Primer domingo de octubre, Etxarri Aranatz celebró ayer su feria, una cita de origen ganadero y siglos de historia que se ha adaptado a los tiempos, con un mercado agroalimentario y de artesanía, productos de calidad sin intermediarios para impulsar el sector primario. Así, se pudo degustar y comprar alimentos como miel, queso, verduras, pastas, pan o embutidos entre otros. También había artesanía diversa: zapatos artesanos, prendas de vestir, joyas en plata y bolsos entre otros productos. Aunque en forma de muestra, los ganaderos locales volvieron a sacar los animales a la plaza, con vacas, yeguas, cerdos, ovejas, cabras, burros y ponis.

El queso, el producto agroalimentario estrella de la zona, fue otro de los protagonistas de la mañana, con la 15ª edición del Concurso de quesos de Sakana. Participaron seis queserías de Sakana de oveja latxa con piezas elaboradas con su propia leche. El primer premio fue para Albi Gaztak, de Arruazu, el segundo para Balda Artola, de Unanu, y el tercero para Araña Etayo, de Arbizu. El jurado estaba formado por Juana Jaka, Juantxo Saez, Valen Ormazabal y Javi Beraza, que acompañados de Jose Ramón Agirian, del comité de cata de la DO Idiazabal conocieron cuales son los principales aspectos que se tienen en cuenta a la hora de valor un queso como forma, corteza, color, pasta, ojos, olor, textura y sobre todo sabor y gusto residual.

Agiriano destacó el alto nivel de las piezas presentadas, especialmente cuatro. “Esta calidad era algo impensable cuando comenzó el concurso hace 15 años”, apuntó. “Es fruto de un mayor conocimiento y más limpieza. Todos los quesos se pudieron después degustar en un segundo auzate. El primero fue con tripakis, morcillas de oveja que preparó Larrañeta elkartea. Fueron más de 20 kilogramos

ETXARRIN KANTUZ Con una mañana fría, sobre todo por la caída tan brusca de las temperaturas, medio centenar de voces animaron la plaza con sus canciones. Era Etxarrin kantuz, una iniciativa de Juanito Erdozia, que invitó a su pueblo a sus compañeros de Iruñean kantuz y Kapare, un grupo surgido para mantener vivas viejas canciones de Navarra en euskera, kantuzaharrak. Y es que Erdozia, que se confiesa muy cantarín, forma parte desde hace dos años de este grupo. Si bien todas las semanas se reúnen un día para trabajar viejas canciones, el repertorio de ayer fue más conocido, con temas como Boga boga, Eperrak, Ixil-ixilik dago, Nola bizi hala kanta o Erribera entre otras, a las que se unieron más voces. Para los que no se sabían las letras se repartieron cuadernillos.