempre cantan a las 13.00 horas desde sus ventanas.

También celebran de forma efusiva los cumpleaños, aplauden a las 20.00 horas y han organizado un par de certámenes de disfraces; el primero fue con temática libre, después evocaron los años 80 y, por último, se vistieron y decoraron sus casas con los colores del arco iris.

Para estar conectados han creado el grupo de WhatsApp ConfinActivos, "una forma de quedar, de organizarnos y, después, de pasarnos las fotografías".

Además, explicaban, hay vecinos que no pueden o quieren participar en estas actividades y que, sin embargo, no ponen ninguna pega, "aunque se podrían molestar, nos permiten hacer todo y no hay ninguna queja. Es algo de agradecer". También es cierto que hay personas que trabaja de noche, "nos avisan y, por supuesto, lo respetamos y no ponemos música o alborotamos hasta más tarde".

Por último recalcaban que también es muy importante la implicación y participación de la juventud ya que dinamizan mucho las actividades que organizan.