lo gigantes y cabezudos son parte fundamental de las fiestas. Y más en Uharte Arakil, dónde se siente con especial emoción a estas esbeltas figuras y su séquito de kilikis. Después de 40 años sin comparsa, con la entrada del nuevo siglo un grupo de siete uhartearras se animó a formar una. Han pasado 15 años en los que no han faltado su cita, labor que reconoció el Ayuntamiento de Arakil ayer, último día de fiestas, con un homenaje. Además, se unieron a las celebraciones las comparsas de Irurtzun, Funes y Espinal, una concentración de altura para despedir las fiestas de este año.

Eran 14 gigantes así como otros seis de menor tamaño realizados por padres y madres que portaba los txikis. Y es que en Uharte Arakil hay cantera. Bajo un sol de justicia, realizaron una kalejira desde las piscinas de Itxesi hasta la plaza, dónde cada comparsa bailó una pieza para finalizar todas juntas con La boloñesa.

Después fue el homenaje, en el que el Ayuntamiento les regaló un estandarte y entregó un pañuelo a todos los miembros de la comparsa. Asimismo, no faltó un aurresku de honor. “Es un merecido homenaje por el trabajo y esfuerzo que realizan por Uharte Arakil. Sin la comparsa las fiestas de Uharte Arakil no serían las mismas” señaló Ainara Ayestaran, alcaldesa de Uharte Arakil. También animó a los txikis a continuar con la comparsa.

“En torno al año 2000, era concejal de cultura y festejos. En aquella época teníamos el recuerdo de los gigantes de cuando eran niños y nos propusimos recuperar la comparsa” recordaba ayer María Carmen Oteiza, una de las fundadoras. Así, lo siguiente fue preguntar por las casas si alguien tenía foto de aquello gigantes. Consiguieron una, a partir de la cual encargaron una réplica del rey y la reina. “El nombre le pusimos nosotros, a la reina, Micaela, en honor a San Miguel y al rey, Donato, por San Donato, los dos montes del pueblo” apuntaba.

Por otro lado, aprendieron a guiar, portear y bailar los gigantes con la comparsa de Irurtzun. “Fueron nuestros padrinos” observaba Oteitza. Y llegó el día de salir a la calle, el día de San Juan. “El primer baile lo hicieron mi hermano Juan Carlos y el difunto Antonio Astiz. También se hizo un homenaje a Pedro Ansa y Miguel Zubieta, dos vecinos que habían bailado los gigantes antiguos.

La comparsa pronto creció y en 2002 se unieron dos nuevos gigantes. Eran el músico local Felipe Gorriti y Martija de Jauregi, una curandera que residió en Uharte Arakil hacia 1570. También un gigante txiki, con el que aprenden los nuevos porteadores. Además, algunos niños no pueden esperar y sacan sus propios gigantes, realizados en casa. “Ahora estamos 22 de diferentes edades. Todos los que empezamos seguimos” apuntó Oteiza.

La comparsa se completa con 6 cabezudos. Son el Indio, Drácula, la Bruja, el Demonio, el Negrico y el Pamplonica. “Cuando comenzamos había dos: la Bruja y el Demonio. El Negrico y el Pamplonica son réplicas de las que había antes” observa esta uhartearra. “Debido a una gran tormenta en mayo de 2010, el bajo del frontón se inundó y se estropearon cuatro cabezudos” recuerda. No obstante, destaca que los daños podían haber sido mayores porque ese mismo día, por la mañana, trasladaron los gigantes a las monjas.