Después del parón del pasado año, la artesanía volvió este domingo último de mayo a la plaza de Leitza. Así ha sido desde 1979, hasta que la covid-19 lo cambió todo. Aunque la pandemia sigue ahí, Altzadi Leitzako Kultur Elkartea, Alke, apostó por celebrarla. Y es que el principal objetivo de este colectivo es dinamizar la vida de Leitza y qué mejor que con una feria, una mañana para salir a la calle, eso sí, con precaución. Lo cierto que la vacunación avanza en Leitzaldea y sobre todo, hay muchas ganas de volver a hacer una vida normal. Así, numerosas personas se acercaron ayer a la plaza de Leitza en una mañana radiante para disfrutar de un escaparate de oficios artesanales, algunos de toda la vida y otros reinventados pero que comparten otra forma de trabajar, sin contar las horas.

Repartidos entre la plaza y el karrape, cuya sombra se agradecía ayer, eran 40 puestos con una variada oferta como juguetes de madera, prendas de vestir, artículos de cuero, joyas en plata, pelotas o talla de madera entre otras artesanías, rostros conocidos y otros nuevos. Alazne Juaniz, de Erabili, lleva siete años asistiendo a esta feria y ayer agradecía especialmente a la organización que les ofrecieran la posibilidad de volver a la calle después de muchos meses sin apenas actividad. “Se están haciendo pocas ferias. Hay muchas ganas de salir”, apuntó esta costurera. Al respecto, señalaba que las tiendas y grandes superficies están abiertas y que las ferias son espacios seguros, más teniendo en cuenta que se realizan al aire libre o en lugares amplios como frontones cuando hay que tirar de un plan B por la meteorología. Así, animaba a ayuntamientos y asociaciones a mantener estos mercados. “Somos parte de la cultura y de la economía. Pero somos un gremio pequeño y se nos olvida”, lamentaba. “Hacen falta más ferias para que nos podamos sostener”, observó Camino Garralda, artesana de Iribas que trabaja con cosmética natural.

KULTUR AROA POR PRIMAVERA

La feria es uno de los actos imprescindibles de Kultur Aroa, ciclo cultural que comenzó un año antes, en 1978, con una semana de actividades. Con el tiempo se fue ampliando hasta superar el mes con propuestas culturales, conferencias, música y deporte. Después de que el pasado año se suspendiera, desde Alke decidieron volver con la programación, y más teniendo en cuenta que en diciembre del pasado año abrió sus puertas Herri Aretoa, un espacio que ofrece muchas posibilidades y también el cumplimiento de las medidas de seguridad. No obstante, han vuelto con menos propuestas. Arrancaron el pasado 18 de mayo y finalizará el 11 de junio con la proyección de Sagardoa Bidegile a falta de la feria de la sidra, otra cita imprescindible de este ciclo. Se trata un documental dirigido por Bego Zubia que analiza la tradición de las sidrerías vascas .

“Este año es de transición”, apuntó Juan Mari Barriola, de Alke. En relación a la feria de artesanía recordó que se decidió que fuera solo por la mañana y que al igual que otros años, hubo solicitudes de artesanos y artesanas que se quedaron fuera por falta de espacio. “Se ha conseguido una feria equilibrada”, observó. Asimismo, se decidió que no hubiera alimentos porque el próximo domingo Leitza acogerá la tercera edición de Mendialdeako Azoka Ibiltaria. feria itinerante que busca visibilizar y vender sin intermediarios productos de ganaderos y artesanos de la zona que trabajan un modelo sostenible y responsable.