Ha pasado un año y medio desde que Raquel Busto y Elsa Castillo, peraltesas amantes de los animales, decidieran dar un paso al frente y formaran CES Peralta, una asociación que en la actualidad tiene 22 voluntarias y que pretende ayudar a los gatos de la calle al tiempo que solventan el problema que estos pueden generar.

"Llevábamos tiempo viendo que había que hacer algo en Peralta y, una vez que salió la ley que obliga a los Ayuntamientos a poner en práctica la captura, esterilización y suelta, dimos el paso adelante. Para conformar la asociación teníamos que ser tres así que inscribí a mi marido y empezamos a organizarnos y a contactar con otros CES", explica Raquel. "El siguiente paso fue hablar con el alcalde para contar con el apoyo municipal, no hubo ningún problema, y ya nos pusimos manos a la obra".

Después, cuenta Busto, trataron de hacer un tanteo de cuántas colonias y gatos podía haber en Peralta, "aunque es dificilísimo de calcular", crearon la página de Facebook y el boca a boca hizo el resto; se interesó y apuntó bastante gente y, tras una sola reunión dado que la situación epidemiológica frenó estos encuentros, se organizaron vía WhatsApp.

Las y los integrantes del grupo, explica Maite Urroz, miembro también de la asociación, se dividieron las colonias de las que se iban a encargar y se hicieron unos carnés para identificar a aquellas personas que tienen permitido alimentar a los gatos, ya que no puede hacerlo cualquiera. También han colocado cartelería en 10 de las colonias que más controladas tienen alertando de que no se puede, entre otras cuestiones, "abandonar, molestar, sustraer o alimentar a los gatos". Y es que, reiteran, "la gente se tiene que mentalizar de que no pueden echarles desperdicios".

Para estas colonias, compraron bebederos y comederos así como pienso en palets que van racionando; alguien va todos los días a echarles la comida porque no pueden dejarla allí, Al estar al aire libre, cuentan, si llueve puede mojarse y se desperdicia.

En cuanto se consolidaron, el siguiente paso fue la captura de los gatos para esterilizar. De hecho, desde agosto hasta ahora lo han hecho con, al menos, 50, "un buen número pero hay muchísimos más". Han decidido actuar en el casco urbano "para evitar atropellos, peleas y problemas de insalubridad". Además, apuntan, también han sacado a unos 20 gatos txikis de la calle.

Para saber que han sido esterilizados, informan, se les corta la punta de la oreja, y el año que viene también tendrán que llevar chip. Cuando los llevan a Calahorra, a la clínica veterinaria Ruiz y Menta, también los desparasitan y, en caso de requerirlo, les proporcionan medicación.

A la hora de capturar los gatos, explican, se les retira el pienso para que tengan un poco de hambre y después, dentro de una de las seis jaulas trampa con las que cuentan, se coloca algo suculento y esperan hasta que entra uno. "Hemos llegado a estar horas y horas, sobre todo por la noche, algo que ahora con el toque de queda no podemos. Las colonias están más o menos controladas, que es el objetivo final, ya que es imposible que no haya gatos en la calle".

Lo que necesitan y es la principal carencia de esta asociación son las casas de acogida, donde, repiten, "solo hace falta un hogar y cariño puesto que CES proporciona comida, vacunación y todo aquello que necesiten". Normalmente son casas de paso en las que preferiblemente no haya otro gato ya que tienen que hacer cuarentena y donde están hasta que se le encuentra un hogar definitivo. Y es que, recuerdan, hasta los seis meses no se puede coger a un gato de la calle para esterilizarlo.

cat hotelCualquiera que haya paseado estos días por Peralta habrá visto los Cat Hotel que han colocado y que embellecen el casco urbano gracias a la artista Montse Palacios, quien se ha encargado de pintarlos con sumo gusto. CER Cascante, de la mano de SantBoi.Gats, apostó por esta iniciativa que ahora han adoptado en la localidad ribera.

La Mancomunidad de la Ribera Alta les ha proporcionado contenedores de papel que ya no valen y para adecuarlos han utilizado material reciclado; lo primero les quitan el mecanismo y limpian el interior para después poner suelo. Después, les abren una pequeña puerta y en la parte superior, para que entre luz, se coloca metacrilato (esto ayuda a que no se pueda verter nada desde ahí). Acto seguido se abren tres o cuatro gateras y en el interior se colocan cajas de poliespan con mantas que les han donado así como un comedero y un bebedero.

En la actualidad tienen cuatro Cat Hotel instalados, allí donde había más problemas y donde ya han esterilizado a varios gatos; dos en el casco urbano y dos en el monte.

De hecho, llevan puestos un mes y la respuesta "ha sido "muy buena. Sabíamos que sí que se iban a acercar a comer, pero a dormir no lo teníamos tan claro y ha quedado demostrado que van".

Desde CES Peralta, insisten, son "un grupo que trata de ayudar a todos y no de fastidiar; el trabajo que hacemos es bueno para aquellas personas a las que no le gustan los gatos y también para las que nos gustan. Puede parecer que al colocar estos Cat Hotel van a ir más gatos, pero no es así, las colonias ya están; de esta forma evitamos que se metan en las casas y en los coches o que se vayan de barrio a barrio. Ni marcan ni riñen".

De cara al futuro no se marcan retos sino "seguir como estamos: cogiendo gatos y esterilizándolos. Es una labor que lo compensa todo, por eso estamos aquí, es algo que nos apasiona y que no nos supone ningún esfuerzo. Nos gustan mucho los animales y, además, de esta forma ayudamos a solucionar un problema".