on una mañana espléndida, Baraibar acogió ayer el mercado itinerante de Mendialdea, una iniciativa puesta en marcha por los ayuntamientos de Larraun, Imotz, Araitz, Basaburua, Leitza, Goizueta y Lekunberri con el apoyo de Cederna Garalur para promocionar, visibilizar y vender los productos de productores y artesanos de la zona. Si bien era un proyecto que comenzó antes de la pandemia, con la crisis sanitaria se ha visto aún más necesario por la suspensión de numerosas ferias, un canal de venta importante para el sector primario, según contaba Josu Oreja, concejal de Larraun. Asimismo, señaló que estos mercados buscan ser un punto de encuentro para el conocimiento e intercambio con otros agentes de la zona como comercios, hostelería y casas rurales para tejer redes además de difundir otros valores como el consumo responsable, la economía circular y los productos kilómetro 0.

Era la cuarta edición en lo que va de año de esta cita y volvió a ser un éxito. Lo cierto es que en algunos puestos se agotaron las existencias, como era el caso del pan de Lezaeta o los huevos ecológicos y queso de cabra de Joxean Iturralde. Habitual de las ferias de Navarra, este productor de Goldaratz, destacaba la importancia de estos mercados por la relación directa con los clientes y porque suponen un escaparate. "Se crean contactos, y te preguntan dónde pueden encontrar tus productos y les dices que en tal tienda", apuntó. Asimismo, destacaba que muchas ferias se han suspendido mientras los centros comerciales han seguido abiertos "cuando son más seguras, al aire libre".

Y es que ayer se volvió a poner el foco en las medidas sanitarias, con gel hidroalcohólico a la entrada y en todos los puestos, 17 en total, además de un circuito en una sola dirección para evitar aglomeraciones. Además de alimentos como queso, alubias, pan, miel, yogures o chorizo de betizu también había artesanía. Tampoco faltó que llevarse a la boca, con deliciosos talos. Si bien numerosas personas se acercaron a Baraibar por la feria, a otras les pilló por sorpresa, camino de San Miguel de Aralar.

Si bien el sector primario ha perdido presencia en Larraun estos últimos años, en el municipio hay más de 130 explotaciones agroganaderas en las que trabaja el 15% de la población activa. "Hay que apostar por la supervivencia de un sector sobre el que se sustentan el territorio y nuestra cultura y patrimonio", observó Oreja. Asimismo, recordaba que esta feria forma parte del proyecto Larraun, Ura eta Lurra, una iniciativa que parte de un proceso participativo de la población local y diferentes agentes que trabajan en el territorio. El objetivo es el desarrollo de los pueblos del valle y del municipio en su conjunto así como el equilibrio con el medioambiente impulsando un modelos sostenible en todos los sectores. "Somos el municipio más envejecido de la comarca de Mendialdea, una situación especialmente notoria en el ámbito del caserío, dónde el relevo generacional es cada vez más difícil", apuntó este concejal.

El sector primario cuenta en el turismo con una oportunidad para dar a conocer y vender sus productos. En la actualidad, en el valle de Larraun hay 23 alojamientos turísticos y en algunos caseríos organizan visitas guiadas para que los y las visitantes conozcan su cultura, el caserío y sus productos. Muchos de estos alojamientos y explotaciones, al igual que el Ayuntamiento de Larraun, son socios del Consorcio Turístico Plazaola.

El mercado itinerante de Mendialdea comenzó su andadura el pasado julio en Latasa y ha continuado en Jaunsarats y Goizueta antes de Baraibar. Además, se prevé que el próximo 13 de diciembre este mercado llegue a Lekunberri y después a Leitza. Si bien esta feria ha nacido con vocación de continuidad, Oreja apuntó que desde los ayuntamientos y Cederna Garalur se deberá estudiar si se sigue con el mismo formato y otras cuestiones.