“Llevábamos un mes sin salir de casa por el confinamiento y la gente había notado cambios en su estado de forma. La población de tercera edad fue la más perjudicada”, cuenta Martxel Intxausti Lasarte un joven de Leitza graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. “De un día a otro se habían quedado sin sus paseos diarios. La ausencia de esos estímulos les había llevado a perder los niveles de movilidad, resistencia y fuerza, teniendo más dificultades para realizar las acciones del día a día”, incide. Asimismo, conocía a más personas que habían empezado a hacer ejercicios en casa sin ninguna supervisión. “Mi idea siempre ha sido poder ayudar al pueblo en el ámbito de la actividad física y el deporte. Pensé que era el momento”, destaca.

Así, a través de las redes sociales, comenzó a ofrecer entrenamientos personalizados de manera gratuita. “Quería promover la actividad física en aquellas personas que no sabían cómo hacerlo sin poder salir de casa. La gente se animó y decía que se sentía mejor”, recuerda. Al llegar la nueva normalidad, pensó que había que dar el salto de internet a la realidad, con un espacio físico en el que poder llegar a más personas en un momento en el que la covid-19 parecía que había dado una pequeña tregua.

Así, trasladó al concejal de Deportes esta iniciativa para ayudar a mejorar la calidad de vida de los y las leitzarras. Lo cierto es que la idea gustó y Anikote, la empresa municipal que gestiona las instalaciones deportivas de Leitza, le dejó las piscinas, cerradas este verano por la pandemia. “La gente demandaba hacer algo al aire libre”, comenta.

Pero llegó el final del verano y la meteorología de Leitza no se presta para actividades al aire libre. “Pensé en preparar un espacio para ofrecer actividad física personalizada”. Con 23 años y en plena pandemia, este leitzarra ha comenzado poco a poco y ha habilitado una pequeña bajera con capacidad para cuatro personas según las medidas sanitarias en vigor.

El nombre de este nuevo espacio es Antek. “Consulté el libro Aio, Leitze! de Mikel Olano. Encontré la expresión de Antek in, que se traducía por hacer los trámites previos”, recuerda. Los ejemplos que se mostraban procedían del libro Leitzako errege erreginak de Patziku Perurena. “Decidí llamarle para asegurarme de que esa expresión mantenía el mismo significado en el contexto de la actividad física, hacer los trámites previos para aprender a moverse bien”, incide. Y si, se podía adaptar a esa circunstancia.

A este nombre le ha añadido un eslogan: Aurrena, mugitzen ikasi, eta ondoren, maiz mugitzen hasi, que resume una filosofía. Y es que primero hay que aprender a moverse bien para luego moversemucho. “Es una frase de Gray Cook. La primera vez que la escuché fue en el curso de Valoración funcional del movimiento de Qualis Motus y me gustó mucho”, observa.

La semana del 28 de septiembre al 2 de octubre inauguró el centro con unas jornadas de puertas abiertas. “Quería que la gente conociera mi filosofía de trabajo. Así que organicé clases gratuitas durante la semana. La gente respondió muy bien”, cuenta. Lo cierto es que gustó su propuesta y ya cuenta con 16 clientes, tres grupos de cuatro personas y cuatro personas con seguimiento individual. Asimismo, tiene en mente diferentes proyectos. “A principios de septiembre hubo personas del pueblo que se tuvieron que confinar. Ante esa situación Anikote y Antek decidimos ofrecer sesiones diarias online para que la gente no perdiese los hábitos saludables”, recuerda. “Creo que al ser un pueblo pequeño las entidades que trabajamos en el mundo de la actividad física y el deporte tenemos que remar del mismo lado, ya que nos ayudaran a conseguir el objetivo común, hacer que Leitza sea un pueblo activo”, abunda.

Antes de comenzar a trabajar, Martxel Intxausti realiza a cada persona una entrevista y una valoración funcional para conocer sus antecedentes, objetivos y necesidades. “Un cajero o cajera de un supermercado, por ejemplo, está todo el tiempo realizando rotaciones que le pueden causar dolor de espalda”, observa. “Hay que valorar la rotación de esa persona, corregir el movimiento para que trabajen los músculos apropiados y no los que no deben, evitando posibles molestias”, abunda. Después diseña ejercicios personalizados para la mejora del movimiento con el objetivo de mejorar su calidad de vida.

En Antek hay tres campos de trabajo: rendimiento, salud y readaptación, siempre de forma personalizada. Mientras que en el rendimiento se busca mejorar las marcas deportivas del individuo, en el ámbito de la salud el objetivo es mejorar la calidad de vida del individuo con la realización de movimientos que se repiten en el día a día. Por último, en la readaptación se busca que la estructura dañada vuelva a su estado anterior. Además, ofrece este servicio a domicilio a aquellas personas que tienen dificultades para salir de sus casas. “Mi objetivo es llegar a todos los habitantes del pueblo por lo que debo ofrecer diferentes servicios adaptándome a todas las edades”.

Además, este joven compagina el centro de entrenamiento personalizado con su trabajo en Osasuna, dónde es segundo entrenador del equipo infantil y también readaptador de los equipos de fútbol base.

“Mi idea es ayudar al pueblo en el ámbito de la actividad física”

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